Entre mañanas

Entramos a una choza pequeña de madera -de forma rectangular y con el acabado cónico-, a las afueras de la ciudad, oculta entre caminos nebulosos. Ahí venden un café de olla que se cosecha con esmero en las vísperas de diciembre: caliente, con vapor saliente que danza hasta esparcirse en el aire, y en tazas de loza pintadas de amarillo con verde, simulando caracoles andando entre las hojas.

En un par de troncos abatidos entre el matorral, nos contemplamos a detalle la silueta, ella de un lado y yo del otro. Envueltos en prendas para mitigar el frío, encogimos los hombros y, tomando con ambas manos la taza, soplamos ligeramente sobre esta, lanzándonos el aroma hacia el rostro. De fondo, se escuchaba el crujir de la leña encendida, esparciendo el humo que se entremezclaba con el hálito de la brisa diurna, provocando secreciones en los ojos mientras nos abrigaba la calma. Ahí nos encontramos, mirándonos hasta perdernos en el albor.

La mañana era gris; nos sentimos como en una fotografía vieja, de esas que se guardan en baúles y que suelen mostrar los ancianos para exclamar con añoro: “Aquellos viejos años…”.  Suficiente era mantenernos en silencio, callados, dejando que el escenario pronunciara sonidos en esa alborada de invierno: la leña, el viento, el sorbo del café, y el soplido para calmar su ardor, todo al compás de miradas y ligeras curvaturas en los labios, parecidas a sonrisas completas, pero con la complaciente incertidumbre de no saber qué eran con exactitud… un juego entre ella y yo.

Entonamos la respiración al ritmo de las hojas onduladas por el aire, arrojando vaho por todo el entorno, simulando la humareda de cigarros. Terminando el café, nos levantamos con morosidad, y pagamos el costo de tan sublime placer. Nos fuimos en seguida no sin antes besarnos dulcemente el borde de los labios, sorbiendo las pequeñas gotas que yacían en el entorno de la boca, esperando volver con prontitud a ese pequeño gajo de Edén escondido entre la niebla.

[author] [author_image timthumb=’on’]https://alponiente.com/wp-content/uploads/2014/12/David-Alvarez.jpg[/author_image] [author_info]Raíces (Querétaro, 1990). Seudónimo de David Álvarez Vázquez, estudiante de la Licenciatura en Sociología en la UAQ, actual miembro del Consejo Editorial del Suplemento Cultural “Voz Zero” del semanario Tribuna de Querétaro y del Consejo Editorial de la revista “Echoes” de divulgación científica y creación literaria de la FCPyS, así como columnista en la página de análisis político y social de Colombia: “Al Poniente”. Ponente en el “Simposium ¡Revueltas Vive!” con el trabajo: “Análisis semántico del espacio narrativo de la obra Los Motivos de Caín, de José Revueltas”, celebrado en la UAQ, y ponente en el “XII Congreso Internacional de Psicología Social de la Liberación” con el trabajo: “Etnopolítica desde los márgenes: decolonialidad y lucha indígena”, celebrado en Cusco, Perú..[/author_info] [/author]

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