OSCAR SUÁREZ, MIRA

Oscar de Jesús Suárez Mira, hijo de una maestra de escuela y de un agente de policía, fue criado en el municipio de Bello junto a sus 10 hermanos y desde muy pequeño, se destacó como un líder comunitario, integró varias juntas de acción comunal, fue empleado público, sirviendo como conductor de volqueta mientras que alternaba su oficio con los estudios universitarios,  que lo llevaron años después a titularse como abogado de la Universidad Autónoma Latinoamericana y posteriormente, alcalde del noveno municipio más grande de Colombia y lograr actualmente el no despreciable reconocimiento público, como uno de los más grandes dirigentes políticos del país.

Actualmente Suárez Mira se encuentra privado de la libertad, por vínculos con grupos paramilitares, quienes según la justicia, tuvieron relación directa con él dándole dinero y apoyo en votos en zonas de su influencia. Un proceso tormentoso  donde la mano de grandes barones empresariales y políticos, dilató e influyó en la sentencia de tal manera, que logró cesar la aspiración de quien se postulaba como seguro Gobernador de Antioquia, duélale a quien le duela.

En un país donde los grupos al margen de la ley campean y hacen de las suyas, igual que un niño de 3 años manipula a toda su familia con su llanto en un centro comercial, los paras o guerrillos, bacrim o traquetos, están en nuestros círculos sociales, estoy seguro que todos los políticos como representantes de una sociedad han tenido contacto con ellos, cómo evitarlo, quién puede negar esta verdad, sólo un mentiroso, como lo son muchos políticos, que sale en medios de comunicación a desmentirlo (serán guayabas)

Siendo así la situación, quién puede comprobar que Oscar Suárez Mira sí recibió dineros y apoyo electoral de grupos al margen de la ley, es que acaso él es culpable que sus seguidores residan en sitios donde ellos tienen incidencia, si es así todo el Congreso de la República iría tras las rejas y voy más allá, todos nosotros estaríamos investigados por supuestos vínculos con narcotraficantes, guerrilla, bacrim o paramilitares. En Colombia lamentablemente cuando aparece una amenaza latente, que vaya en contravía de los intereses del club de “los mismos con las mismas” cambiando el traje por un jean, o torciendo voluntades por intereses inmediatos,  cuando antes eran socios estratégicos, parecen postergar los deseos de una base popular, que reclama nuevos liderazgos y maneras de pensar.

En una contienda política en vísperas de elecciones de Presidente y Congreso en 2014, son muchas las jugadas que  comienzan a realizar los marrulleros para obtener las curules de sus candidatos, ya se comienzan a destapar “los trapitos al sol” de todos los que postulan sus nombres a cargos de elección popular, sean verdad o no, tienen la intención de dañar la imagen del oponente y quitar de la vista de la opinión pública, las falencias propias de sus actos del pasado, ya hasta al pequeño Francisco Santos le reencaucharon una foto con Raúl Reyes, esto es un tire y afloje de nunca acabar.

Oscar Suárez mientras tanto, mira como sus otrora centenares de amigos y políticos de bolsillo, buscan nuevos nidos, analiza con detenimiento lo que ayudó a formar, liderazgos actuales como el suscitado crecimiento de Carlos Andrés Trujillo en Itagüí, ve como su fortín político en su natal Bello por más que lo apedreen sigue vivo con Carlos Muñoz, tiene voz en el Senado de la República con su hermana Olga y espera con calma cómo moverse en esta cosa política, que de mieles tiene pocas y de amargas muchas.