La efervescencia y los ánimos de las personas que han salido a protestar contra el gobierno del presidente de Colombia Iván Duque y el gobierno en general se podrían estar acabando o disminuyendo ya que se ha perdido contexto, parece ser que el paro se había ido a vacaciones, es que en Colombia la “Revolución” descansa, y los líderes de oposición y generadores de opinión política cuando no se van a ver ballenas, se van para Disney.
El 21 de noviembre, día en el que se dio inicio a las concentraciones y marchas masivas en el país, parece haberse quedado estancado y es lógico ver hoy una disminución de personas en las protestas contra el gobierno actual. El paso de diciembre, un mes donde los colombianos suelen hacer muchas compras, irse de vacaciones y pensar en la natilla, el guaro o el chicharrón que van a departir con sus cercanos, es un mes vulnerable para los colombianos; recordemos todos los goles que nos ha metido el congreso de la república en fechas decembrinas, y que nos metió este diciembre que pasó nada más y nada menos que la reforma tributaria, de madrugada y en víspera de navidad muy al estilo de la política colombiana que legisla mientras el pueblo anda en otras cosas.
Como ciudadano también he estado presente en algunos eventos del paro nacional haciendo parte de los descontentos con el actual presidente de Colombia; no obstante, vaticinaba que diciembre iba a ser un mes complejo para seguir en las calles con las manifestaciones porque el pueblo se cansó del gobierno, pero también se cansó de marchar. Con el anuncio del próximo paro nacional el 21 de enero se espera que los cambios en las alcaldías y los nuevos personajes que arribaron a las curules de concejos y jales, traigan más calma al pueblo, se garantice el derecho a la protesta, y también eviten a toda costa actos de vandalismo que puedan provocarse, solo queda esperar a que el gobierno cuaje, o a que los ánimos de salir a protestar se vuelvan común en el pueblo.
