Hace unos días tenía una conversación entre tragos con unos amigos, en donde por alguna razón terminamos hablando de política, economía y negocios. Fue un ejercicio muy interesante porque cada uno dio su punto de vista acerca de lo que le hacia falta al país, desde la perspectiva que cada uno tiene como profesional y como ciudadano y resultó en un caos de opiniones que al final nos daba risa porque ni siquiera nos escuchábamos entre nosotros. Cada uno trataba de hacer un aporte que, aunque muy interesante, ni refutaba ni apoyaba el argumento que el anterior había propuesto. Era una especie de conversación grupal en donde cada uno parecía estar hablando consigo mismo en voz alta. Me pareció una situación que, aunque banal estaba llena de significado, porque sentí que la mayoría de las veces eso el lo que pasa cuando un grupo de personas (llámese familia, amigos, dirigentes, empresarios, etc.) se disponen a tener una conversación para resolver algo. Parece que el objetivo de la mayoría de nosotros cuando tenemos conversaciones es dejar claro nuestro punto de vista y que el resto haga lo que pueda con eso.
Creo que la habilidad de poder tener conversaciones enfocadas, constructivas y respetuosas esta realmente subestimada. Ahora, mas que en ningún otro momento de la humanidad, saber tener conversaciones acerca de temas que son sensibles y que confrontan puntos de vistas es una cualidad que todo ser humano debería estar preocupado por cultivar. Saber como tratar a otra persona que aparentemente piensa distinto o que por alguna razón “me hace daño” hace la diferencia entre un ciudadano civilizado y un bárbaro.
Hace unos días viendo Netflix me encontré con el show de David Letterman llamado “No Necesitan Presentación”, en donde entrevistó a un artista que a título personal admiro profundamente y que es un ícono de la cultura popular americana llamado Shawn “JAY-Z” Carter. En la entrevista el señor Letterman le pregunta sobre su opinión de la administración Trump y él le respondió: “Creo en realidad que es MUY POSITIVO”. El argumenta que la situación ha obligado a las personas a tener conversaciones y a unirse a trabajar por diferentes causas y situaciones que todos pensaban que estaban erradicadas del pueblo americano. “No se pueden resolver los problemas que no han sido revelados, de alguna manera Trump reveló un lado desagradable de América que queríamos pensar que ya no existía”.
Ahora, si extrapolamos esta reflexión tan poderosa a nuestro país parece que encaja perfecto en la situación actual . ¿Qué tal si empezamos a tener conversaciones sobre temas sensibles en todos los grupos que conformamos, con la única condición de construir, escuchar y tratando de entender porqué el otro piensa de esa manera y respetarlo? Hagámoslo en nuestras familias, en nuestros grupos de amigos, en nuestras comunidades y hablemos de todo tipo de dificultades: de las relaciones familiares, de los problemas en nuestras comunidades, de las diferencias que pueda haber en los grupos de amigos, hablemos de las dificultades de la economía, de las diferencias entre nuestras creencias religiosas, sobre cual es la educación que necesitan las próximas generaciones, etc. Pero, les propongo algo: sin importar cual sea nuestra situación laboral actual, pongámonos la camisa de emprendedor y practicando nuestras ya desarrolladas habilidades para tener buenas conversaciones tratemos de generar ideas que resuelvan esas dificultades de una forma innovadora en donde todos los actores ganen. Si empezamos a escuchar y empezamos a ver que todas las interpretaciones sobre una situación provienen de cómo la gente ha vivido en este mundo, podemos empezar a entender las verdaderas necesidades de las personas, las que aún no se han resuelto o se ha hecho de forma deficiente. ¡Una persona que aprenda a escuchar y a descifrar porqué la gente dice lo que dice y hace lo que hace es un emprendedor en potencia!
A nuestro país le hace falta personas que estén dispuestas a tomarse el tiempo de proponer discusiones constructivas, entender cuales son las verdaderas necesidades que la gente no tiene resueltas y que se atrevan a entregar el 100% de si mismos por materializar soluciones. Cualquiera que este leyendo este artículo puede ser esa persona que con una sola acción genere un impacto tremendo con tan solo tomar la decisión de tener una conversación enfocada, constructiva y respetuosa.
En 1937 el autor estadounidense Napoleón Hill publicó su obra más destacada: Piense y Hágase Rico. En este libro desarrollo una metodología que según explica, es la forma mas eficiente de generar riqueza. ¿Adivinen qué hizo para desarrollarla? Se sentó a conversar con los empresarios americanos mas exitosos de su época y los escucho atentamente pudiendo extraer de ellos las características que los hizo sobre salir sobre toda la gente de esa generación. Nada de lo que aquí les propongo es nuevo, pero lo tenemos tan subestimado por ser tan simple que no nos damos cuenta de que tenemos todo a disposición para resolver cualquier reto que se nos ponga. Los invito a reflexionar sobre esto.