País de niños y de infantes

“De esta manera, todo esto ocurre en el país de los niños gobernado por Infantes. Y no de todos los niños, pues solo unos pocos se hacen visibles en los medios y los programas gubernamentales, pero son muchos más los que viven en el umbral de la nada, los ubicados en erróneas interpretaciones de lo institucional que los expía, los saca de cualquier agencia y los ubica al margen, siempre como caballo de batalla en alguna defensa ahincada de algún recoveco administrativo”

Lo escuché ayer lunes en la emisión de las 7:00 pm de Noticias Caracol: Cuando usted tiene un niño en un parque y le están fumando marihuana al lado, ese niño está viendo a un adulto que está consumiendo, esa es una inducción. Los niños ven reflejado el comportamiento de los adultos como posibles comportamientos futuros. Era el presidente Iván Duque opinando una vez más sobre la despenalización de la dosis mínima que hasta hace apenas unos días fue regulada por la Corte Constitucional. Era de nuevo el mismo argumento calcado que usan como siempre algunos actores para amparar ideas tan variopintas como la cadena perpetua, aquella cosa llamada “Ideología de Género” o la misma oposición al proceso de paz: Niños para esto, niños para lo otro. Siempre en las márgenes, nunca en el centro.

Y es que no es para menos, este es el país que más pone el pie en ese grupo de seres humanos que ante la opinión pública y los ciudadanos se ha construido sin agencia, sin amparo, con visible sopeso entre unos y otros, los niños de las cifras, los que reciben iPad en ceremonias políticas, los que son aquella parte visible de los programas de televisión que aúnan por la ingenuidad, los que nunca lloran y siempre ríen en onerosos comerciales de algún mal producto que quema cultivos de padres y madres en otros lugares de este mismo país.

No hay que ir muy lejos para que la herida se hunda más. Miércoles 27 de marzo del 2019, un niño de 14 años suma dos muertos más a su lista de 12 en la ciudad de Medellín. Son 14 en total. Aún no alcanza a desarrollar su altura promedio y ya anda en medio de motos, revólveres y combos de la Comuna 13. Su nombre nunca importó, para todos solo fue el “Niño sicario”. ¿Y cuándo se preguntó el presidente, la Fiscalía o la Alcaldía de Medellín por saber si este otro “Niño” perdió familiares en la operación Orión por allá en el 2002 a manos del Ejercito, ¿si fue desplazado junto con su familia por allá en el 2009 cuando la 13 era la comuna de mayor expulsión de todo Medellín o si creció viendo junto con su hermano de 13 años como amigos, tíos o conocidos fueron desapareciendo sin opción por el simple hecho de haber nacido allí? Francamente creo que nunca escuché un eco de ello. Quizás por ser los niños del lado B, los que no corrieron el riesgo de caer en las drogas al ver un cigarrillo de marihuana encendido, pero si se construyeron al son de fusiles, hambre y total inequidad al no tener que solo verlo, sino vivirlo y ser parte de ello.

Un segundo doloroso ejemplo. 6 de junio de 2019, Jefferson Trochez Escue de 16 años de la vereda El Carmelo, Municipio de Caloto, Norte del Cauca, sufre un disparo por parte del Esmad en una disputa por el reclamo campesino e indígena en plena carretera panamericana. Su cuerpo tirado a un lado de la carretera nunca tuvo el auxilio pertinente, por el contrario, fue rematado a golpes en el piso y arrastrado por parte de agentes del estado. Él era otro niño, uno campesino. Tenía tarjeta de identidad, quizás empezaba a enamorarse de alguien en su escuela local y aún tenía el sueño de como todos, aportar en algo para mejorar el país. Pero desafortunadamente, le toco nacer en este. El país de Martha Lucia, la vicepresidenta que “También se acuerda de los Niños de las FARC”. Y el de Uribe que desconociendo crímenes como los Falsos positivos solo apunta a señalar personas:  «No fueron a coger café, iban con propósitos delincuenciales”

Las cifras tienen voz propia. 600 menores capturados siendo parte de alguna estructura criminal[1] , 300 combos organizados en toda la ciudad, 240 sicarios entre los 12 y los 15 años, 60.000 más en riesgo de ser reclutados y 4.800 a la espera de ingresar a cada uno de los combos en las comunas[2] . Y todo esto solo en Medellín durante lo que llevamos del 2019.

Otra cifra alarmante también muestra la decisión de cerca de 2.000 niños[3]  al año de querer suicidarse con causas que van desde la poca atención en los núcleos familiares hasta la represión escolar en términos de prohibición expresada en manuales de convivencia sobre los cuales tampoco se habla. Y todo esto también se da solo en Bogotá en lo que llevamos del 2019.

De esta manera, todo esto ocurre en el país de los niños gobernado por Infantes. Y no de todos los niños, pues solo unos pocos se hacen visibles en los medios y los programas gubernamentales, pero son muchos más los que viven en el umbral de la nada, los ubicados en erróneas interpretaciones de lo institucional que los expía, los saca de cualquier agencia y los ubica al margen, siempre como caballo de batalla en alguna defensa ahincada de algún recoveco administrativo.

Ya es hora de también reconocerles su lugar. De interpretar con ellos el mundo. De dejar de volverlos el eco del mundo adulto. De dejar de matarlos con balas de goma por haber nacido en el campo o en el seno de alguna comunidad indígena. De no permitirles también tener agencia cuando algún manual de convivencia se les impone. De ponerlos a la diestra del dios padre como adorno de cuadros. De dejar de ser tan Infantes mentalmente a la hora de construir políticas públicas sobre sus situaciones, realidades y mundos. Ojalá podamos volver a las palabras de aquel niño mayor, Gabo, cuando nos pedía mediar, pensar y actuar Por el país próspero y justo que soñamos: al alcance de los niños[4]

 

[1]   Tomado de El Tiempo, 1 de abril del 2019:  https://www.eltiempo.com/justicia/investigacion/que-hay-tras-el-nino-sicario-de-medellin-344104

[2] Tomado de El Tiempo, 1 de abril del 2019: https://www.eltiempo.com/colombia/medellin/la-torre-la-bacrim-que-recluto-al-nino-sicario-de-medellin-344256

[3] Tomado de la FM, 29 de Marzo de 2019: https://www.lafm.com.co/colombia/preocupacion-por-casos-de-suicidio-en-colombia

[4]Tomado de la página web del ministerio de educación nacional: https://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/w3-article-340541.html

Oscar Arnulfo Cardozo Cardozo

Sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Investigador en Asuntos Socioambientales.