Los inicios son benévolos, es por eso que nuestra sección de #poemadiario, inicia con un grande, porque en este nuevo año haremos honor a aquellos que con sus letras, nos llevaron a conocer el amor, la muerte y la guerra al mismo tiempo.
En esta oportunidad, recordaremos a John Keats, poeta británico, quien nació en Londres en el año 1795 y falleció en Roma en 1821.
Keats es uno de los más grandes escritores de la segunda generación de poetas románticos ingleses, murió muy joven, antes de cumplir la treintena, de tuberculosis, dejando una brillante estela de escritos.
Empezando por el amor, Keats escribió La Belle Dame con veinticuatro años, en una época en la que estaba perdidamente enamorado de Fanny Brawne, una chica pizpireta y algo frívola. El problema es que el rapsoda acababa de dejar los estudios de medicina para dedicarse a la literatura por completo y no estaba en condiciones económicas de hacerle a su amada una propuesta seria de matrimonio.
Publicó su primer volumen de poemas en 1817 y, a pesar de su escaso éxito, decidió abandonar la cirugía para dedicarse sólo a la literatura. Al año siguiente apareció Endimión (1818), que fue mal recibida por la crítica. A su regreso a Londres, tras una temporada en la zona de los lagos y el oeste de Escocia, asistió a la muerte de su hermano, aquejado de tuberculosis, lo que le afectó profundamente.
Su estado de salud se deterioró, por lo cual decidió embarcar con su amigo Severn hacia Nápoles, en lo que parecía la última posibilidad del poeta para sanar, aunque murió unos meses más tarde. Pese a tratarse del vate más joven de los grandes románticos británicos, es uno de los líricos más importantes en lengua inglesa. En 1848 aparecieron sus cartas y su diario, que completan una obra de excepcional pureza expresiva y admirable dominio poético en su aspiración por alcanzar la belleza absoluta.