Drogas en Salamanca

Era una mezcla de olores tórridos, voces suaves y una variedad de humos. El piso tenía poca luz, muchos objetos y nada de prejuicios: era un vértice distinto de Salamanca. Desde que se entraba se percibía un cambio de realidad y de ambiente, pues casi se notaba que las personas que vivían allí respiraban un oxígeno distinto al del resto de la ciudad. El lugar era gris y oscuro, pero no por ello tétrico. El aire que emanaba de sus paredes transmitía, más bien, la serenidad normal de los domingos fríos.

Para este escrito, los nombres de los protagonistas han sido modificados.

“¿Vas a hacer un reportaje de la marihuana?” Así me recibieron. Luego de la puerta y un pasillo largo, apareció una sala bien espaciosa y abarrotada. Fotos de Bob Marley, afiches de películas de acción, televisor encendido, bufandas de equipos de fútbol, báscula, cajas, bolsas, semillas y esencias que no ponían a dudar a la nariz. Saludé a Adrián, Iñaki y Santiago, tres tipos simpáticos y abiertos, que durante la siguiente hora y media respondieron mis preguntas mientras veían al Barcelona B contra el Racing de Santander.
El objetivo era conocer el negocio de las drogas en Salamanca, su funcionamiento, capacidad de abarcar y aceptación del público. Resultó que esta actividad en España es grande, millonaria y blanda en cuanto a guerras o conflictos. Casi se puede decir que es un negocio tranquilo en comparación a otras partes del mundo, y que hasta incluso entre colegas hay camaradería. Según Ikaki “no hay mal rollo entre camellos. Todo lo contrario, comparamos el producto, pedimos precios y otras cosas”. Se parecía esto un poco a la venta de cualquier producto callejero, solo que este es ilegal.
Pero a la gente no parece importarle mucho eso. Según Iñaki “de cada 100 personas que conozco, 20 fuman. Bastantes padres de colegas sé que fuman, pero nunca los ves en la calle haciéndolo. Lo hacen porque les gusta”. Insistió, además, en que el negocio está completamente organizado en toda España. Con los contactos correctos y la prudencia adecuada, Iñaki ha podido montar el negocio de la droga en medio de una sociedad que lo parece aceptar.
WP_20150319_002
Esto le permite a él, junto con muchos otros vendedores, aplicar el método de publicidad más insólito que se podría pensar: no darse a conocer y que sean los clientes los que busquen al vendedor. Y suena lógico, porque Iñaki sabe que las malas lenguas y la policía tienen oídos en todas partes. Entonces no le da su teléfono a nadie, no negocia fuera de su casa y no vende al que sea. “Puedo venderle a quien quiera, y depende de cómo me caigas. A veces te arriesgas porque no conoces a la persona”. Cuenta también que ha tenido encuentros difíciles con la civil, aunque nunca nada grave: “el enemigo es la policía. Me han cachado ya varias veces. Pero no he ido de mal rollo, porque si vas de mal rollo con el poli te armas un marrón. Y sería otro disgusto para mi madre”.
El partido está en el medio tiempo y es momento de pesar. Con la ayuda de Santiago, Iñaki separó 12 gramos en una báscula pequeña que serían para un negocio más tarde. Luego sacaron un poco de su mercancía y le dieron una prueba de calidad. Sus ojos pequeños, voces roncas y bocas sonrientes, confirmaron que el producto era bueno. “Hay un tío al que le dieron el palo hace poco. Se puso a mostrar más de lo que debía a quien no debía”, dice.

Iñaki está haciendo su carrera profesional y cuenta con la actividad de la venta de drogas como un ingreso adicional. “Vendo aquí, en casa, a gente de todas las edades. Y no vendo para vivir de esto. Para vivir de esto necesitas más pasta y tendrías que arriesgarte más”. Luego dio un pequeño discurso sobre las buenas tarifas, la honestidad y los precios correctos. Esto cada vez parece más un negocio que se lleva con completa normalidad. Tan normal puede llegar a ser que, incluso, la crisis afectó a algunos vendedores, y animó a otros a montar su negocio de estupefacientes como una solución económica.
“El precio depende, pues esta es una venta informal. Generalmente mínimo te vendo 50 pavos. Si no quieres pagarlo, es tu problema. Yo no tengo nada que perder. Eres tú el que quiere”, cuenta Iñaki. Según él, el negocio hace que conozca gente y pueda sostener el estilo de vida que lleva. Aunque no es uno de los más grandes dealers de Salamanca, mueve mucho dinero –sobre todo en marihuana- y eso se nota con la cantidad de frascos vacíos que hay en la sala.
Luego llegó Jose, amigo de Iñaki y Adrián, que casualmente también tiene su negocio de drogas y a veces se asocia con Iñaki. Este cuenta que aunque la mayoría de la gente busca marihuana, también hay una minoría que prefiere drogas más pesadas, y que él las puede conseguir. “A mí me han pedido de todo”, comenta. “Coca, polvos, pastillas, setas, LSD y otras, solo la heroína no tanto”. Iñaki, además, agrega que cada quien consume lo que quiere, y que quienes están en estas drogas son responsables de su propia drogadicción. “Los junkies es por ir de la hierba a lo otro”, sentencia.
Ya anochece, hace frío e Iñaki tiene una reunión de negocios en un rato. Se despiden y siguen con su rutina de distribuir, cortar, pesar, ganar, perder, facturar.

Juan Pablo Sepulveda

Tengo 20 años, estudiante de periodismo, apasionado por el deporte y la escritura.

3 Comments

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

  • I simply want to tell you that I’m all new to blogging and site-building and actually loved you’re web blog. Very likely I’m planning to bookmark your site . You definitely come with great articles. With thanks for revealing your blog site.

  • I’ll gear this review to 2 types of people: current Zune owners who are considering an upgrade, and people trying to decide between a Zune and an iPod. (There are other players worth considering out there, like the Sony Walkman X, but I hope this gives you enough info to make an informed decision of the Zune vs players other than the iPod line as well.)

  • This web-site is often a walk-through you discover the information you desired relating to this and didn’t know who must. Glimpse here, and you’ll certainly discover it.