Y todo por ser un Panterim HaShkhorim: concepciones del Otro desde la serie “Valley of Tears”

“El yo-mismo es la suma de sus narrativas, contradicciones, equivocaciones y expresiones que se encuentran en la vida personal. Por lo general, dicha construcción está anclada en el Otro”


En mi país no me preocupaba por mi color de piel. Incluso, este color —como muchos lo llaman— “canelita pasión” lo portaba con orgullo cuando iba piscina porque no me pegaba tan fuerte el sol. Pero, una vez en el extranjero, mi color de piel es un estigma que invita a recordar que el “negro” o “morocho” abre historias pasadas de asociación que permite al cuerpo blanco construirse como separado del cuerpo negro. Pero, no es solamente por el color de piel que se crean brechas sociales; el género, la fe, tradición, lengua, las costumbres y un sinfín de construcciones humanas crean muros infranqueables entre las personas. En un mundo “tinderizado” en donde las personas se descartan cual si fueran objetos que se deslizan hacia la izquierda, el lema de “me-importas-un-culo” parece ser la clave para preservar el endeble tejido social. Así, el Otro es un intruso que no tiene nada que ofrecer.

Los gurús espirituales venden la felicidad personal como meta que todos debemos alcanzar. Los roces con el Otro se vuelven intolerables. Adjetivos como “tóxicos”, “mala vibra” o “negativos” entran en la jerga común para rectificar que el “yo” (self) se debe preservar a toda costa y contra todos. Pues, esta vida se trata de mí mismo, mis esfuerzos y mis luchas que parecen tener un sentido teleológico; es decir, todas mis actividades deben aspirar a un bien mayor individual (la felicidad propia). Entonces, aquel que llegue a perturbar mi construcción individual con preguntas o confrontaciones, debe ser eliminado de inmediato; esto es, bloquearlo de las redes.

Pero, muchas veces, no basta con bloquearlo virtualmente, sino, borrarlo de facto. La eliminación del Otro está presente en la serie israelí de HBO “Valley of tears” cuya trama nos cuenta las vidas de jóvenes combatientes que lucharon en la guerra de 1973 conocida como el Yom Kippur. Esta serie “Zionist friendly” está marcada por el drama de la muerte que atraviesa a todos los personajes en un enaltecimiento del heroísmo del ejército israelí. Lo interesante de la serie es la subtrama que narra la lucha de los mizrajim (Marco, Melakhi y Asufi); un grupo de judíos árabes del norte de África y Oriente Próximo que militan en las Panteras Negras Israelíes (HaPanterim HaShkhorim, trasliterado del hebreo). Vemos que la serie muestra un racismo que implica otro racismo que conlleva otras formas sosegadas de discriminación: judíos blancos europeos (askenazíes) que huyeron del holocausto Nazi (Hashoá) para imponer un régimen discriminatorio sobre judíos morochos (sefardíes y mizrajim) en su consolidación del Estado Israelí en tierras palestinas (Nakba —‘catástrofe’— como lo llaman los árabes). La paradoja resulta evidente: si bien yo soy un Otro, siempre habrá algún Otro que es inferior a mí. Si no es así, se crea dicha el Otro (así sea ficcional).

Así pues, el yo-mismo se conforma como la suma de sus narrativas, contradicciones, equivocaciones y expresiones que se encuentran en la vida personal. Por lo general, dicha construcción está anclada en el Otro: ¿Qué nos asusta del Otro? En “La política de las emociones”, Sarah Ahmed cuenta el relato de un niño blanco que se asusta el ver a un niño negro. Aquí el estremecimiento del cuerpo negro se lee equivocadamente como una forma de rabia, y solo entonces como el «fundamento» para el miedo blanco. En una lectura expandida de este pasaje, el miedo resulta de un encuentro con un Otro que amenaza la veneración del yo-mismo. Me asusto al saber que mi “yo” está siendo amenazado por un Otro. Y este peligro es más inminente si aquel que me molesta es negro o hippie o transexual o, como en la serie, un palestino. No me tengas miedo, soy sólo un Panterim HaShkhorim.

 

Joan Sebastián Mejía Rendón

Egresado del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia y actual maestrando de la Maestría en tecnología, políticas y cultura de la Universidad Nacional de Córdoba. Los temas de trabajo en los que se ha centrado son filosofía de la ciencia y de la tecnología. En la actualidad estudia un cruce entre filosofía de las mentes animales y mente extendida. En un contexto más detallado, estas investigaciones se ubican en la perspectiva de la técnica animal.

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