Y después del bachillerato, qué?

“Hay que tratar de que sea la mayoría de los egresados los que puedan continuar sus estudios y no unos pocos; que los que no estudien, sea porque no lo quisieron mas no porque no tuvieron la oportunidad de elegir”.


 

Por esta época varios estudiantes están culminando sus estudios de bachillerato en medio de la alegría que generan los grados, el acompañamiento de la familia y las comunidades educativas. Recuerdo cuando estaba a punto de culminar mi bachillerato que uno de mis profesores, Saúl Mosquera de Ciencias Naturales, nos decía que después de los grados, nosotros como hijos, le empezaríamos y de manera paulatina, a oler feo a nuestros padres porque ya al ver que íbamos creciendo y que de cierta manera podríamos valernos por nosotros mismos, sentirían que si no aportábamos en el hogar nos estaríamos volviendo una carga.

En ese entonces no comprendí del todo las palabras del profe Saúl. De cierta manera no me sentí identificado con su postura gracias al círculo, si se quiere de privilegio que me brindaron mis padres, con los que siempre me sentí respaldado para cumplir mis planes posteriores al bachillerato que no consistían en más que estudiar la carrera que quería en la Universidad que deseaba. Uno de niño y joven no dimensiona lo que cuestan las cosas y muchas veces se cree que todo viene por arte de magia con solo desearlo, que los anhelos no tienen ningún costo y que eso les sucede a todos. Cada uno juzgando desde su realidad. Nada más equivocado.

En mi caso y gracias al apoyo de mis padres pude estudiar una carrera, pero con el paso del tiempo me di cuenta de que no es tan sencillo como parece, que, por eso, las palabras de Saúl no eran vano. Muchos de mis compañeros no pudieron continuar con sus planes de estudios superiores porque no contaban con los recursos económicos y para no empezar a “olerles feo” a sus padres o a su familia, les tocó empezar a trabajar en lo que resultara y con el paso de los días pensar en independizarse mientras otros podíamos hacer lo que soñábamos como estudiar.

Es cierto que no todos los que se gradúan de bachillerato tienen intereses en seguir estudios superiores. Algunos prefieren emprender y dedicarse a trabajar desde ese mismo instante. El debate debe centrarse en cómo hacer que las personas con menos posibilidades económicas puedan acceder a educación superior de calidad y de ese modo aportar a la disminución de las brechas sociales. Tuve el honor de presentar los grados de la Institución Educativa San Francisco de Asís, el único colegio rural de Jericó ubicado en el corregimiento Palocabildo y la vereda Estrella Nueva. Dentro de las intervenciones estuvo la del alcalde de Jericó, David Alonso Toro Cadavid, quien le mandó un mensaje a los estudiantes de que siempre es posible estudiar y emprender así no se cuente en el momento con los recursos necesarios. Él se puso de ejemplo diciendo que sus padres, con siete hijos, no pudieron ayudarle a él ni al resto de sus hermanos con lo estudios y que fue él mismo, después de ser mayor, con hijos y esposa que encontró la manera de estudiar lo que quería.

Sin embargo, estos casos son excepcionales, considero que, para generar mayor justicia social, debe haber mayor acceso a la educación superior y no necesariamente tiene que ser la educación tradicional universitaria de 5 años que hoy mismo está en discusión. Hay que plantear alternativas como estudios virtuales y pertinentes con las demandas del mercado y los contextos locales que les permitan a los interesados, estudiar desde sus propios lugares de origen siempre y cuando haya conexión a internet.

Hay que tratar de que sea la mayoría de los egresados los que puedan continuar sus estudios y no unos pocos; que los que no estudien, sea porque no lo quisieron mas no porque no tuvieron la oportunidad de elegir. Es de esta manera como se puede hacer realidad los sueños de futuro, de que esos talentos rurales que generalmente son ocultos desarrollen su potencial, sean visibles y ojalá, contribuyendo positivamente a la sociedad.


Otras columnas del autor en este enlace: https://alponiente.com/author/joche0916/

 

José María Dávila Román

Comunicador Social - Periodista de la UPB con Maestría en Gerencia para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Universidad Eafit. Creo que para dejar huella hay que tener pasión por lo que se hace y un propósito claro de por qué y para qué, hacemos lo que hacemos. Mi propósito es hacer historia desde donde esté, para construir un mundo mejor y dejar un legado de esperanza y optimismo para los que vienen detrás. Soy orgullosamente jericoano.

Nota al pie: El columnista tiene o ha tenido vinculación laboral con la minera AngloGold Ashanti. 

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