“La violencia es uno de los principales responsables del deterioro social.”
Históricamente, Colombia ha estado marcado por muchos hechos violentos que terminan por afectar los distintos sectores sociales del país. Si hacemos memoria, podemos devolvernos hasta el año 1928, más precisamente entre el 5 y 6 de noviembre, donde se produjo un hecho que impregnaba la historia de Colombia, la masacre de las Bananeras, hecho que se atribuye al estado como principal responsable, que dejó una cifra aún desconocida de personas fallecidas. Años más tarde, el 9 de abril de 1948 fue asesinado el líder liberal Jorge Eliécer Gaitán Ayala, crimen que da origen a un hecho que divide la historia de Colombia en dos partes, el Bogotazo y se da inicio a la peor ola de violencia que ha vivido el país.
La violencia nunca se ha ido, sigue dentro de nuestra sociedad. Nuevos hechos violentos sacuden el territorio Nacional, en los últimos días del mes de agosto del presente año se han presentado más de cinco masacres que han dejado alrededor de 30 personas sin vida, en las que la gran mayoría de víctimas fatales son jóvenes estudiantes, líderes sociales y sindicalistas; también hay niños entre las víctimas fatales. En lo que va del 2020 Colombia ha reportado 43 masacres, en las cuáles han muerto cerca de 181 personas; Antioquia, Nariño, Cauca, Norte de Santander y Putumayo son los departamentos más afectados.
La preocupación recae en los niños y los jóvenes, las cifras son desalentadoras, según informes de medicina legal, en Colombia durante el año 2018 fueron asesinados 710 menores de edad entre los 0 y 17 años, siendo los jóvenes entre 15 y 17 años la cifra más elevada con 545 crímenes. También, entre 2018 y 2019, 883 menores de edad entre los 0 y 10 años fueron asesinados. Son cifras que preocupan y hacen perder la esperanza en un país que mata a sus niños, sus líderes sociales, sus sindicalistas y sus jóvenes quienes buscan avanzar en pro a un mejor país.
El gobierno Nacional ha olvidado por completo combatir la violencia, esta cada vez más destruye el tejido social y acaba con sus integrantes. Hasta que no haya un gobierno con el pilar de formar e implementar un sistema de seguridad nacional capaz de hacerle frente a la violencia, lastimosamente nos tocará ver morir a nuestros defensores de Derechos Humanos, nuestros jóvenes y nuestros niños.
La violencia está adueñada de nuestro país y el estado no hace nada para detenerla, y es precisamente por esos factores que se convierte en un flagelo imbatible.
“¿Es posible que la solución de la crisis nacional venga de los que la han provocado? ¿Es posible?”
-Jaime Garzón.
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