Dicho antecedente deja por acentuado la debilidad en la que se encuentra el gobierno, puesto que como ya lo había expresado Friedrich Nietzsche: “La fórmula es que el partido de gobierno es el encargado de dar las condiciones para que el dirigente (Presidente) trascienda en la historia; pero, ¿y si hay una división entre ambos?”
Las dos caras de la moneda que dejan las marchas en contra de la Reforma Tributaria, en medio de la pandemia, el pasado 28 de abril: por un lado, las marchas pacíficas desarrolladas en algunas ciudades del país, y por el otro lado, los mismos vándalos de siempre ocasionando desmanes en la infraestructura del trasporte masivo público y los saqueos a centros del comercio.
Si bien, el objeto de esta columna no es relatar los hechos de las marchas; si es el de analizar los antecedentes a la radicación de la Reforma Tributaria, y como ésta, aún así, sea retirada o hundida en el congreso, tendrá una fuerte injerencia en las elecciones próximas de 2022.
LA REFORMA
Hay que destacar que la Reforma Tributaria presentada, pretende el recaudo de cerca de COP 26,1 billones, es decir, el 2,2% del PIB. Pero eso sí, al levantarse la Reforma Tributaria y poder recaudar esos 26 billones de pesos, lo hizo con el pie izquierdo; esto, puesto que de una forma unilateral y casi que agresiva, el gobierno nacional radicó su texto de la misma, haciendo oídos sordos a las propuestas e invitaciones al diálogo por parte de los otros partidos en el marco político, e incluso, tal y como lo aseguró el líder natural del partido político Centro Democrático: Álvaro Uribe Vélez, en una entrevista para Revista Semana, la propuesta del gobierno no esperó siquiera las sugerencias propias de su partido.
Dada una vez la ratificación, se reuniría el Centro Democrático para la realización de un texto sustituto; donde a diferencia del gobierno, el partido de “mano firme, corazón grande”, presentó un texto donde se barajan nuevas alternativas para la Reforma Tributaria, entre ellas están: i) La creación de una pequeña sobre-tarifa transitoria, por un máximo de 3 años, para quienes ya tributan hoy; con esto, se pretenden recaudar cerca de 12 billones de pesos. ii) Poner en venta algunos activos no estratégicos. Y iii) Realizar una petición al Banco de la República para que este le haga un giro anticipado por utilidades al Estado; esto, se traduciría más o menos en unos 5 billones, entre otras propuestas. Lo anterior, logra reflejar un claro rifirrafe, un fuerte desacuerdo y una marcada división que existe entre algunas decisiones del gobierno y la no escucha del propio partido del CD, que se supone es el partido de gobierno.
Dicho antecedente deja por acentuado la debilidad en la que se encuentra el gobierno, puesto que como ya lo había expresado Friedrich Nietzsche: “La fórmula es que el partido de gobierno es el encargado de dar las condiciones para que el dirigente (Presidente) trascienda en la historia; pero, ¿y si hay una división entre ambos?”
HACIA LA CASA DE NARIÑO
Justo en el mismo momento en el que se radicaba la Reforma Tributaria, la firma Invamer daba a conocer los resultados de su encuesta acerca de la intención de voto con vista a las elecciones presidenciales; en ellas, se obtuvo una preocupante cifra que dejaba al excandidato presidencial en 2018 y actual senador Gustavo Petro con 38,3 % de intención de voto, obteniendo más del doble de ventaja con su segundo competidor Sergio Fajardo, quien cuenta con 15,9% según la encuesta.
El anterior panorama es alimentado por la crisis económica generada por el COVID-19 a nivel mundial y que encontró su detonante en Colombia con la entrada en discusión de la nueva reforma tributaria. En la algaida carrera hacia la Casa de Nariño, el liderazgo en las encuestas de Gustavo Petro representa una candidatura peligrosa para presidencia; esto, puesto que la intención de voto que constituye el senador de Colombia Humana se divide en dos. Por un lado, esta aquella población con deseo de ver gobernar a Petro y quienes se identifican con él; y, por otro lado, esta una fracción de su votación quienes expresan su rechazo hacia el gobierno otorgando un voto favorable a este candidato –son quienes si bien, no son afines a las políticas de Gustavo Petro, están en total oposición al gobierno–.
Teniendo en cuenta que la estrategia de unión de los candidatos del centro no ha funcionado, y que los desacuerdos entre el partido de gobierno y el mismo gobierno desenlazan en autogolpes como lo es la creación de una reforma tributaria violenta, unilateral y sin consenso previo en medio de la pandemia, donde los únicos afectados a nivel electoral y quienes quedan mal parados ante el pueblo son el gobierno, el CD y todo partido político a favor del gobierno; es preciso augurar en las próximas elecciones un escenario de segunda vuelta donde Gustavo Petro estará fortalecido y con gran probabilidad de ganar.
PARA REFLEXIONAR
Aunque se tiene en claro que por la agresividad de la Reforma Tributaria, esta no tendrá ni un voto a favor en el Congreso, puesto que tanto los representantes a la Cámara como los senadores serán reservados a la hora de votar en sus respectivas comisiones, o si es el caso, en plenaria, debido a que un voto a favor de la reforma tributaria tal y como la radicó el gobierno, podría significar la perdida de su curul en las urnas; el pueblo lo cobrará en las urnas en las próximas elecciones legislativas.
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