El año pasado, cuando se estaba hablando en todo el departamento sobre los posibles candidatos a la alcaldía de Medellín y a la gobernación de Antioquia, ambos cargos sonaban para ser ocupados por una misma persona, alguien que para más luces ya había ocupado las dos sillas como mandatario municipal y departamental. No solo era el candidato más fuerte, sino que era el mejor candidato; ya lo había demostrado con lujo de detalles cuando había tenido la oportunidad de dirigir al departamento en 2004 y a su capital en 2012. Finalmente, Aníbal Gaviria decidió que sus servicios estarían mejor aprovechados a la cabeza del departamento de Antioquia y comenzamos una campaña que buscaba darle el mejor gobernante a un gran territorio.
Este año, desde el primer día, el gobernador de Antioquia se puso a la tarea de ejecutar acciones en pro de los hijos y las hijas de las entrañas de Antioquia, y para eso conformó un equipo con personas idóneas y capacitadas para enfrentar los mayores problemas del departamento. Unidos diseñaron un Plan de Desarrollo que debatimos amplia y profundamente en el seno de la Asamblea de Antioquia. Hicimos críticas, propuestas y debates; más de trescientas modificaciones fueron tenidas en cuenta y al final llegamos a un acuerdo que construimos unidos. Este Plan de Desarrollo se hizo en una forma que nunca había ocurrido antes. La pandemia por Covid-19 obligó a tomar decisiones que nunca se habían tomado en la historia de nuestro país. Las instituciones enfrentaron su mayor reto hasta ahora y los líderes tuvieron que renovarse hacia formas que antes no eran tenidas en cuenta en el arte del poder; el mundo cambió y con él nuestras costumbres y formas de relacionarnos.
A principios de este mes, y en este contexto de pandemia en el que Aníbal Gaviria venía demostrándole al País sus mayores virtudes como líder político, la Fiscalía General de la Nación ordenó su captura por unas acciones que, supuestamente, fueron realizadas por él hace quince años. No puede quedar en el aire la idea de que no se podía hacer, ¡por supuesto! Si alguien debe ser investigado, que se investigue, pero sorprende una orden de captura en este momento y justo a él, y fue precisamente por esto que personajes tan distantes como Claudia López y el señor de Llanogrande se pronunciaron en apoyo al gobernador.
El jueves pasado el Centro de Estudios Políticos Suramericanos (CEPO Sur), nos invitó al profesor Juan Carlos Arenas (docente de la UdeA), a Jhon Fredy Bedoya (investigador de CEPO) y a mí, para conversar sobre la situación de la gobernación de Antioquia y sobre qué sigue para nuestro departamento luego de la captura de Aníbal Gaviria. Qué bueno que los jóvenes y la academia estén conversando sobre asuntos tan importantes, incluyendo en estas discusiones el punto de vista de los políticos. Escuchándonos es como vamos a encontrar un buen camino para seguir adelante en estos momentos tan difíciles para nuestro departamento, y para el mundo entero.
Mi conclusión en esta conversación fue que al parecer para unos cuantos el hecho de que Aníbal Gaviria sea el gobernador de Antioquia se ha convertido en una situación muy incómoda, pues su forma de trabajo en equipo, rodeándose de las mejores personas, no concuerda con los ideales caudillistas y autoritarios de esta minoría. No obstante, es precisamente esta forma de trabajar unidos la que nos permitirá encontrar los espacios y abrir las puertas que necesitan abrirse en este país: menos caudillos, más ideas y más trabajo en equipo. Así pues, trabajando unidos el departamento de Antioquia le ha ido marcando el norte a un “gobierno” nacional que solo da tumbos sin un rumbo claro. Incomoda mucho a esos cuantos el ver a una Antioquia que le recuerda al “gobierno” central que no hay que hacer trizas el acuerdo de paz; por el contrario, no se pueden ahorrar esfuerzos para poder materializarlo.
No podemos seguir haciéndole el juego a esta minoría que se han especializado en vender miedo como si fuera futuro para poder seguir siendo escuchados. Hoy la vida le da la oportunidad a nuestro| gobernador de Antioquia para que, en medio de este proceso, pueda ratificarle a todos los antioqueños y a todos los colombianos lo que hace tiempo saben: su probidad como persona y su transparencia en el manejo de los recursos públicos.
¡Yo creo en Aníbal!
Yo. creo en Anibal 100%