Decía Federico Gutiérrez en su columna semanal: “No apoyo ni apoyaré ofensas, injurias y acciones violentas contra ningún ser humano, sin importar cuán en desacuerdo estemos. Esa no es la manera de dignificar la política ni construir confianza ciudadana”, no puedo estar más de acuerdo con Federico, la política hoy requiere lideres capaces de debatir con argumentos contra los errores, pero de ser suaves y nobles con las personas, ahí está la grandeza de los líderes, nadie debe ser atacado por quien es como persona, pero si debe ser cuestionada su forma de administrar cuando esta no es correcta o basada en el descredito de los demás.
Medellín en los últimos 3 años y medio, ha tenido un alcalde que lo dividió como ciudad, desde la época electoral su bandera fue el ataque, lo viví siendo candidato a la asamblea departamental, su discurso de odio en contra de un sector de la población, sumado a sus mentiras populistas le dieron la victoria.
Así mismo gobernó, con odio para la clase empresarial, con odio para la clase política que pensaba diferente a él, y al parecer con odio a la misma ciudadanía porque sus promesas para los más necesitados nunca se cumplieron, por el contrario, veíamos como la ciudad se iba acabando en cada sitio, escenario, colegio, espacio público, veíamos como se llenaba de basuras Medellín en las calles, de huecos en las vías, veíamos como la ciudad se convertía en todo lo que no queremos que se convierta.
Hoy Medellín pide un cambio, lo dicen los ciudadanos en las encuestas, en las calles, en el transporte público, en los barrios, en las empresas, Medellín pide un cambio que lo vuelva a unir como ciudad, que vuelva a permitir que estemos orgullosos de nuestras empresas, de nuestras instituciones.
Hago un llamado a la unidad, una unidad por Medellín, entre el sector empresarial, la academia, el estado, la ciudadanía, una unidad que lleve verdaderamente a mejorar la calidad de vida de cada uno de sus ciudadanos.
El 29 de octubre veremos el gran logro de esta administración, el unirnos por cambiarla, porque los medellinenses piden de nuevo líderes sin odio, líderes por la gente, líderes capaces de lograr una unidad por Medellín. Creemos en Medellín
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