¡Unidad para conseguir la libertad!

Todos hemos visto el rudo trabajo que le ha tocado a la MUD, sabemos y estamos consientes de la dificultad para lograr consensos, se aplaude el esfuerzo, el cual debemos reconocer sin mezquindad, pero ha llegado, el momento del cambio, resulta importante ahora oxigenar, nuevos actores, nuevas propuestas, renovación, requerimos de ese refrescamiento, dejando de lado parcialidades políticas o intereses personales e individuales, y estableciendo como prioridad los verdaderos intereses de la Nación, solo así se logrará generar la confianza de la gente en esta asociación, poniendo el acento en lo que nos une como oposición.

«La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino» Simón Bolívar.

 

Los últimos acontecimientos acaecidos con relación a la situación por la que atraviesa la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), me obligan a realizar un análisis de lo ocurrido y lo que presumo está por venir, observando los toros detrás de la barrera, como dirían algunos buenos amigos amantes de la tauromaquia, pero absolutamente involucrada en mi carácter de ciudadana venezolana.

Haciendo un poquito de historia, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) nace a partir de un clamor de unidad de los ciudadanos de este país, dadas las continuos enfrentamientos electorales, odios y desigualdades imperantes en los partidos de oposición en cuanto a algunos criterios asumidos a la hora de abordar los problemas fundamentales del país, propuesta que resultó escuchada por los principales líderes de oposición. Se constituye entonces como una alternativa de unidad política en donde convergen unos 25 partidos, en una especie de asociación de unidad a partir de las diferencias con la intención primigenia de luchar contra la opresión, enfrentarse y lograr finalmente rescatar el sistema democrático, plural y con él nuestras libertades fundamentales.  Se convierte así en un lugar o espacio para el consenso entre partidos con distintas visiones, aspectos, enfoques e ideologías, para que a través de acuerdos estratégicos, lograr sumar fuerzas en la lucha por el cambio que el país requiere, la fuerza de uno.

En este orden de ideas, la MUD ha centrado sus acciones en la realización de coaliciones electorales con el propósito de ganar elecciones a través de candidaturas únicas, constituyéndose de este modo en un frente democrático cuya finalidad, además es la de interpretar la realidad política que vivimos en nuestro país a través del dialogo y la conciliación, neutralizando sectores violentos en un esfuerzo por derrotar la mentira, y que triunfe la verdad, vencer el odio y la violencia, en una sociedad absolutamente polarizada.

La renuncia del Secretario General de la MUD Ramón Guillermo Aveledo, pone en tela de juicio la unidad nacional, a decir de Diosdado Cabello, lo hicieron renunciar porque no lo quieren allí, desprecian su actuación, dado que se sentó a dialogar con el régimen, y además por los conflictos internos, en fin,  rumores y más rumores van y vienen en torno al tema, los cuales fueron aclarados por el propio Secretario saliente. Lo cierto es que esta renuncia marca, sin duda alguna, una etapa en este enorme esfuerzo de la oposición, obligando a quienes la integran no solo a realizar un balance de sus actuaciones sino además, a reflexionar sobre cuál es ahora el camino correcto o más adecuado a seguir en estos momentos tan difíciles y complejos por los que atraviesa el país. La MUD requiere entonces una reestructuración, una revisión en su funcionamiento y revisión que se hace urgente, no solo a la luz de las venideras elecciones parlamentarias del año próximo, sino además con relación a las exigencias que la crisis nos impone.

Entiendo la importancia de la unidad en lo electoral, pero en la actualidad los venezolanos reclamamos un compromiso mayor a la MUD, porque  necesitamos y rogamos por una MUD que este en sintonía con el pueblo y sus problemas y que responda contundentemente y con la urgencia que amerita a estas necesidades, porque la realidad palpable e inobjetable es que el pueblo está pasando por grandes calamidades y penurias, inflación, inseguridad, devaluación, escasez, crisis en los servicios públicos y en general una crisis económica, política y social generalizada sin precedentes, por eso el cambio debe ser real y de raíz, en este sentido quizás sería bueno aprovechar esta oportunidad y pensar en la conveniencia de un liderazgo algo mas frontal y menos académico para dirigir los destinos de esta asociación.

Todos hemos visto el rudo trabajo que le ha tocado a la MUD, sabemos y estamos consientes de la dificultad para lograr consensos, se aplaude el esfuerzo, el cual debemos reconocer sin mezquindad, pero ha llegado, el momento del cambio, resulta importante ahora oxigenar, nuevos actores, nuevas propuestas, renovación, requerimos de ese refrescamiento, dejando de lado parcialidades políticas o intereses personales e individuales, y estableciendo como prioridad los verdaderos intereses de la Nación, solo así se logrará generar la confianza de la gente en esta asociación,  poniendo el acento en lo que nos une como oposición.

Ahora bien, en esta zona de acuerdo posible que nos ha costado tanto construir debemos tener bien claro la unidad no se decreta: la unidad es un sentimiento. Los venezolanos estamos agotados y cansados de promesas, y a estas alturas del campeonato no esperamos rectificación alguna por parte del régimen, sabemos que no existe de ninguna manera la voluntad ni la intención de comprender en su justa medida el nivel del desastre que han hecho y como han llevado de manera irresponsable a un país hermoso, rico y productivo como este al borde del colapso, luego nuestras esperanzas están cifradas en quienes integran la oposición democrática. En este sentido es la MUD quien tiene ahora más que nunca una responsabilidad histórica y el compromiso ineludible a través de la elaboración de ese Plan de Acción que han prometido poner en marcha próximamente, que sea integral , que obedezca a las necesidades de la gente, que no esté divorciado de la realidad, estableciendo no solo reglas claras para la unidad, de negociación y diálogo entre los partidos que la integran, sino además, los venezolanos queremos escuchar propuestas contundentes para la lucha social, de calle, pacífica y constitucional de manera enérgica y efectiva, con elementos tácticos y estratégicos que nos permitan generar los cambios con los que soñamos la mayoría de los venezolanos.

@mauxi11

 

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