Todos sabemos que al presidente Santos poco le importa el ciudadano de a pie, porque el popular no representa a la rancia élite bogotana a la que él pertenece (siendo yo más bogotano que el ajiaco), ni mis compatriotas de carne y hueso se parecen en sus costumbres refinadas a las delegaciones extranjeras a las que visita y venera como semidioses y actúa como un mayordomo, sabemos que no le importamos, lo que no nos podíamos imaginar era que en un paro que ya cumple 39 días, no le importase de verdad que poblaciones de éste país sufran desabastecimiento de alimentos y que los productos se pudran en bodegas y camiones.
Uno de los desaciertos más torpes de Santos es haber delegado tanto en estas negociaciones con el grupo de camioneros que en muchos puntos tienen razón, ha mandado a segundos o terceros, y lo peor, que dicen cualquier cosa, uno desautoriza al otro, el ministro de transporte dice blanco y el inefable Vargas Lleras dice negro, mientras Santos mira de lejos, como si el sueldo que gana como presidente fuera un regalo, y no el pago por solucionar los problemas, como éste que nos estalla en el bolsillo.
Como en toda manifestación el grupo inconforme hace peticiones salidas de propósito, como el aumento de los fletes, que si se llegase a aprobar nos haría mirar la carne solo para saludarla, o apretarnos el bolsillo para comprar muchos víveres de la canasta familiar, pero por otro lado hay peticiones que son muy sensatas pero que el gobierno en su desobligante sordera se niega a hablar, el tema de la chatarrización y la clonación de placas, o el atraco al que los tienen sometidos (y a nosotros) con el precio de la gasolina, y lo tapan enfocándose en sólo señalar el tema de los fletes, que como repito es un despropósito, solo buscando deslegitimar la protesta y no solucionarla. Sin importarles los 1,5 billones de pesos que ya le deja en pérdidas este paro a la nación según el CGN.
Como siempre sucede con la mayoría de gobiernos, las protestas se producen por incumplimientos en los puntos acordados anteriormente, y es legítimo que los gremios muestren su inconformidad, Juan Carlos Bobadilla vocero de la asociación colombiana de camioneros aseguró lo que era evidente: “El primer punto que se le presentó al Gobierno es el cumplimiento de los acuerdos que ya firmó con nosotros”, y todo parte de ahí, si no se le cumple a la gente, pues esta se va a tomar la calle, así de simple.
Por otra parte Santos demuestra su poco tacto y sensibilidad como gobernante al echarle más leña al fuego, como si lo asesorara un idiota salió a amenazar a los protestantes, con quitarles licencias a conductores y propietarios, en vez de ir él personalmente a solucionar el bochorno y dejar de mandar enanos. Y para terminar la faena gobiernista habilitaron el uso de vehículos particulares para transportar carga, así que en vez de solucionar el pleito se siguen yendo por las ramas, y ahondando una emergencia que pueden terminar.
Este paro ya cumple 39 días y seguramente seguirá, esperamos que con una menor muestra de indolencia del presidente, que parece muy presto a negociar con las FARC y poco sensible para atender los reclamos de los sectores productivos del país, ojalá lo solucione, y si lo hace, esperamos que no le tome más del pelo a los protestantes. Seguramente hará lo que en muchas ocasiones ha hecho, cobrar venias y bombos cuando los problemas son solucionados por otros, porque él en su magnánimo desprecio a untarse de pueblo nunca tuvo ni tendrá carácter para bajar de su pedestal elitista y solucionar este tipo de inconvenientes tan álgidos, sólo los niega o los deja pasar.
“Ese tal paro no existe”