Una revelación “la empatía”

“Una empatía que salvara este camino torcido, este malformado mundo”


Cada ser vivo aprende a caminar desde una temprana edad, en el desarrollo de los años, los obstáculos superados, con las diferentes enseñanzas encontradas en el camino adquirimos el denominado tumbao al caminar, cada ser camina a un ritmo diferente, con un swing característico, aunque en ocasiones compartimos swing con alguien, pero como parte de la vida hay quienes se van a fijar en la forma que caminamos buscando los defectos o admirando la manera.

Parte de la llamada empatía es entender, que todos caminamos de diferente forma, la empatía no es solo entender por qué caminamos o hacemos las cosas de manera diferente, la empatía debe ser respetar la forma en que los demás hacen las cosas, está bien, que camines y todavía tropieces es normal, pero todos los caminos recorridos son diferentes, cada persona tiene un conocimiento diferente, una forma diferente de afrontar el recorrido es una falta de respeto hacia los semejantes decirles cómo deben de caminar, que deben hacer con los obstáculos, hay que respetar el camino ajeno, evitando la frase yo lo haría de X manera, eso que estás haciendo no está bien, yo lo hice de esta forma.

La empatía no es más que respetar al prójimo, ayudar sin invadir su aprendizaje, evitar la molesta y fastidiosa comparación con fulano o sultano, ser empático es ayudar, apoyar, regalar risas en momento de tristeza, dar pan en momentos de hambre, dar compañía en momentos de silencio, está de moda la empatía, pero poco sabemos de cómo aplicarla, la manera errónea de ejercerla puede hacer más daño que fortuna; hay momentos de angustia, ansiedad, tristeza, que la persona que lo experimenta no quiere decir nada, dar explicaciones, expresar razones, sencillamente quiere que todo pase, quiere obtener la menor atención del mundo externo, mientras el mundo interior se le come las palabras, le desmorona los objetivos, y equivocadamente quiere que su círculo cercano solo lo entienda sin pronunciar palabra alguna, es un comportamiento extraño y de cierta manera fuera de lo normal no querer contacto con nadie, pero sentirse apoyado, no tener ganas de hablar con nadie, pero tampoco querer sentirte solo, es una condición rara sin explicación aparente, pero en ocasiones el ser vivo no se puede explicar.

Y es ahí donde para mí, este humilde escritor en desarrollo; es donde creo que funciona la correcta empatía, no es que debas de pasar por lo que yo estoy sufriendo, o que quiera que experimentes mi padecer, para que me entiendas; porque incluso podemos pasar por lo mismo, estar sometidos a una serie de eventos desafortunados, pero como seres individuales e independientes vamos a enfrentarlo de manera diferente o incluso con enseñanzas distintas, la empatía se a popularizado de mala manera, porque no hay necesidad de sufrir la misma caída para entender el raspón en la rodilla, tampoco de tener alcohol a la mano para aplicar si veo a alguien caer.

Nos enfrentamos a varios contradictorios, demonios y/o enemigos con los cuales podemos lidiar, pero cuando miramos que el reflejo es el que nos habla, ese que conoce aquel pecado que nadie más sabe, el mismo que conoce tu alegría, ese que sabe tu potencial, pero también tu debilidad, ese que sabes que es despiadado y que es capaz de hacer una herida abierta que no sana ni con colita de rana, y que en ocasiones no sabes cómo frenarlo o contrarrestar lo que dice.

Ahora actualmente la gente está proclamando a grito herido y para cualquier persona la dichosa frase “SER FELIZ DEBE SER TU ELECCION, SIN INPORTAR LO QUE TE PASE, TU ESCOJE SER FELIZ”, lo que pasa con esta frase es que difícilmente cuando una persona se encuentra falta de cordura, falta de actitud, falta de alegría, y sientes que todo abandona el cuerpo, ni recuerda, ni se percata dónde está la mal mentada felicidad que le están exigiendo, y  que debe elegir, no sabe ni que elegir para vestir, no sabe si comer o esperar que el cuerpo se coma así mismo, y tú le estas pidiendo, le estas exigiendo que se aferre a la felicidad la cual no sabe en qué calle, en que botella, en que vomitada la dejo, no seamos crueles, no condicionemos a aquella persona que tiene un obstáculo en su camino, aquel que te confiesa su infortunio no espera que lo impulses, lo entrenes para subir de ánimo,  o que le fuerces a salir lo más rápido posible, simplemente lo manifiesta lo dice y lo saca porque ya no quiere cargar más, ya no quiere sentirse mal, no quiere que lo observen como bicho raro.

Una tonada suave, un sorbo de cerveza, un bocado de la comida favorita, un capítulo cualquiera del chavo del 8, un abrazo de tu madre, permitirse arrodillar para tomar la bocanada de aire, pero más que aire, es paz, es tranquilidad, es retomar el camino, es despejar la mente, avivar la chispa que te otorgo el universo en tu concepción, esa que es única e irrepetible, esa que hace que seas lo que sos, esa que solo sabes tú como encenderla, como apagarla, cual es el mejor combustible, que le quita fuerza.

Con ese tesoro que te otorgo el universo, tienes la obligación de alimentar, debes renovar, hacer lo posible por que esa energía ilumine de confort y claridad a tu entorno, si cultivamos el amor propio o cultura de autocuidado en todos los aspectos del ser, seremos capases de calmar, sanar, superar lo que hoy se conoce como depresión, ansiedad, tristeza, angustia, empezaremos a practicar una empatía sana una empatía agradable, una empatía bien fundamentada, una empatía que ayudara a nuestros semejantes, una empatía que nos ayudara a nosotros mismos, una empatía que salvara este camino torcido, este malformado mundo en el cual hoy todo se complica, todo esta desordenado y por ende el desorden trasciende e invade terminando de contaminar hasta las entrañas, pero no podemos permitir que las cosas que están mal en este mundo contaminen nuestro territorio, nuestros dominios, en ocasiones gana la batalla la versión retorcida, apocalíptica en la cual estamos viviendo y obtiene un servidor la oscuridad más, pero hay otras personas que logran batallar, que toman aliento, lloran, patean, pero por sobre todo no permiten que lo malo, lo contaminado de este mundo invada los dominios de la luz, porque sabemos que el mundo nos necesita, la luz el poder que poseemos es lo que el mundo necesita, somos los que podemos cambiar y corregir el rumbo de este bello mundo y con cosas por descubrir.


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Jeisson Tique Pinzón

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