“Todo este ‘Sancocho’ de sucesos es lo que compone la dictadura blanda que estamos viviendo en Colombia”
Muchas veces hemos escuchado la palabra blanda en el contexto político para definir a los actos que silenciosamente, para de manera lenta y progresiva lleguen alcanzar algún fin, uno de ellos ha sido muchas veces los llamados golpes de estado blandos, pero hoy no voy hablarles de eso.
Colombia es un país donde quizás nunca un ciudadano ha podido decir que estamos bien como país, siempre ha habido una necesidad insatisfecha que nos impide decir que somos un país en progreso, así los gobiernos de turno se inventen un enemigo en común que dicen que van a combatir para que la gente aplauda y crean que está vez si lo lograremos, pero en Colombia llevamos décadas de un hundimiento lento pero que cada vez se vuelve más anacrónico.
Es por eso que llamo a Colombia una dictadura blanda, porque basta con ver un estado que reprime la protesta social y que incluso infiltra miembros policiales en las manifestaciones para luego deslegitimarlas, ver cómo una persona vendedora ambulante es golpeada y su mercancía es tirada al piso como si fueran delincuentes.
Otro de los motivos por los que he llegado a esta conclusión ha sido como en las elecciones recientes se han visto innumerables irregularidades que son un gran indicio de corrupción y que en Colombia los gobernantes no los pone el pueblo, admiro fuertemente a aquellos que aún luchan en los diferentes movimientos alternativos con la fe de que pueden cambiar el país, pero lastimosamente desmontar estas estructuras criminales es casi que misión imposible.
También los medios de comunicación independientes han sido perseguidos y estigmatizados como Canal Uno o qué decir del reciente pronunciamiento de Álvaro Uribe Vélez con el documental la negociación donde se rumoraba que sería censurado, típico de las dictaduras. Y no solo eso, basta con el escandalo reciente de la RTVC donde el presidente de dicha empresa que reúne todos los medios de comunicación públicos; dicho presidente Juan Pablo Bieri da muestras de estar al servicio de los intereses políticos y no como debería ser al servicio de la ciudadanía y sacó del aire la serie de los Puros Criollos de Santiago Rivas quien ha sido un crítico duro del actual gobierno.
Pero lo que más me ha sorprendido fue conocer el caso del ingeniero Pinzón en el caso Odebrecht, parece salido de una película de Hollywood tipo enemigo público donde alguien que conocía una verdad es perseguido e incluso acusado por la misma persona donde acudió en busca de ayuda como fue Néstor Humberto Martínez hasta que murió en oscuras circunstancias incluyendo también a su hijo y al reciente Rafael Merchán testigo clave en el mayor escándalo de corrupción de la historia.
No bastando con todo esto, la tendencia a la dictadura también se ha trasladado al sentir de muchos ciudadanos que militan con las ideas del actual gobierno, esto lo hemos podido ver en la reciente marcha “en contra de la violencia” donde un joven quiso marchar protestando contra las ideas guerreristas de Iván Duque y Álvaro Uribe pero que fue agredido física y verbalmente por pensar de esta manera, como si solo se pudiera estar de acuerdo con ellos; o que decir de las declaraciones de Luis Pérez gobernador de Antioquia donde manifestó que había que intervenir las universidades donde existan pensamientos de izquierda sumándole también los panfletos que aparecieron en la UdeA donde amenazan a los estudiantes que tienen ideología de izquierda.
Por último que decir de los militares condenados por idear un plan para atentar contra el senador Alexander López del Polo Democrático Alternativo, una defensora de derechos humanos y varios líderes sociales, a ese tal punto está llegando nuestra supuesta democracia donde la fuerza pública del estado persigue y atenta contra quienes tienen otra tendencia política.
Todo este ‘Sancocho’ de sucesos es lo que compone la dictadura blanda que estamos viviendo en Colombia y que muchos aún no se han dado cuenta, pero pronto llegaremos a nuestro punto de inflexión hasta que podamos decir también no más.