“Baja la complejidad del lenguaje jurídico para que un niño pueda entender la decisión que tomaron”
Teníamos 17 años, sin saber mucho del mundo universitario o laboral, empezando una carrera tan complicada como es el derecho con un lenguaje nuevo, con conceptos como el iusnaturalismo y el iuspositivismo que apenas lográbamos entender, clases de derecho romano con términos en latín. Profesores los cuales basaban su clase en el libro que ellos mismos escribieron. En una clase en particular se propuso la siguiente actividad; un debate entre una tesis y una antítesis, dos posturas contrarias del mismo tema. Mis amigos quienes no nos sentíamos cómodos en la universidad porque no logramos entrar a la universidad pública donde queríamos estudiar, nos correspondió irónicamente ir contra lo preestablecido y cuestionarlo. “la importancia de manejar un lenguaje complejo en el derecho vs la necesidad de un lenguaje simple en el derecho”. Puesto que siempre se ha considerado que los abogados, jueces y fiscales manejan un lenguaje complejo, se les llega a dominar incluso como “letrados” y doctores de la palabra. ¡Solo imagínalo! con 17 años ir en contra de una tradición de siglos.
Hicimos la tarea, nos metimos en el papel y buscamos evidencias, entrevistamos a un profesor, usamos un libro escrito por un profesor que obligaba a responder textualmente lo que él escribió y más. Llega el día del debate y los dos grupos, explicamos como un lenguaje complejo en el derecho nos eleva a una postura que a veces incluso como abogados no nos llegamos a entender. El debate avanza exponiendo las pruebas, pero uno de los compañeros contrincantes menciona una palabra tan rara que ni recuerdo, tomamos la oportunidad de preguntar lo que significaba esa palabra. El compañero es incapaz de dar el significado de dicha palabra. Esto provoca que el salón explote, dándonos la “victoria” y pensamos “podemos ser abogados”.
11 años después la Corte Constitucional por medio de la sentencia de tutela T262/22 nos da la razón, baja la complejidad del lenguaje jurídico para que un niño pueda entender la decisión que tomaron. Un ejemplo para que abogados, jueces, fiscales y defensores del pueblo tengan una mejor comunicación con todas las personas puesto que la ignorancia de la ley no es excusa para no cumplirla, siendo mejor entenderla con un lenguaje simple que desconocer el alcance de nuestros derechos.
Sin embargo, considero que esto no puede quedarse solo en el ámbito legal, también tiene que llegar a las aulas de clase, oficinas de trabajo y los hogares. Quizás esté pensando en voz alta, pero con un lenguaje simple y personas que estén dispuestas a escuchar podría evitarse conflictos, peleas, malos entendidos, culpabilidades o arrepentimientos. Un lenguaje simple podría permitirnos decir un adiós cuando sea necesario, un perdón cuando es obligatorio o un te amo en el momento correcto. Practicar el lenguaje simple podría llevarnos a ser mejores hijos, mejores padres, mejores amigos, mejores parejas, mejores ciudadanos y mejores colombianos. Estamos en los tiempos del cambio y este puede ser el primer paso, solo hace falta un…
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