“Sólo podremos cambiar para bien y ser factor de cambio si sabemos quiénes somos, qué somos y qué queremos. Todo lo que venga de fuera puede ser bueno o malo, pero ni siquiera seremos capaces de juzgarlo desde la ignorancia o el mal conocimiento de nuestro propio ser o desde la carencia del proyecto de partido y de Nación genuinamente nuestros.
Luis H. Álvarez”
En la década entre 1910 a 1920, se dio la construcción de las primeras bases de un partido, un partido que nace siendo oposición, siendo sociedad civil organizada, con una gran generación de jóvenes entusiastas, valientes y con mucha fortaleza, la generación llamada 1914, el grupo de siete hombres que sentaron grandes bases políticas, constructores de instituciones. Esta generación logró en 1917 la Autonomía de la Universidad Nacional.
Cabe señalar el contexto histórico de México en esos años, un país post revolucionario, sin orden, sin estructuras y sin Instituciones, mucho menos pensemos en democracia y reconocimiento de derechos civiles y políticos para algunos sectores de la población.
Manuel Gómez Morín, un joven abogado, que participa en la creación del Banco de México, del IMSS, la autonomía de la UNAM, entre otras grandes instituciones, el 14, 15 y 16 de septiembre del año 1939 funda en el Frontón México, nuestro Instituto Político, el Partido Acción Nacional.
En México el PAN, es el único partido que tiene reconocida una Doctrina, elaborada por grandes relatores en una Comisión redactora de los Principios de Doctrina, entre ellos, Roberto Cossío y Cosío, Teófilo Oleay Leyva, Juan Lambarache Obregón, Manuel Herrera y Lasso, Aquiles Elorduy, Efraín González Luna, Rafael Preciado Hernández, Miguel Estrada Iturbide y José María Gurría Urgell.
La doctrina panista desde entonces identifica el Humanismo Político cómo la base de la Acción Política, en ello, nos encontramos la dignidad de la Persona Humana, Solidaridad, Subsidiariedad y el Bien Común.
La Dignidad de la Persona Humana, implica que el ser humano es persona, con cuerpo material y alma espiritual, con inteligencia y voluntad libre, responsable de sus propias acciones y con derechos universales y con obligaciones inherentes al mismo, ello implica que, toda persona debe ser respetada en sus derechos, pero también debe saberse con obligaciones tanto como individuo (responsabilidad ciudadana), que como miembro de una comunidad (sentido de pertenencia)
El bien común, entendido como todo aquello que necesitamos para vivir plenamente en nuestra calidad de personas, el conjunto de condiciones espirituales, materiales y culturales que le permiten al ser humano desarrollarse plenamente. La solidaridad que es una fórmula de convivencia social en la que se conjuga el esfuerzo de todos para los fines superiores de la colectividad, es un principio de unidad. Por último, el principio de subsidiariedad, que es un principio ordenador entre las relaciones entre el Estado, los grupos y los individuos, implica que una sociedad mayor y más compleja no haga lo que puede y debe hacer una menor y más simple, a menos que esta última no pueda cumplir sus fines, en términos concretos nos permite identificar el principio de niveles de gobierno y distribución de facultades.
La mística panista se identifica por las actitudes que caracterizan el actuar de los militantes que tiene que ver con la congruencia, solidaridad, renovación, concordancia, eficacia y fortaleza.
Podríamos definir al Partido, cómo lo refiere Efraín González Morfín, un grupo de personas libres que se conjuntan en torno de una manera común de pensar, de un ideario, de programas de gobierno, se organizan con órganos de autoridad y escalas definidas de organización, para llegar al Poder mediante el apoyo mayoritario de los electores, con sufragio respetado, y al llegar al poder, realizar desde allí los programas de gobierno que aprobó el pueblo.
En acción nacional, aspiramos al poder, pero no por el poder mismo, sino como el medio que permite el acceso al gobierno, para desde esa posición trabajar con miras a lograr el bien común.
Uno de los retos más importantes de Acción Nacional, es lograr que el ciudadano pueda participar desde los valores ciudadanos, que son la participación, el diálogo, responsabilidad, educación, legalidad y la libertad.
Desde entonces, luchamos por la democracia nacional, logrando entre otras cosas, el reconocimiento de los derechos político – electorales de la mujer, el derecho a votar y ser votada, la participación de los jóvenes con la creación de la organización más grande de toda Latinoamérica, Acción Juvenil, una lucha de Manuel Gómez Morín, Luis H. Álvarez, José González Torres, Luisa Isabel Salas, Astolfo Vicencio, Carmen Lozada, Adolfo Christlieb Ibarrola, Florentina Villalobos, Efraín González Morfín, Francisco Barrio, Carlos Castilla Peraza, Manuel Clouthier, Ernesto Ruffo, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón y por supuesto, la primera gobernadora emanada de Acción Nacional, Martha Erika Alonso, además me atrevería a reconocer a los miles de militantes de Acción Nacional, que juntos hemos construido el mejor partido político de México.
Logramos en 1997, quitarle la mayoría al Partido Revolucionario institucional en la Cámara de Diputados, un hecho histórico, un hecho que era el presagio de una gran victoria en el año 2000, Vicente Fox, el primer presidente no electo desde el partido oficial, desde la oposición, desde Acción Nacional. Grandes logros y avances, dejaron los dos gobiernos de AN en México, el seguro popular, la libertad de expresión, se elevan a rango constitucional los derechos humanos y consolidar el fortalecimiento a programas sociales.
El gran reto, de nuestro partido es lograr que la sociedad vuelva a conectar con nosotros y fomentar la participación ciudadana.
Desde aquí, un gran homenaje a las mujeres y los hombres que han construido desde la oposición la democracia de nuestro país.
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