Tranquilidad financiera y calidad de vida

Tranquilidad financiera y calidad de vida

“Nuestra calidad de vida está determinada por la calidad de nuestro día a día presente, no futuro ni pasado, y este principio tan básico se nos suele olvidar con facilidad.”


Desde que somos niños, recibimos una serie de ideas sobre lo que es correcto y contribuye a nuestra calidad de vida. Alimentarnos bien, estudiar, hacer ejercicio, son algunos de los principales temas que incluimos en esa bolsa de cosas para estar mejor; recientemente, y por fortuna, han tomado fuerza la salud mental, aunque falta mucho. Cuando se piensa en el progreso económico, son mas o menos comunes las mismas ideas: Conseguir un trabajo estable y cuidarlo, alcanzar una buena remuneración, ahorrar… Sin embargo, nunca se nos habla de buscar tranquilidad financiera como primer objetivo. Pero, ¿qué es la tranquilidad financiera?

El término hace referencia al estado en el que nuestra situación económica no nos preocupa, y es un término que requiere mucho cuidado, porque tiende a confundirse con ser rico o tener un trabajo importante y bien remunerado. Pero no, la tranquilidad financiera va mas allá, tiene que ver con equilibrio, con que lo mucho o poco que tengamos nos alcance y tenga una dinámica que nos dé tranquilidad, paz, calidad de vida. La tranquilidad financiera es, en realidad, sinónimo de salud financiera, y esta influye tanto en nuestra vida como la salud física o la mental. De nada nos sirve ganarnos diez pesos, si debemos diez mil, no es muy funcional tener un cargo importante, si solo nos trae estrés y un mal día a día, o si el salario que recibimos apenas si alcanza para cubrir deudas y un nivel de gasto que ni nosotros entendemos porqué lo tenemos. Mucho menos nos sirve una fortuna, si es mal habida y nos trae más problemas que ventajas. Nuestra calidad de vida está determinada por la calidad de nuestro día a día presente, no futuro ni pasado, y este principio tan básico se nos suele olvidar con facilidad.

La tranquilidad financiera tiene que ver con cómo aporta mi situación económica a la calidad de mi día a día, y esto, aunque importante, no se nos dice, no se resalta, no se le da importancia, no se nos invita a pensar en unas finanzas balanceadas, con unas deudas razonables, con unos objetivos claros y sostenibles para nuestros recursos monetarios, con una hoja de ruta que cada vez nos lleve a estar más tranquilos, más satisfechos con el día a día que nos rodea. Se nos habla de progresar, de ser el mejor, de triunfar, de estar mejor, pero no se nos habla de construir un criterio propio, saludable, amable con nosotros mismos. La tranquilidad financiera tiene que ver con nuestras decisiones, y estas a su vez están influenciadas por un sinnúmero de ideas que se nos han vendido como generales, aplicables para todo el mundo, con objetivos de triunfo y grandeza que, aunque difusos, debemos alcanzar y son deseables para todos.

Necesitamos darle importancia a la formación en finanzas personales, a la construcción de ideas y la implementación de acciones orientadas a que nuestras finanzas cada vez aporten más a nuestra calidad de vida, de manera ajustada a nuestra individualidad y no a estándares y objetivos de triunfo que todos promulgan, pero nadie entiende del todo bien.


Todas las columnas del autor en este enlace: David Forero

David Forero

Analista económico

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