Mesas ambientales de Medellín: dificultades en la participación ambiental

Sergio Rúa Alvarez

Las mesas Ambientales han dado algunos logros muy significativos para la ciudad de Medellín; sin embargo, grandes dificultades en su actuar han llevado que este escenario se desvirtúe y pierda su papel articulador en la gestión ambiental de la ciudad


La participación ambiental en Medellín ha tenido grandes iniciativas, pero a su vez, grandes dificultades. En la década de los años 90s surgen las mesas ambientales como escenarios de participación para la gestión ambiental. Dichas mesas, representadas por diferentes líderes sociales de cada comuna y corregimiento, tienen como función la incidencia y participación en la solución de problemas y seguimiento a la gestión ambiental de su territorio. Lograron que se institucionalizaran bajo el acuerdo 03 del 2009, expedido por el concejo municipal. Tiempo después, las diferentes mesas existentes en cada comuna y corregimiento se organizaron alrededor de una red, la cual llamaron REDMAM y cuyo objetivo es poder incidir en la toma de decisiones de la ciudad.

Las mesas Ambientales han dado algunos logros muy significativos para la ciudad de Medellin. Algunos de ellos son la formulación e implementación de planes de acción ambiental local (PAAL) en algunas comunas, la Instalación de aulas ambientales, realización de foros ambientales, entre otros. Otro de los hitos fue su incorporación dentro del Consejo Territorial de Planeación (CTP) y Consejo Ambiental Municipal (CAM). Sin embargo, grandes dificultades en su actuar han llevado que este escenario se desvirtúe y pierda su papel articulador en la gestión ambiental de la ciudad.

Las debilidades existentes en las mesas son muchas, pero acá se nombran algunas. La primera tiene que ver con la división y los conflictos personales latentes entre sus integrantes, dónde diferencias personales y egos personales han trascendido a los diferentes espacios de participación, generándose así, la obstaculización de muchos procesos. En muchas ocasiones, se evidenciaron diferentes enfrentamientos en escenarios importantes de la ciudad, deslegitimandose ante los diferentes entes y tomadores de decisiones. La segunda tiene que ver con la influencia de políticos y caciques electorales; pues, como actores que inciden en comunidades, es normal que quieran usar estos escenarios para sus objetivos electorales.

A pesar de la neutralidad que las mesas ambientales dicen tener, hay que reconocer que integrantes han usado el nombre de las mesas y la REDMAM, con el objetivo de quedar bien ante el político de turno; cómo sucedió con el coordinador de la red entre el 2015 y 2020, quien en cada campaña política, se presentaba como alguien que manejaba una organización con gran caudal electoral. Otra de las dificultades son las ansias de poder y visualización por parte sus integrantes.

Dentro de los liderazgos sociales y organizacionales, es normal ver personas que quieran visualizarse y tener poder; pero, cuando estos deseos interfieren los procesos, se desvían de los objetivos de las organizaciones y, peor aun, se generan formas de exclusión y se coarta la participación. Para esto, se tiene de el ejemplo de antiguos coordinadores de la Red de mesas, quienes, al tener dicha dignidad, realizaron una serie de acciones autoritarias que llevaron a excluir mesas y coartar, de esta manera, su participación; lo anterior debido a la imposición de sus ideas. Es claro que en las organizaciones existen diferencias y su éxito radica en trabajar, a pesar de ellas, en objetivos comunes. Sin embargo, cuando pesan más los egos y deseos personales, no se logran los propósitos comunes. Por último y el más importante, es el bajo empoderamiento y desorden organizacional.

Toda organización debe tener unas competencias claves para su crecimiento y posicionamiento, y las mesas no son ajenas a ello. Aspectos como planeación estratégica, gestión de proyectos, solución de problemas, conocimiento de normas y competencias técnicas son claves en las mesas ambientales. Sin embargo, estos temas han brillado por su ausencia.

Cada año, los entes públicos han brindado diferentes programas para su fortalecimiento; a pesar de ello, estos no han sido efectivos, lo que ha conllevado a que los procesos no avancen. Uno de ellos es el proyecto de acuerdo 081 de 2021, el cual, tras años de construcción, no prosperó por la baja efectividad, por parte de las mesas,en su gestión.

Todo lo anterior ha impedido que, tanto las mesas ambientales como la Red, sean vistos como actores de baja influencia en la toma de decisiones en la ciudad. Por otro lado, la participación e incidencia ambiental la han liderado actores diferentes a las mesas. Un ejemplo es que en la mayoría de los Consejos Comunales de Planeación (órgano encargado de la planeación en una comuna), el representante ambiental es alguien ajeno a la mesa ambiental de su respectiva comuna.

Cómo conclusión, para que las mesas ambientales adquieran la incidencia necesaria en la ciudad, es necesario que resuelvan sus diferencias, adquieran competencias claves como la gestión de proyectos y generen estrategias que los ayuden a empoderarse como organización. De esta manera, podrán lograr su máximo propósito: ser el escenario primordial en la planeación y participación ambiental de la ciudad.


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Sergio Rúa Alvarez

Ingeniero químico, especialista en temas ambientales y en formulación de proyectos.

Actualmente consultor en temas de sostenibilidad y gestión de proyectos, además de docente. Con más de seis años de experiencia trabajando asuntos ambientales tanto en entidades públicas como privadas.

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  • Las empresas y las personas deberíamos tomar más acción sobre el tema de medio ambiente, para ayudar al planeta, de verdad de todos deberíamos concientizarnos más con esta problemática.