“Al igual que los otros dos grandes operadores: Movistar y Claro, he descubierto puntos que parecen muertos para Tigo. En unos casos para voz y en otros para datos”.
En agosto escribí una columna titulada ¿Qué pasa con Claro y Movistar en Jericó? Recogiendo el malestar de buena parte de la población quejándose ante el mal servicio de telefonía y datos que venían presentando estos dos operadores desde hace días y que distintas voces y críticos del municipio, sin mucho éxito, habíamos tratado de denunciar.
Para ese entonces, también dejé entrever, por mi propia experiencia, que el mejor prestador de servicio de telefonía celular era Tigo: los datos y las llamadas generalmente me funcionaban a la perfección. Curiosamente, después de la publicación de dicho artículo, sin querer pretender que gracias a eso fue que llegó la solución, el servicio de Claro, de quién también soy usuario, comenzó a mejorar y a ser más estable. Ya no presentaba caídas abruptas por “eternos” minutos como venía ocurriendo. Incluso, David Vega, encargado de las relaciones con los medios de comunicación de dicha compañía, tuvo la gentileza de llamarme a preguntar si el servicio continuaba mal o había mejorado y si conocía personas que presentaran los mismos inconvenientes que yo.
Más curioso fue, que días después y hasta la fecha, Tigo comenzó a fallar. Sobre todo, en la recepción de llamadas. El emisor de la llamada tiene la sensación de que del otro lado sí timbra el teléfono. No manda directamente a buzón de mensajes, pero lo que realmente sucede, es que el receptor nunca se recibe la llamada. Uno se da cuenta, por lo general, a las horas o días siguientes, cuando llegan los mensajes de texto, notificando que una persona en particular estaba tratando de comunicarse.
Ante esto, la gente comenzó a hacer conjeturas propias de cuando no contestan el teléfono: están muy ocupados, no quieren contestar, van viajando. Pero, cuando se volvió reiterativo, la conclusión era que lo que sucedía no era normal y lo más probable, como efectivamente viene pasando, es que es un problema del operador.
Mientras se soluciona definitivamente, la población en Jericó ha ido encontrando soluciones parciales. En mi caso, le digo a la gente que me llame o me escriba por Whatsapp. La llamada tradicional no funciona. En el caso de Tigo, el problema es más de voz que de datos.
Al igual que los otros dos grandes operadores: Movistar y Claro, he descubierto puntos que parecen muertos para Tigo. En unos casos para voz y en otros para datos. Lo más curioso, es que en ciertas calles dejan de funcionar por horas. Por ejemplo, entre las 5 am y 6 am por los lados del Parque Educativo, los datos rara vez funcionan.
Hay otros puntos que son completamente muertos para recepción de llamadas, y que aparentemente son centrales, como la terraza del parque principal y la esquina de Bomarzo; que, en el caso de los otros operadores, los puntos identificados son el Teatro Santamaría y el sector El Hospital.
Por supuesto que esta tecnología no está exenta a fallas, pero lo mínimo es que los operadores, en este caso Tigo, les dé la cara a los usuarios y expliquen cuáles son las razones de los fallos en sus comunicaciones ¿por qué en unos lados funciona y en otros no? ¿están modernizando redes y esas son las causas? ¿las antenas se quedaron sin capacidad? La mejor forma de acabar con el rumor y las suposiciones es ser transparentes y claros con el usuario. Esa es la forma en la que este operador puede materializar su propósito de “estamos contigo”.
Comentar