Soñar en tiempos de miseria

A quienes sueñan con un mundo mejor


Imaginemos un mundo saturado de sueños, un mundo colmado de utopías, imaginemos un mundo como lo vislumbrada John Lennon en su canción Imagine (1971), un mundo sin miedos, sin hambre, un mundo de sueños.

Pero ¿solo podemos imaginarlo?

El ser humano ha muerto, como lo postula Michael Foucault al final de su libro Las Palabras y las Cosas: Una Arqueología de las Ciencias Humanas (2010), ha ido desapareciendo su Condición Humana (2020) como lo expone Hannah Arendt, ha sido desencializado a través de la abolición de sus sueños y fantasías, ya no entrevé la utopía, esa utopía que describía Tomas Moro (1999) o la que explicaba el cineasta Fernando Birri y que le atribuyen a Eduardo Galeno, esa utopía que sirve para no dejar de caminar.

La especie humana ha dejado de disfrutar el idilio bohémico que se vivió en la Bella Época Francesa (1870-1914), que se reflejó en las novelas agresivas de Ernest Hemingway, en la representación modernista de Scott Fitzgerald, en el cubismo de Picasso y en el surrealismo de Dalí. Ese idilio que se apartaba de lo convencional y privilegiaba el arte y la cultura; ha perdido la pasión por lograr sus objetivos, por reivindicar su existencia, no se conmociona de su realidad como Ireneo Funes, Juan Dahlmann, Emma Zunz, Pierre Menard o Tadeo Isidoro Cruz, personajes literarios de los cuentos de Jorge Luis Borges (2013).

La especie humana ya no es arriesgada, obstinada, tiene miedo al fracaso, no tolera la crítica, se ha vuelto un ser humano débil, fracasado como lo menciona Friedrich Nietzsche en El Anticristo: Maldición Sobre el Cristianismo (2011), un ser humano sin sustancia, que no evoluciona, que no ha sufrido una conversión como Gregorio Samsa, el personaje Franz Kafka en La Metamorfosis (1996), es un ente sin alma, sin espíritu, con odio y rencor, como lo diría Julio Cortázar en su cuento Carta a una Señorita en París (2017), un ser humano que vomita conejitos, siendo esos conejitos la crisis del ser humano moderno. Un ser humano rodeado por guerras, enfermedades, pobreza, miseria, ignorancia, sometimiento; patologías sociales legitimadas por la ciencia, la religión y la política como lo expondrían los filósofos Max Horkheimer y Theodor Adorno en su libro Dialéctica de la Ilustración (2007).

Ese es el ser humano de hoy, un ser humano infeliz en Un Mundo Feliz (2013) como el del libro de Aldous Huxley, ese ser humano con nauseas como lo diría Jean-Paul Sartre (2008), un hombre enajenado por la sociedad, la academia y las redes sociales. Ha sido contagiado por una enfermedad sin cura, que carcome las ideas alternativas, los argumentos diferentes, que corroe la valentía, el coraje, la intrepidez, el arrojo.

El actual, es un ser humano estúpido, está atravesando una enfermedad inmaterial que domina y asesina sin dejar rastro alguno, esa llenura ante la ignorancia como lo diría el filósofo Platón en su texto El Teeteto (2021), ya no puede ni imaginar la felicidad como lo plantea Estanislao Zuleta en su famoso ensayo Elogio de la Dificultad (2020).

En definitiva, es necesario desligarse de esa alienación para pensar y reivindicarnos como seres humanos, como especie humana, suprimir esas cadenas que amamos como lo señalaría Fiódor Dostoievski (2015), esas cadenas invisibles, como lo indicaría Karl Marx y Friedrich Engels en el Manifiesto del Partido Comunista (2014), no tenemos nada que perder, pero sí un mundo por ganar.

Debemos soñar, implantar en nuestras vidas el Derecho a Soñar como lo plantea Eduardo Galeno y reivindicar la esperanza en cada paso que damos, porque es la única manera de avivar nuestras vidas cuando hemos muerto en ellas y, así, validar esos sueños y esperanzas, cumplirlos y seguir adelante sin importar las barricadas que nos imponen al nacer.

Pensemos en lo siguiente:

  1. Aunque los libros son el argumento para comprobar nuestra existencia, en tiempos miserables como los actuales, ya no es necesario quemarlos como en la Edad Media o como lo recrea Ray Bradbury, en Fahrenheit 451 (2019), porque no leemos. Sin embargo, en ellos recae la posibilidad de cambiar nuestra historia. Porque al leer, podremos resistir como lo expone el escritor colombiano Mario Mendoza (2022).
  2. Leer es un acto de insurrección. Ir a una biblioteca pública, comprar un libro en los andenes de las calles o buscarlo en formato digital y tener la paciencia de leerlo es una forma de sublevarse ante las imposiciones y violencias simbólicas y físicas que ejercen sobre nuestras mentes, ¿cómo no atraernos un libro que vislumbra las más aterradoras verdades con las que nos manipulan, donde el sentimiento de culpa ante nuestra pasividad no es más que un reflejo de nuestro mísero conformismo ante la vida?
  3. Y finalmente, recordemos que, nacer es un acto de rebelión. Todos tenemos la semilla de la insurrección implantada en nuestro organismo y, por eso, hay que trascender cualquier muralla que nos impida cumplir nuestros sueños, porque desde cualquier lugar en este mundo, existe la posibilidad de transformar lo que se ha edificado en forma de cadenas para impedir nuestra libertad.

Leamos, soñemos y existamos, porque así tendremos la esperanza de un mundo mejor, que, seguramente, es el mayor miedo de quienes nos oprimen.


Referencias bibliográficas

Arendt, H. (2020). La Condición Humana. Austral.
Borges, J.L. (2013). Cuentos completos. Debolsillo.
Bradbury, Ray. (2019). Fahrenheit 451. Penguin Random House Grupo Editorial.
Cortázar, J. (2017). Cuentos completos. Debolsillo.
Dostoievski, F. (2015). Crimen y Castigo. Penguin Clásicos.
Foucault, M. (2010). Las Palabras y las Cosas: Una Arqueología de las Ciencias Humanas. Siglo XXI Editores.
Horkheimer, M., y Adorno, T. (2007). Dialéctica de la Ilustración. Akal.
Huxley, A. (2013). Un mundo feliz. Debolsillo.
Kafka, F. (1996). La Metamorfosis. Panamericana.
Marx, K., y Engels, F. (2014). Manifiesto del Partido Comunista. Siglo XXI Editores
Mendoza, M. (2022). Leer es resistir. Planeta.
Moro, T. (1999). Utopía. Austral.
Nietzsche, F. (2011). El Anticristo: Maldición Sobre el Cristianismo. Alianza Editorial. 
Platón. (2021). Diálogos V. Gredos.
Sartre, J.P. (2008). La nausea. Siglo del Hombre.
Zuleta, E. (2020). Elogio de la dificultad y otros ensayos. Ariel.


Referencia musical

John Lennon. (1971). Imagine. https://www.youtube.com/watch?v=ugrAo8wEPiI&ab_channel=gollum1945

Jorge Alberto López-Guzmán

Politólogo (2015), Antropólogo (2019) y Filósofo (2023). Especialista en Gobierno y Políticas Públicas (2017) y Magíster en Gobierno y Políticas Públicas (2020) de la Universidad del Cauca. Actualmente, es candidato a Doctor en Antropología, también en la Universidad del Cauca

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