La consulta popular es una herramienta que permite politizar a la población en un país con altos niveles de abstencionismo electoral. Sin embargo, debemos preguntarnos ¿la justicia se debe someter a consulta popular?
Estos últimos días han sido muy ajetreados y llenos de emociones para la población mexicana, en general, pero más aún para los mexicanos que se dedican a la política: por un lado tenemos los video escándalos del caso Emilio “L”, por las presuntas redes de complicidad para la defraudación fiscal, los sobornos para la paulatina privatización del petróleo mexicano a través de jugosos contratos para la empresa Odebrecht, los sobornos a periodistas famosos, hasta con bolsas de marcas muy lujosas, etc., todo bajo la supervisión de expresidentes y otros políticos de alto poder, según relata el detenido Emilio. Por otro, tenemos que el Partido del Trabajo (PT) inició una campaña para promover la consulta para enjuiciar a los expresidentes, justo como se prometió en la campaña electoral de 2018; posteriormente, y al parecer no de tan buena gana, el partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Morena, salió a comentar que también ellos promoverían la consulta.
La consulta requiere varios pasos, muchos trámites, el camino se ha iniciado. La pregunta fundamental es ¿qué esperar de estos juicios? Como pesimista que soy, dudo que veamos a algún expresidente tras las rejas, porque cabe la posibilidad, aunque parezca sorprendente, que varios sean inocentes de muchos delitos que se les atañen. Otro factor que aviva mi pesimismo sobre el tema es la corrupción en el Poder Judicial. Me atrevería a afirmar que es uno de los poderes más corruptos del país, como lo han dejado en claro todos los juicios que “por faltas al debido proceso” dejan en libertad a delincuentes confesos o con pruebas hasta el cuello; el caso del narcotraficante apodado “El Mochomo”, quien, según una grabación telefónica, iba a pagar varios millones para que el juez argumentara fallas al debido proceso y lo dejaran en libertad… cosa que sucedió, aunque lo volvieron a detener, ahora por otro delito.
El presidente AMLO ha dicho que el promoverá, también, el voto ciudadano para que las personas elijan si enjuiciar a los expresidentes o no, pero, “como su fuerte no es la venganza” según ha dicho en más de una ocasión, él votará en contra. Muy al estilo del cristianismo, credo que profesa sin religión alguna, ha dicho que perdonemos y avancemos.
La consulta popular es una herramienta que permite politizar a la población en un país con altos niveles de abstencionismo electoral. Sin embargo, debemos preguntarnos ¿la justicia se debe someter a consulta popular? Ya veremos que sucede, sin embargo, mucha gente tiene esperanza en que este proceso iniciado con la consulta pueda generar justicia, ya que aquí, como en muchos países, los expresidentes son intocables.
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