Soberanía al límite

no se pueden llamar aliados a dos países cuando uno opera en beneficio del otro, no es una relación de iguales en búsqueda de un mismo propósito, la cooperación internacional va más allá de un gesto de solidaridad.

La decisión del Gobierno en cabeza del presidente Iván Duque en relación con la llegada de las tropas estadounidenses no fue sorpresiva, pues corresponde a un ideario típico de este sector político que busca un desarrollo nacional al servicio de las potencias económicas, a beneficio de Estados Unidos. Más allá de una perspectiva de sumisión del Estado a otro país, deja ver el somero criterio que se tiene sobre el concepto de soberanía, el cual ha sido tan transgredido por los últimos Gobiernos.

Así mismo, los argumentos en defensa, por personajes como Álvaro Uribe y Paola Holguín, de la llegada de la SFAB a territorio nacional se basan en que estas brigadas son únicamente para entrenamiento y asistencia para la guerra antidrogas. Sin embargo, el Almirante Craig Faller, comandante en jefe del comando sur de los Estados Unidos, afirmó que la misión de la SFAB debe verse como una oportunidad para apoyar la paz de la región y el respeto a la soberanía. Del mismo modo, Faller ha mencionado que la meta para 2020 es el aumento de las tropas de EE.UU. en la región Latam, lo que atentaría contra el principio de soberanía sobre el cual el mismo Almirante fundamenta su discurso. Por otra parte, Faller ha sido de los más polémicos en relación con la situación de Venezuela, pues ha sugerido en diferentes instancias la intervención militar en el país vecino.

La llegada de la SFAB a Colombia se traduce en un acuerdo entre ambos países con un carácter lícito inscrito dentro del marco del derecho internacional. No obstante, hay una tendencia en internacionalizar conflictos en donde una de las partes aprovecha para buscar una mejor posición geográfica para cumplir con sus metas político-económicas. Es decir, no se pueden llamar aliados a dos países cuando uno opera en beneficio del otro, no es una relación de iguales en búsqueda de un mismo propósito, la cooperación internacional va más allá de un gesto de solidaridad.

Además del peligro que significa la presencia de tropas extranjeras en territorio nacional, debe sumarse que esta decisión va en contravía de las disposiciones jurídicas que establece la constitución. Pues tal como lo manifestó Lidio García, Presidente del Senado, la potestad de autorizar el tránsito de tropas extranjeras en territorio nacional corresponde al Senado, tal como lo establece el artículo 173. De igual manera, este artículo constitucional es explícito en señalar que en el caso en que el congreso no esté en ejercicio legislativo, esta autorización estará supeditada al aval del Consejo de Estado, órgano que ya pidió explicaciones al Presidente Duque por la llegada de esta brigada.

Del mismo modo, la normativa colombiana permite el tránsito de tropas extranjeras, mas no la presencia de las mismas. Es decir, que así el Senado autorice el tránsito de la SFAB, conforme al numeral cuarto del artículo 173, sólo se autoriza el tránsito y estacionamiento de vehículos militares en territorio nacional mas no su uso operacional, es decir, que no está permitido, bajo la legislación colombiana, que tropas foráneas realicen operaciones militares.

Por otra parte, sobre la mesa vale la pena poner el artículo 9 de la constitución, el cual gira en torno al principio de soberanía y las relaciones exteriores. A pesar de que este artículo estuvo a punto de ser violado por el Gobierno de César Gaviria en 1990 y por el de Álvaro Uribe en 2009, nunca se había llegado al punto en que el Presidente pasara por encima del debido proceso, de realizar la petición y esperar la autorización y expusiera el derecho a la autodeterminación, de la mano de la soberanía, a tal grado en que se empiezan a gestar relaciones con fines bélicos entre el ejército estadounidense y el colombiano.

Todo lo anteriormente mencionado permite inferir que detrás del discurso antidrogas hay intenciones de intervenir en Venezuela y como es costumbre por parte de Estados Unidos, “devolver la democracia a un pueblo necesitado”. Esta amenaza, que fue explícitamente pronunciada por el comandante del comando sur, no solo es para Venezuela sino también para Colombia, cuyas consecuencias pueden ir más allá de tensiones diplomáticas. Específicamente sobre la presencia de la SFAB en Colombia valdría la pena cuestionar al Ministerio de defensa y a la Cancillería sobre cuál va a ser el alcance de esta brigada, cómo van a efectuar la regulación a estas tropas, cuál es el alcance del acompañamiento y apoyo de la SFAB, entre otras. Así mismo, sobre la violación al principio de soberanía que ejerce el Gobierno de Iván Duque.  Se debe hacer hincapié en que un Estado soberano controla directamente los instrumentos coercitivos y ostenta el monopolio de la fuerza.

Juan Felipe Montes Niño

Estudiante de Ciencia Política y Gobierno de la Universidad del Rosario
Coordinador de la Red Derecho Total
Interesado en el desarrollo de la economía social

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.