Si soñamos una sociedad distinta, hagamos una política distinta

La política no tiene dueños. Es de todos y para todos. Siempre habrán personas dispuestas a tomar todas las posibilidades que ofrece, para bien o para mal. Tomemos nosotros la política y usémosla para bien: transformemos el mundo”.



Todo el tiempo estamos hablando de construir una sociedad distinta ¿pero qué estamos haciendo distinto para lograrlo realmente? Esta es una pregunta que debemos hacernos como ciudadanos de un país y de un mundo que aspira a mejorar sus condiciones de vida, a extender sus derechos y libertades y a generar mayores oportunidades de progreso, pero que pocas veces emprende acciones de cambio personal y colectivo para materializar dichas expectativas.

Entre los medios más poderosos que tenemos para lograr la sociedad que queremos, está la política como el bello arte de todo lo posible. La política entendida no sólo como el ejercicio de los funcionarios públicos o de los líderes elegidos popularmente, sino también de los ciudadanos que participan en sus propios territorios para solucionar problemas comunes desde sus propias capacidades.

Pero tenemos una tarea pendiente que consiste en resignificar y dignificar la política. En Colombia, la desconfianza hacia las instituciones está entre las más altas del mundo, principalmente hacia el Gobierno que llega un nivel de desprestigio del 75% según la última encuesta de la firma Edelman. Es decir, que de cada 10 colombianos, sólo 3 creen en esta institución del Estado. Esta percepción negativa por parte de la gente indica un deterioro creciente en la representatividad de la política que nos debe llevar a renovar los liderazgos, a fortalecer la ética y la educación en valores cívicos por parte de quienes aspiran a ocupar cargos públicos y a fortalecer el control social de la ciudadanía sobre los gobiernos.

Pero no podemos responsabilizar eternamente a los otros de lo que también está en nuestras manos transformar. La política es también una herramienta al alcance de los ciudadanos, que bien empleada, nos puede acercar a esa sociedad aspiracional que tanto anhelamos. Para esto, es fundamental entender el ejercicio político como una posibilidad de servir a un bien común, no como una empresa de mercaderes que transan favores personales con los recursos que le pertenecen a las comunidades. Pero además, emprender acciones afirmativas a favor de intereses públicos como la educación, el empleo, el deporte, la cultura, el medio ambiente, el desarrollo rural, la salud y todos los desafíos que enfrenta un mundo en constante cambio y para el cual todos los ciudadanos debemos estar preparados con el fin de responder a ellos de manera constructiva y trabajar en equipo bajo propósitos comunes que le resten a la competencia y le sumen a la cooperación.

La política no tiene dueños. Es de todos y para todos. Siempre habrán personas dispuestas a tomar todas las posibilidades que ofrece, para bien o para mal. Tomemos nosotros la política y usémosla para bien: transformemos el mundo.

Santiago Orozco Carmona

Politólogo y Magíster en Estudios Políticos de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín; diplomado en docencia, currículo y didácticas y en convivencia escolar. Es fundador de la corporación Por la Gente Somos Más y Creador de El Líder Sos Vos. Se ha desempeñado como investigador y escritor en el área de las ciencias sociales, políticas y humanas; docente de básica primaria, secundaria y media durante más de dos años; docente universitario, asesor de despacho y coordinador del Programa de liderazgo "El Líder Sos Vos" de la Secretaría de Educación de Medellín durante el 2016-2019.

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