El Senado brasileño inició el viernes el segundo día de deliberaciones sobre si debe sacar permanentemente del cargo a la presidenta Dilma Rousseff. La primera mujer presidenta de Brasil está acusada de efectuar maniobras fiscales para ocultar déficits. Rousseff, quien está a la mitad de su segundo mandato, niega haber cometido violaciones y dice que sus enemigos están conduciendo un golpe de estado.
Sus detractores dicen que ella lo hizo para fortalecer su respaldo y argumentan que esas maniobras profundizaron la crisis en la mayor economía de Latinoamérica. Se prevé que testigos de la defensa declaren el viernes.
Varios días de testimonios, incluyendo un discurso de Rousseff el lunes, culminarán con una votación final la semana próxima.
En mayo, el Senado votó para impugnar y suspender a Rousseff por 180 días mientras se preparaba el juicio.
El vicepresidente Michel Temer, un ex aliado de Rousseff que ahora es su rival, asumió la presidencia interina en mayo. Si el Senado vota en favor de la salida permanente de la mandataria, Temer cumplirá el resto del término, hasta 2018.