El sello «Compromiso Energía Colombia» por la suficiencia energética nacional, es un distintivo que se otorga a cada usuario, empresas y hogares, que aporta con hechos concretos para evitar un racionamiento de energía eléctrica en el mediano plazo en Colombia.
Este sello es entregado usuarios de energía eléctrica conectadas a lo largo del Sistema Interconectado Nacional de todos los tamaños, en diferentes categorías.
En varias ocasiones y haciendo uso de diferentes métodos para la comunicación, los agentes del sector eléctrico colombiano han hecho llamados al gobierno nacional para que atienda la condición actual de estrechez y altos precios en el mercado eléctrico colombiano. Estos llamados han recibido un silencio lo suficientemente prolongado para que sea entendido como una respuesta contundente.
Ante la indiferencia de unos y la preocupación de otros, en esta columna propongo a empresas del sector y usuarios la creación del sello «Compromiso Energía Colombia». Aunque el nombre del sello puede ser modificado, será irrenunciable el compromiso por la resiliencia del país y, una vez más con éxito, hacer de las dificultades un triunfo para recordar. El sello «Compromiso Energía Colombia» será entregado por los gremios del sector que implementen esta iniciativa, a través de los canales adecuados.
En adelante hago una descripción general de las componentes de la propuesta para la creación de este sello.
La acreditación a través del sello «Compromiso Energía Colombia» se realizará por acciones encaminadas al ahorro de energía y el autoabastecimiento. El sello estará acompañado por una ceremonia de premiación a todos los actores que contribuyan a la suficiencia energética en Colombia. Premiación a usuarios y también a empresas del sector que contribuyan con resultados a evitar un desabastecimiento.
El sello depende de una serie de factores: Reducción de consumo de energía eléctrica por unidad de mercancía producida, reducción de consumo de electricidad en áreas administrativas, implementación de ahorro de energía en hogares de empleados.
Cada comercializador planteará una línea base a sus usuarios del mercado no regulado, medida en unidades de consumo de electricidad por unidad de producción; esto es, cantidad de vatios necesarios para producir un par de zapatos. Desde diciembre de 2024 a junio de 2025 cada empresa estará comprometida con utilizar menos energía eléctrica en la producción por unidad de mercancía.
También, cada empresa acordará con sus empleados una meta para la reducción de consumos de energía eléctrica. Fácilmente: kilovatios por día por número de personas en el hogar. Al hogar de cada empleado que logre este ahorro podrá entregársele un beneficio: tiempo en familia, recompensa de servicios de empresas aliadas, distinción conmemorativa.
Frente a los hogares, los comercializadores harán la distinción a través de la factura de servicios públicos. Esta distinción debe lograr ser atractiva para promover su uso a través de redes sociales y hacer del «Compromiso Energía Colombia» un propósito de todos los que le apuestan a la construcción del país desde la iniciativa privada.
Estas propuestas pueden ser tomadas para la implementación de parámetros objetivos. El talento del sector eléctrico colombiano por supuesto lo puede lograr de forma rápida, objetiva y efectiva. La voluntad, el impulso y el trabajo en equipo para lograrlo puede ser la parte más retadora del ejercicio.
A cada lector que hasta acá ha llegado le entrego mi agradecimiento y el principio que rige la propuesta que lanzo. O encontramos mecanismos desde la libertad para resolver los retos que enfrentamos o la responsabilidad de materializar nuestros propósitos se nos arrebatará.
Los mecanismos de mercado tienen por objetivo incentivar para que entidades libres entreguen aquello que las personas requieren. Hoy, además de un suministro de electricidad seguro y confiable, el país necesita creer en sus instituciones, sí las políticas, pero también las privadas. Si el sector eléctrico ha sido exitoso en el abastecimiento de la demanda de energía eléctrica por 30 años, también los usuarios han estado a la altura del compromiso pagando por más de 360 meses la factura de energía. El beneficio ha sido compartido, así también la responsabilidad
No es suficiente indicar que no hemos sido escuchados: en discursos no hay resultados.
Quienes somos conscientes de las dificultades que enfrenta el mercado eléctrico colombiano debemos tomar acción. Y va siendo tarde para ello.
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