¡Salvemos empresas, salvemos vidas!

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Iniciando el siglo XX, Antioquia emprendía un desarrollo empresarial importante, en palabras del empresario Enrique Echavarría “brotaba la industria como espuma del revuelto mar”  y dichas palabras quedaron constatadas en un departamento que contaba para 1916 con más de 70 industrias que producían elementos tan variados como cigarrillos, granos, bebidas, libros, tejidos y fósforos, de las cuales se destacan la Cervecería Antioqueña, Posada y Tobón (hoy Postobon), Coltejer, Harinera Antioqueña, Noel, Compañía Nacional de Puntillas, Fábrica Nacional de Conservas Alimenticias, Coltabaco, Compañía Nacional de Chocolates, Fabricato, entre otros.

Antioquia ha diversificado su vocación económica y continúa siendo un departamento que está a la vanguardia del mercado y del mundo, siendo pionera y ejemplo para los demás departamentos del país. En gran medida ha sido el sector privado quienes nos han dado aquella cultura de pujanza, trabajo duro y verraquera, ayudándonos a superar las dificultades que ha traído cada una de las épocas, entre las cuales se incluye el oscuro y triste tiempo causado por el narcotráfico en cabeza de Pablo Escobar quien quiso doblegarnos como sociedad.

Hoy enfrentamos una crisis mundial causada por la pandemia del COVID-19, un virus que ha obligado a los gobiernos a tomar medidas de confinamiento buscando evitar una mayor propagación que pueda generar el colapso de los sistemas de salud; y, así salvar la mayor cantidad posible de vidas. Pero esta medida también ha generado un daño que se va volviendo peligroso con el paso del tiempo y si continúa a largo plazo, se volverá mortal. En otras palabras, es la recesión tan fuerte en la economía a nivel mundial donde las proyecciones del Fondo Monetario Internacional muestran que la economía global caerá en 6 puntos del PIB y nuestro departamento también se verá afectado, pues en la actualidad sus diferentes actividades económicas se han visto casi que paralizadas.

Según cifras de la Cámara de Comercio de Medellín en el 2020 el PIB regional se reducirá entre 1,5% y 2% dejando de producir cada día 170.000 millones de pesos y generando la perdida de cerca de 131.000 empleos, un incremento en el desempleo cercano al 15%. Estas cifras deben encender las alarmas del Gobierno Nacional y los gobiernos locales para empezar a buscar medidas que permitan reactivar la economía nacional y departamental. En este sentido el presidente Iván Duque ha tomado la decisión de permitir que los sectores de construcción y manufactura vuelvan a trabajar con ciertas restricciones, pero son medidas que se van quedando cortas ante la urgencia de la situación. En Antioquia, el 57% de las empresas ha suspendido sus actividades totalmente, y el 32,1 por ciento lo ha hecho parcialmente y solo el 87,8% de las empresas de nuestro departamento cuentan con recursos para su mantenimiento por menos de dos meses.

Por tanto, debemos actuar buscando salvar la mayor cantidad de vidas y empleos, no se tratan de dos variables excluyentes porque al final tanto resguardar la salud, como reactivar la economía son medidas que repercuten en salvar la vida de los colombianos. El gobierno debe pensar en propuestas como subsidiar el pago de salarios a pequeñas y medianas empresas, por lo menos en los dos primeros salarios mínimos, reactivar el comercio poco a poco con actividades que no generan aglomeraciones, generar un marco regulatorio especial más estricto con las entidades financieras y apoyarse en las Fintech para lograr que llegue de forma más urgente y eficiente la liquidez a las empresas.

Santiago Narváez Lombana

Ingeniero de Producción-Universidad EAFIT, MBA, lector y deportista.