“mi fin, es tomar como ejemplo lo que hoy vive la Fiscalía General de la Nación y poner de presente, como las maneras en que acceden a los cargos públicos en el país, perjudica a todos los colombianos”
La Fiscalía General de la Nación, cuyo fin es perseguir el delito y las demás funciones establecidas en el artículo 250 de nuestra Constitución, se ha estado convirtiendo en una entidad, que le ofrece de manera sencilla a los periodistas el morbo que necesitan para cubrir los escándalos que a menudo se presentan en el país.
Esto se ha visto intensificado sobre todo en las dos últimas administraciones de esta entidad, donde por los medios nos enteramos de escándalos tales como: la poca imparcialidad que podía presentar el fiscal general para adelantar las investigaciones en el caso de la ruta del sol, y la muerte del señor Jorge Pizano, hechos que sucedieron, mientras la Fiscalía estuvo bajo el mando de Néstor Humberto Martínez, por otro lado la absurda captura del actual gobernador de Antioquia por hechos de 15 años atrás, la apertura de investigación penal porque encontraron a la alcaldesa Claudia López haciendo mercado con su esposa; los audios que supuestamente involucran al senador Gustavo Petro con la ñeñepolitica, cabe destacar que en una de esas grabaciones, se le menciona pero no dice nada que lo involucre directamente en compra de votos, el icónico viaje a la isla de San Andrés junto al contralor y su familia, son de los escándalos que ha tenido el fiscal general Barbosa en el poco tiempo que lleva ejerciendo su cargo.
Sin embargo, no quiero solo quedarme en decir que en el traspaso de un fiscal al otro, en vez de solucionar estos escándalos los terminó fue aumentando, usando el famoso refrán que lleva por título esta columna, además de lo anterior, mi fin, es tomar como ejemplo lo que hoy vive la Fiscalía General de la Nación y poner de presente, como las actuales maneras en que acceden a los cargos públicos en el país, perjudica a todos los colombianos, que debemos hacer uso de los servicios del estado, que somos quienes sufrimos los daños derivados de la mala prestación del servicio y quienes después terminamos pagando esos mismos daños con nuestros impuestos.
La primera causa que encuentro y que me indica porque en Colombia hay funcionarios públicos que actúan de esta forma, tiene que ver con un problema de idiosincrasia nuestra, lo explico en palabras de Jaime Garzón “los funcionarios públicos son para que le funcionen al público pero resultamos es haciéndoles venias y todos sirviéndole a ellos”, es decir nosotros mismos como ciudadanía, terminamos otorgándoles divinidades que no tienen, pero se las terminan creyendo, ejemplo de ello es que salga un fiscal en público a decir que ocupa el segundo cargo más importante del país, ostentando el poder que tiene, que un senador como Ernesto Macías haga sus “jugaditas” negándole el derecho de réplica a quienes son sus opositores, y que en ambos casos salga la ciudadanía a defenderlos y a hacerles venias.
Otra causa, tiene que ver con el famoso “clientelismo”, el cual no permite que un cargo lo ocupe la persona mejor capacitada, sino el mejor amigo del político de turno, lo cual se ha naturalizado tanto en el país, que es normal que un fiscal general salga a jactarse públicamente de su amistad con el presidente de turno y que para nadie es un secreto que su nombramiento fue en gran medida por esa relación entre ellos,
Este tema del clientelismo, es quizás de lo más perjudica el buen servicio porque permite que una investigación no avance y por el contrario se le pongan mil trabas como el caso de la que se adelanta por la financiación de la campaña a la presidencia de Iván Duque, o permite posesionar en cargos a familiares de los directores de las entidades como es el caso de las esposas de los actuales Contralor General de la República y Fiscal General de la Nación
La siguiente es quizás igual o más perjudicial que la anterior y tiene mucho que ver con el pago de “favores políticos”, para explicar esto voy a usar uno de los casos más controversiales en la historia patria como fue el de la “yidispolitica” a quien a cambio de su voto positivo para aprobar la reelección del presidente Uribe le ofrecieron varios nombramientos en empleos directivos, y es que este tema tiene mucha relación con el anterior y pueden en algún punto llegar a mezclarse porque permite entre otras cosas, nombrar a una persona que ni siquiera tenga un título profesional, como la Consejera de Relaciones Exteriores con funciones de Cónsul General en Orlando o muchos otros nombramientos que resultan cuestionables.
Una causa más, y que la bautizó como “Colombianada”, porque acá es el único lugar en el mundo donde unos militares violan a una niña indígena de 7 años y se termine sancionando al militar que puso esos hechos en conocimiento, demuestra lo mal que esta el servicio público en el país y la razón por la cual dentro de las instituciones se acude al famoso “tapen tapen” para de esta forma evitar los cuestionamientos de la opinión pública y las consecuencias legales a que hubiera lugar.
Esas anteriores entre otras que se me escapan, son conductas que se deben erradicar de nuestras prácticas políticas, sin embargo eso solamente es posible dándole un buen uso a los derechos que nos ofrece el artículo 40 de la constitución Política, relacionados con la participación, conformación, ejercicio y control del poder político, por ello hago importancia una vez más al igual que en varias de las columnas que he realizado anteriormente, en que este país si tiene solución pero la vamos a lograr hasta cuando ejerzamos el voto a conciencia y por el mejor de los candidatos, esperando que al iniciar cada nueva administración no se nos repita lo del dicho “salimos de Guatemala para entrar en Guate-peor”
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