Las petroleras en Colombia han tenido un tratamiento de reyes, donde todo el mundo se somete a su voluntad. Para la muestra el poder que los gobiernos Uribe y Santos les han dado para explotar tierras y aguas nacionales, sin cumplir todos los requisitos sociales y ambientales exigidos. Definen quienes son los invitados a las reuniones de la alta sociedad, influyen en los medios de comunicación para tener propaganda a diestra y siniestra, incluso, sus logotipos se encuentran inscritos en los uniformes de delegaciones deportivas. Pero no para ahí; hasta han hecho escándalos en nombre de Colombia, como lo ocurrido en un prestigioso restaurante de Río de Janeiro en el pasado mundial de futbol en Brasil, donde Federico Restrepo, uno de los directivos de peso de Pacific Rubiales Energy Corp., le lanzó unos platos a unos connacionales, en medio de una discusión politiquera (uribismo y santismo); como testigos fehacientes de este hecho se encuentran Yamid Amat Serna, Manolo Cardona y Carolina Guerra. Se trae a colación esto porque esta peculiar petrolera de origen canadiense, con directivas latinas se encuentra en unos aprietos, y con un manejo tan malo que se le ha dado al tema, que sus posibles compradores han declinado el negocio.
En la columna Quifa, La Discordia (29/03/12), ya se había hablado sobre ciertos comportamientos de la multinacional con respecto a Ecopetrol bajo los siguientes interrogantes: Con todo el poder de PREC, sería bueno indagar el Plan de Manejo Ambiental de toda la actividad desarrollada en el Campo Quifa. ¿Solo el reflejo de los Comerciales de Televisión?, ¿Porqué para PREC cuando les cedieron el Campo, ECOPETROL era su nuevo mejor amigo, y ahora que llegó el momento de rendir cuentas y pagar, ya no lo es? Hay que ver la publicidad que se ha gastado en materia de aparentar ser la solución para todos los problemas de Colombia, de querer adueñarse de la Política Petrolera Nacional (incluso, pasándose por encima de Ecopetrol); hasta querer influir en las relaciones diplomáticas con Venezuela (así tenga un gobierno indeseable), gracias a las extrañas gestiones de José Francisco Arata, opositor al chavismo y gran directivo de PREC (Pacific Rubiales Energy Corporation).
Han propuesto trabajos conjuntos de exploración mediante tecnologías extrañas in situ, supuestamente para cubrir la crisis en hallazgos de hidrocarburos. En la columna Star Problem (20/08/2014), se mencionaba los trabajos que se pretendían hacer con una nueva tecnología: ”Synchronized Thermal Additional Recovery o STAR por sus siglas, es un proceso muy eficaz para la recuperación o el factor de recobro de petróleos pesados, especialmente en pozos con condiciones de saturación de agua donde la inyección de vapor puede no ser factible”. Los resultados, según la misma compañía y Ecopetrol, no fueron los esperados y mediante un acuerdo, el cual fue redactado en un escueto comunicado, decidieron suspender este proyecto, hasta nueva orden. Y aquí viene el siguiente interrogante, que no ha sido satisfecho desde dicha época: ¿Porqué no hay suficiente ilustración ambiental y sostenible en materia de tecnologías fracking y star? Después no se quejen porque las concertaciones con la comunidad se convierten en un dolor de cabeza. Pero llegaron los problemas.
Debido a que hay una comunicación fluida en las charlas con la comunidad para concertar los proyectos, así como el gremio petrolero no tiene los suficientes planes de contingencia para enfrentar situaciones como la de los precios bajos del petróleo hoy, el cual oscila entre 40 y 50 dólares, debido a que la producción de los grandes de la OPEP ha sido aumentada sin posibilidades de control a mediano plazo, la empresa ha empezado a tener problemas en el cumplimiento de los compromisos adquiridos. ¿Qué pasó? Comunidades indígenas y campesinas llegaron hasta las instalaciones del Campo Rubiales, protestando pacíficamente, pidiendo aclarar situaciones que se habían venido presentando. ¿Cuál fue la respuesta? Enviar cuerpos de policía allá, como si se tratase de un paro antiambiental con bloqueos incluidos (lo cual parece que no fue cierto), hubo brotes de vandalismo, quemaron dos carros; ¿y las directivas? Jugando golf, mientras las comunidades siguen esperando respuestas. ¿Dónde están las autoridades ambientales? Quién sabe.
Lo más triste, es el manejo dado a través de los medios de comunicación: «Aproximadamente 70 indígenas ingresan al campo petrolero a saquear y a quemar algunos vehículos que estaban ahí en esa locación, también reteniendo ilegalmente a 40 empleados», palabras de Juán Carlos García, Comandante Operativo del Meta, a los diferentes medios que estaban en la zona. Sería absurdo que algo así hubiese pasado con todo el sistema de seguridad que tienen las principales instalaciones petroleras, y acusar de buenas a primeras a la población étnica no es lo más saludable para un país que está buscando la paz. Así no es.
PD1: Lamentable que ciertos defensores de DDHH, asuman una actitud de satisfacción frente a las tragedias de policías y militares.
PD2: Varios miembros de dignidades que crecen en el país, le exigen al presidente Santos traer la paz ya; pero con paros y manifestaciones lo quieren tumbar. Es algo inadmisible.
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