Todo apunta a que el impuesto de guerra que quería imponer la gobernación a los servicios públicos domiciliarios en Antioquia va a fracasar nuevamente en la Asamblea Departamental porque no tiene ambiente siquiera en su bancada de coalición. Una buena noticia, no porque celebre la nueva derrota del gobernador, sino porque eso significa que a nadie en Antioquia le van a cortar la luz porque no tiene con que financiar un fusil o una cámara de vigilancia.
Con éste el gobernador suma otro fracaso, pareciera que estuviera pavimentando su camino al olvido de derrota en derrota. El fracaso contumaz del gobernador proviene de su orientación estratégica, llegó a la gobernación en el túnel de aire que le generó Fico, sin mayor esfuerzo propio, a hacer política nacional desde el gobierno local. Quiere aprovechar su golpe de suerte para revivir las tesis del uribismo en el escenario nacional y fracasa, porque mira solo el horizonte y no el camino, como el personaje de la “fábula de los tres hermanos” de Silvio Rodriguez.
A esta sociedad le hace mucho daño la manía de la victoria, el aparato ideológico construido por las elites en Antioquia para que trabajemos más y más barato porque somos mas berracos, trabajadores y exitosos que el resto de los habitantes del planeta, le hace mucho daño a esta sociedad; somos una sociedad “orientada al logro” como dicen los coach de la autoexplotación y no deja de resultar irónico, que los señores que han explotado y promovido esa manía, tengan un gobernador fracasado.
El gobernador fracasó con su vaca, porque invitó a la sociedad antioqueña a disputar con el gobierno nacional por financiar una vías que nunca han estado en su competencia, valga decir que la única bajo su competencia – el túnel del toyo – esta atrasada por la incompetencia de la gobernación.
Fracasó con el referendo egoísta que buscaba centralizar la riqueza en Colombia, ahora el acto legislativo de reforma al sistema general de participaciones pasó en el congreso y cumplió la promesa aplazada de la Constitución del 91, la carrera inane del gobernador para poner a los gobernadores a pelear con el presidente fracasó.
En lo que no ha fracasado el gobernador es en impulsar la crisis de la U de A, para promover un ajuste por la fuerza del problema fiscal, ni en destruir la institucionalidad social del departamento – aunque también fracasó tratando de acabar con la secretaría de las mujeres – y no ha fracasado un solo día de su gobierno en disputar el protagonismo nacional de la derecha con el alcalde de Medellín quien es el responsable, probablemente el único, de su victoria electoral. Mal le paga el diablo a quien bien le sirve.
En lo que ha fracasado históricamente desde Rionegro es en la empresa por constituir un Área Metropolitana que centralice el poder burocrático en su equipo político y convierta a los municipios del altiplano en sirvientes de Rionegro, ahora con el lapicero de la gobernación quiere cumplir su tarea fracasada. Las organizaciones sociales y la dignidad del oriente lo harán fracasar de nuevo.
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