“Con la #ReformaDeLaMuerte el gobierno Petro quiere volver al tortuoso sistema del Seguro Social y que el Estado – burocrático hasta el tuétano – maneje los recursos de la salud, en otras palabras, se robarán la plata que sirve para atender a los enfermos”
El pasado lunes 13 de febrero de 2023 se presentó ante el Parlamento la desconocida reforma a la salud del gobierno Petro que durante varios meses mantuvo en incertidumbre por su contenido a todo el pueblo colombiano, debido al desconocimiento de esta entre la opinión pública se empezó a suponer sobre lo que traería dicha reforma y sobre sus posibles consecuencias en caso de ser aprobada. Por fin se conoce el texto, el articulado y la exposición de motivos y ya sabemos a ciencia cierta qué pretende ese proyecto para con la salud de más de 51.000.000 de colombianos.
Desde antes de elecciones y durante los primeros meses de gobierno del presidente Petro se especuló bastante sobre la reforma a la salud, todo mundo decía de un lado que sería buena porque arreglaría la supuesta crisis en el sistema por otro lado muchos decíamos que acabaría con el sistema y se adoptaría uno en el cual la salud de las personas pasa a un segundo plano. Cuando se conoció el texto de la dichosa reforma pudimos despejar nuestras dudas, nuestras incertidumbres y nuestras especulaciones.
Pasaron seis meses hablando del contenido de la reforma Petro-Corcho en donde no sabíamos absolutamente nada hasta que por fin lo supimos aunque queda en el ambiente la desconfianza de su valor técnico porque el secretismo que se manejó en la construcción del texto fue total y sistemático. La reforma a la salud se hizo de espaldas a los colombianos y de los médicos. Esa reforma no es técnica sino política e ideológica.
El sistema de salud, creo yo, requiere de modificaciones y cambios que ayuden a que este mejore su calidad para atender a los pacientes con enfermedades y contingencias de salud. Nada en el mundo es perfecto y todo es susceptible de modificaciones. Lo que realmente preocupa es que la reforma contenga cambios estructurales que harán que el sistema de salud desaparezca dejando a la deriva a millones de colombianos que merecen una salud de calidad. Gustavo Petro quiere sepultar un sistema de salud que fue construido hace más de 30 años y que a pesar de sus problemas – como todo en la vida y más cuando quien lo crea es el hombre – sigue funcionando y es catalogado como uno de los sistemas más eficientes y ejemplares en el mundo según un estudio de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC) del 2022.
La #ReformaDeLaMuerte propuesta por Petro y Corcho acaba con el sistema y lo quiere cambiar por uno nuevo que comparado con los del resto del mundo no existe ni ha existido a través de la historia lo que es un grave error porque quieren crear un sistema de salud que no tiene parangón teórico ni evidencia empírica que pueda mostrar sus ventajas y desventajas, en otras palabras, quieren utilizar a los colombianos como conejillos de India para un experimento netamente político e ideológico y que como resultado provocará la muerte de millones de personas. Solo en la cabeza de radicales ideológicos que no son capaces de ver el mundo más allá de sus opiniones pueden proponer tan desastrosa propuesta.
En la #ReformaDeLaMuerte no creo que lo que plasmaron en unas hojas sean buenas intenciones, es más, quieren ver destruido un modelo de salud que lo consideran mercantil y/o “neoliberal”. Estos personajes – Petro y Corcho – siempre piensan en ideales que a su parecer son altruistas y lo consignan en un papel convirtiéndolos en obras maestras dignas de reproducir en todo el mundo, recordemos que los socialistas siempre viven en la utopía, en el imaginario, en las nubes por eso todo lo que escriben puede parecer loable y hasta bueno pero cuando se pone en practica en la vida real todos sus garabatos resultan perjudiciales para la sociedad. Bien dice un dicho colombiano y hasta mundial; “el papel todo lo aguanta”.
Colombia antes del actual sistema de salud tenia uno que se llamaba Instituto de Seguros Sociales o ISS en donde la cobertura de salud era ineficiente e incompleta y estaba en manos del Estado. Con la #ReformaDeLaMuerte el gobierno Petro quiere volver al tortuoso sistema del Seguro Social y que el Estado – burocrático hasta el tuétano – maneje los recursos de la salud, en otras palabras, se robarán la plata que sirve para atender a los enfermos. No han nada más negativo que el Estado maneje completamente la salud en la sociedad, eso es casi como una muerte anunciada.
De acuerdo a lo anterior, la #ReformaDeLaMuerte no solo quiere acabar con un sistema que ha funcionado en Colombia por más de 30 años sino que es un ataque directo al sector privado y no es de extrañar toda vez que el gobierno Petro es proEstado y antiempresa por naturaleza ideológica. Esa reforma no está basada en criterios técnicos sino en sesgos ideológicos, consideran ellos que es la empresa privada la que convierte los pacientes en clientes y por lo tanto miran primero el dinero que la salud de las personas. Lo que Petro y todo su gobierno no tienen en cuenta es que es por el sector privado que las cosas funcionan, reitero, cuando el Estado maneja la sociedad hay corrupción y retroceso social.
Como es costumbre del presidente Petro su #ReformaDeLaMuerte se “discutirá” en el Congreso de la República pero no de una manera democrática y deliberativa sino de una forma atropellada y con fuertes presiones desde el gobierno y desde las asociaciones a fines al gobierno y su ideología. No hay garantías para discutir tan importante y neurálgico proyecto que cambiaría la vida de los colombianos para siempre, pues está en juego la vida de millones de colombianos.
Si los miembros del Congreso supieran lo que realmente contiene la #ReformaDeLaMuerte del presidente Petro no la aprobarían porque su contenido es letal para la sociedad, llevaría al país a la hecatombe social, quizás igual o peor que la situación en Cuba o Venezuela, sino que miren cómo están las clínicas, los hospitales y los Centros de Salud de esos países, claramente tienen a las personas en condiciones infrahumanas que rayan con la violación de los Derechos Humanos y que puede considerarse como crímenes contra la humanidad.
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