Desde hace varias semanas se filtró parte del informe de la Comisión de Expertos Tributarios del Ministerio de Hacienda que le recomienda al Gobierno Nacional presentar una reforma tributaria al Congreso, en la que, entre otras cosas, se aumentara el IVA del 16 al 19%, se considerará que las personas con ingresos mensuales superiores a 1,48 millones de pesos declararán renta en 2017 y se aumentará el impuesto al tabaco.
Como es de esperarse la noticia no fue bien recibida por los colombianos y las críticas no se hicieron esperar. De hecho, se empezó a convocar en varias redes sociales un paro nacional como protesta al aumento del salario mínimo y a la reforma tributaria. Ante tanta conmoción, el Presidente de la República anunció que aún no se ha analizado a fondo dicho informe e instó a no considerar que la reforma es un hecho debido a que el contenido de la reforma debe ser aprobado por el Congreso.
Sin embargo, las declaraciones del Presidente no tranquilizan a nadie y la ciudadanía continua molesta. Frente a este escenario mi mayor temor es que esa inconformidad se traduzca en un voto negativo al plebiscito para refrendar los acuerdos de paz en La Habana, pues para el grueso de los colombianos resulta difícil apoyar la paz y al mismo tiempo verse tan afectado en sus finanzas.
Es claro que el déficit fiscal que imponen los bajos precios del petróleo debe ser compensado, pero el Gobierno tendrá que pensar en una estrategia que le genere menos costos políticos para solventarse, más aún en el contexto de una negociación de paz con la guerrilla de las Farc, pues la votación del plebiscito para refrendar los acuerdos de paz puede verse afectada. El principal reto que asume entonces el Ejecutivo este año es evitar a toda costa que la ciudadanía vea en el voto negativo al plebiscito una oportunidad para castigar al gobierno por proponer la reforma.
Autor: Alejandra Pérez Torres
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