Jaime Cuartas se presenta a sí mismo como un candidato de centro, cercano a la ciudadanía, experimentado pero con ideas jóvenes, que promete continuar el modelo de ciudad construido por las últimas administraciones de la ciudad, pero modificando temas puntuales como seguridad y medio ambiente, los cuales a su modo de ver son las grandes deudas que deja el gobierno de Fico a la ciudad.
En el camino a ganar la Alcaldía de Medellín, el candidato debe enfrentarse a dos grandes obstáculos: por un lado, debe “ganarle” el aval del Partido Verde a Beatriz Rave, cercana a Compromiso Ciudadano, mientras que a su vez debe superar la amplia polarización generada por la coyuntura de EPM, en la cual fue criticado dentro de su mismo partido por su voto positivo a la enajenación de activos propuesta por la bancada de gobierno en el Concejo, decisión que se justificaba, según él, en la urgencia de la compañía de conseguir los recursos necesarios para continuar prestando sus servicios de manera eficaz.
Con un 4,3% de intención de voto en la primera gran encuesta de cara a las elecciones de octubre, Jaime Cuartas es una figura que podría ganar la puja entre los candidatos “alternativos”. Sin embargo, aún tiene un arduo camino si quiere tener posibilidades reales de alcanzar la Alcaldía de Medellín, considerando la amplia ventaja que poseen los 3 precandidatos del Centro Democrático.
AP: ¿Cuál es su evaluación del gobierno de Federico Gutiérrez?
JC: A pesar de que se generaron políticas públicas exitosas relacionadas con la juventud y la educación, yo creo que el alcalde queda mal frente a muchos temas, especialmente en lo relacionado a medio ambiente y a seguridad, este último era la “bandera” de la actual administración.
AP: ¿Cuáles son los principales problemas de la ciudad?
JC: Empleo, medio ambiente y seguridad. Medellín está por encima de la media del desempleo nacional, con cifras realmente alarmantes. En medio ambiente, tenemos el gran reto de crecer y desarrollarnos de manera sostenible y amigable con los diversos ecosistemas naturales de la ciudad. Además, se necesita cambiar el enfoque de seguridad, de modo que se disminuya la extorsión, las fronteras invisibles, la industria criminal, los homicidios y todo tipo de amenazas al normal desarrollo de las actividades del ciudadano.
AP: ¿Qué propuestas tiene usted para contrarrestar estas problemáticas?
JC: Bueno, yo he participado en la construcción de los últimos planes de desarrollo de la ciudad y considero que un elemento clave es la renovación urbana, que es lo único que nos va permitir que Medellín crezca y se desarrolle de manera sostenible. Necesitamos una mejor distribución del suelo para disminuir las amplias desigualdades que tiene Medellín, pero también para poder seguir creciendo hacia adentro de manera compacta, priorizando crecer “hacia arriba” y no hacia las laderas, porque la forma en que la ciudad ha crecido históricamente excluye a los nuevos habitantes y les niega el derecho a la ciudad. Para esto proponemos poner sobre el suelo valioso de la ciudad más vivienda, más servicios y más espacio público para una inclusión efectiva de todos los ciudadanos, para que seamos una ciudad amable e integrada.
En el tema de seguridad hay que tener en cuenta que Medellín es un corredor estratégico para la criminalidad, y por lo tanto necesitamos que haya una verdadera articulación entre la política de seguridad de la ciudad, del departamento y del país, para que no haya un “choque de trenes” que dificulte el trabajo de la policía y el ejército, como sucede actualmente con el Alcalde y el Gobernador. Además, tenemos que mejorar la capacidad logística de las instituciones de seguridad del Estado en los barrios, la policía tiene que estar preparada para enfrentar las innovaciones de la industria criminal, tanto en términos estratégicos como armamentísticos.
Además, necesitamos generar una propuesta de articulación más profunda entre ciudadanos y fuerza pública, donde al primero no le de miedo denunciar y confíe realmente en las instituciones. Por ejemplo, proponemos desarrollar unas “alarmas comunitarias” en las cuales el ciudadano apriete un botón e inmediatamente haya una atención oportuna de la policía en su barrio.
AP: ¿Cuál es su visión sobre el futuro de EPM?
JC: Hay que organizar la casa. Es claro que hemos tenido una empresa “boyante”, de la cual debemos sentirnos orgullosos, pero creo que la ambición de EPM por crecer y desarrollar negocios es la que ha llevado a que se pierda el foco de la razón social real de la empresa. Es por esto que EPM debe recuperar su epicentro, es decir, lo social, la prestación de servicios públicos y contribuir al desarrollo de la ciudad y el departamento. ¿Cómo hacemos esto? Debemos seguir trabajando para cubrir la totalidad del déficit en la prestación de servicios públicos en la ciudad, pero también en las regiones, porque las malas condiciones de vida de la periferia – falta de agua potable, electricidad, etc. – generan un alto flujo migratorio a la ciudad; recibimos cada 4 años alrededor de 60.000 habitantes nuevos que buscan lo que no encuentran en las regiones y gran parte de ellos llegan a los asentamientos informales.
En este sentido hay que revisar cuáles de los negocios que tiene actualmente EPM en el exterior son rentables, entendiendo que el 25% de las utilidades de la empresa vienen de su portafolio en el exterior. Hay que salir de las que no sirven y dejar las que sirven. Pero hay que explorar también la ampliación en el portafolio de servicios locales, por ejemplo, en la renovación urbana, como es el caso de Parques del Río.
AP: ¿Qué lo diferencia a usted de otros candidatos?
JC: Hoy por hoy soy el único miembro del Concejo que ha estado en el ejecutivo, en el control político y en el control fiscal. Eso me da una visión mucho más experimentada de la gobernanza en la ciudad. Sigo siendo un candidato con ideas jóvenes, a pesar de mis 15 años de experiencia en el sector público, y hago la política de cara al ciudadano, saliendo a las calles. Mi propuesta no busca división, sino unidad para enfrentar las diferentes problemáticas de la ciudad, de puertas abiertas para gobernar con todos – izquierda y derecha -. Soy un candidato sensato, que sabe escuchar y que reconoce que hay otras personas y sectores que en temas específicos pueden tener una visión más experimentada que yo, a ellos los voy a invitar a construir juntos una ciudad para la gente.
