Por esta época, hace tres años, la ciudad estaba en total incertidumbre por saber quién sería el próximo Alcalde. Y es que no era para menos, estaba en juego la continuidad de una forma de gobernar que para algunos -y ahí me incluyo-, había transformado radicalmente la relación entre el Estado Local, los ciudadanos, los empresarios y la Academia. Compromiso Ciudadano había demostrado que esta ciudad tenía los suficientes recursos públicos para iniciar una senda de transformación, y que sólo se necesitaba visión, transparencia, y un manejo no clientelista de dichos recursos.
El primer slogan “Medellín, la más educada”, no hablaba precisamente de que esta ciudad ya había alcanzado la excelencia educativa, ni la alcanzó después de ocho años de gobierno; hablaba de que ese, debía ser un propósito conjunto de la sociedad, y que en este caso la Alcaldía de Medellín jugaba un papel de liderazgo en el mismo. El resultado, una inversión sin precedentes del 40% del presupuesto, sólo a Educación, y una serie de acciones que fueron diciéndole a la ciudad que sí se podía construir una Medellín diferente.
El segundo slogan “Medellìn es Solidaria y Competitiva”, reconocía la inmensa deuda social que esta ciudad había tenido con los sectores más vulnerables, con aquellos que el Estado Local en décadas anteriores no le interesaba concertar y mucho menos priorizar grandes cantidades de recursos. En esa misma época es donde comienza a concebirse la forma como la ciudad debe alcanzar mejores niveles de competitividad, nace Ruta N y se sientan las bases para lo que será el énfasis del desarrollo económico local.
La pregunta cada vez se hacía más fuerte, ¿Cuál sería el tercer paso? ¿Quién lo lideraría? ¿Quiénes lo acompañarían?. Y paralelo a esta cuestión comienza a escucharse el nombre de uno de los más grandes símbolos del clientelismo en la ciudad, una persona que representaba todo lo que había querido eliminarse durante esos ocho años, y esta vez llegaba con más fuerza. Luís Pérez Gutiérrez, sería candidato a la Alcaldía de Medellín.
En el ambiente se sentía cierto miedo, hay que decirlo claramente, para muchos era sacrificar demasiado y por lo tanto no se podía improvisar. Había que mantener unos principios en la forma de gobernar, continuar una transformación que apenas había empezado y para ello se necesitaba una carta fija y segura que diera tranquilidad a diferentes sectores, y que a pesar de que viniese de otros círculos políticos -bastante tradicionales-, al parecer era lo necesario. Allí Compromiso Ciudadano decide hacer alianza con Aníbal Gaviria. Luís Pérez es derrotado por segunda vez consecutiva, y el primero es electo Alcalde de Medellín. Por unos meses, por unos años tal vez hubo tranquilidad y esperanza en que esos principios, y esa senda de transformación continuaría. Hoy algunos -muchos tal vez-, pensamos lo contrario.
Cuando en unos pocos párrafos uno se atreve a sintetizar una historia tan larga, no se puede dejar de pensar en ¿Qué escribiría uno sobre este mismo tema en tres años?, ¿Será la historia de un movimiento de ciudadanos que retomó esa senda de transformación?, ¿Será la historia de unas maquinarias tradicionales que recuperaron el poder perdido durante ocho años? o tal vez ¿Será la historia de una mano firme y un corazón grande que ha gobernado Medellín en medio de escándalos y denuncias?
Indiscutiblemente me placería mucho poder contar la primera historia.
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La noche que Alonso Salazar ganó la Alcaldía, me encontraba de camino a Medellín desde el municipio de San Vicente Ferrer, donde había estado haciendo campaña política a una profe de la universidad que respeto, admiro y quiero profundamente. Mi profe había perdido. Habían sido días muy duros, sobre todo porque cuando tienes 15 años, eres un idealista, te amenazan, te acusan de guerrillero y presencias como un funcionario público le entrega 50.000 pesos a un campesino descalzo por su voto, no vuelves a ver la política de la misma forma.
Mientras regresaba a Medellín, iba escuchando los boletines de la Registraduría. Y poco a poco fueron anunciando la inmensa ventaja de Alonso Salazar sobre Luís Pérez. Yo no hacía parte de Compromiso Ciudadano, pero cuando llegué a mi casa y supe la noticia que oficialmente era el Alcalde, me puse absolutamente feliz.
Lo interesante fue que con los días, en la universidad todo el mundo comentaba el triunfo de Alonso, y en uno de esos comentarios, el que más me llamó la atención y nunca olvido fue: “A Alonso lo hicieron ganar los jóvenes. Los universitarios. Los que vieron en él un hombre inteligente, sensible y transparente. Fueron los jóvenes los que ayudaron a vencer la maquinaria política que representaba Luís Pérez”.
Fueron los jóvenes…
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