Psicopatía, sociopatía y psicosis en los rostros del Cine

Ayer me preguntaron cuáles eran los motivos por los cuáles me afané con la películaPerdida, de David Fincher. En verdad son varios los motivos (los cuales están mejor expuestos en este post), pero uno de los más importantes, sin duda, es que dicho filme muestra el retrato de psicópata más fiel que he visto en una película (cabe anotar que el trastorno psicopático es, de todos, el que se me hace más intrigante y peligrosamente fascinante).

En muchas páginas y grupos de cine que suelo revisar, noto que hay una tendencia a confundir la imagen del psicópata con la del sociópata o la del psicótico. He visto, por ejemplo, que suelen meter en la misma caja al Joker (Batman: El Caballero de la Noche), a Norman Bates (Psicosis), a Jack Torrence (El Resplandor) y a Hannibal Lecter (El Silencio de los Inocentes). Habría que empezar por señalar la diferencia entre estos tres trastornos para ver -en términos coloquiales-, en qué caja metemos a cada loco.

Para empezar, la psicosis o trastorno psicótico, se refiere a aquel en el cual el sujeto experimenta alucinaciones o delirios, presentando muchas veces desórdenes de personalidad o pensamiento desorganizado. Uno de los tipos de psicosis más popular, de hecho, es la esquizofrenia. Aquí habría que colocar, entonces, a Norman Bates, por el hecho de alucinar con su madre fallecida, a quien él ha inmortalizado con un lugar dentro de su propia mente. De este modo, Norman alterna entre su propia personalidad de chico retraído y la de su madre asesina. Otro caso mucho menos terrorífico y bastante más amigable, sería el de John Nash, de la película Una Mente Brillante, inspirado en el ganador del Premio Nobel de la Economía.

Por otra parte, el trastorno sociopático y el psicopático presentan un factor común muy importante: la falta de empatía. El sociópata y el psicópata son incapaces de colocarse en el lugar de las otras personas; tienden a cosificar a los seres humanos y a la sociedad en general. Como consecuencia, no sienten culpa ni vergüenza, a no ser que falten al código que ellos mismos construyen para sí (y que suele ser retorcido).Al no ser capaces de sensibilizarse con el dolor ajeno, tienden a caer en conductas despiadadas, que van desde la agresión física hasta la psicológica. Muchos de ellos, en especial los psicópatas, tienen también un marcado afán controlador.

Ahora, ¿en qué se diferencia un psicópata de un sociópata? En que el psicópata es un genio del camuflaje (y un genio en general), mientras que el sociópata tiende a ser bastante huraño y torpe en sus acciones. Digamos que si al sociópata se le asocia con la frase “sí, ese tipo siempre fue raro”, al psicópata se le asocia con la frase “¿¡Él!? ¡Pero si él es buenísimo!”. El psicópata, de hecho, es un personaje que suele pasar inadvertido, ya que conoce las reglas sociales y las utiliza cuando le conviene. Es una persona encantadora y con un cociente intelectual superior al del resto, que utiliza la seducción y la mitomanía para atrapar a sus víctimas. Sus acciones por lo general son calculadas, de modo que no se le suele descubrir a no ser que repitan una acción tantas veces que empiecen a caer negligencias (generalmente provocadas por un exceso de confianza en sí mismos). Este individuo, además, es inmune a las terapias convencionales, las cuales podría incluso utilizar como arma a su favor, ya que, mediante ellas, aprende a mejorar su camuflaje (el único modo de controlarle -al igual que al sociópata- es mediante drogas que repriman sus impulsos). De hecho, la mayoría de psicópatas tardan mucho en ser detectados; generalmente los que son revelados con mayor facilidad son los que cometen crímenes a sangre fría (como los asesinos seriales). Ello, sin embargo, no significa que toda acción homicida sea cometida por un psicópata ni que todos los psicópatas sean homicidas.

Uno de los más gráficos ejemplos que presenta el cine de psicópata no-asesino, es el de los protagonistas de Las Amistades Peligrosas: El Vizconde de Valmont y la Marquesa de Merteuil entablan relaciones parasitarias con sus múltiples amantes, ejercen la mentira y la crueldad y experimentan un intenso placer planificando desgracias. Ambos son seres sin escrúpulos, pero ninguno de los dos es un homicida. Caso similar es el de Alex DeLarge, de La Naranja Mecánica, cuya conducta delictiva y carencia de remordimientos, contrasta con sus modales de caballero y su gusto refinado por la música. Es cierto que Alex sí llega a cometer asesinato, pero digamos que en su caso fue cometido por error, ya que su objetivo final no era ocasionar una muerte. Por otra parte, podríamos decir que el psicópata más popular del cine, es el Dr. Hannibal Lecter, quien sí cabe dentro del expediente de los asesinos seriales. Hannibal, al igual que los personajes mencionados anteriormente, es un sujeto encantador, inteligentísimo, culto, con buenos modales y un desarrollado gusto por el arte.

En el grupo de los sociópatas, más bien, podríamos colocar a Jack Torrance, de El Resplandor, si bien es cierto que él no vendría a ser un sociópata en todo el sentido de la palabra, sino un sujeto con rasgos sociopáticos. Tomemos en cuenta que él no fue un sociópata desde el inicio, sino que fue trastornado por el efecto maldito del hotel. Aquí es donde vale añadir que las tendencias a la psicopatía y a la sociopatía son hereditarias, pero los trastornos tal cual se activan a temprana edad, como consecuencia de estímulos violentos como el abandono, el maltrato físico y la agresión sexual. Un caso mucho mejor retratado de sociopatía en el cine sería el de Lisa, la rebelde sin causa de Inocencia Interrumpida (personaje interpretado por Angelina Jolie), quien manipulaba a su antojo a las otras internas -en especial a Susanna (Winona Ryder)- con el fin de lograr sus propósitos personales. Ejemplo similar es el del Joker, a quien, en todo momento, identificamos como individuo totalmente trastornado.

El caso de Amy Elliott Dunne (protagonista de Perdida, interpretada por Rosamund Pike), es muy interesante, ya que no sólo muestra la personalidad seductora y carismática del psicópata en todo su esplendor, sino que da a conocer detalladamente su modo de maquinar. Amy Elliott es una mujer atractiva, admirada, querida por todos e inmortalizada en las páginas de La Asombrosa Amy, saga de cuentos infantiles inspirados en su vida. Tiene una destacada carrera como periodista, que lleva a la par con la literatura. Su encanto es tal, que su repentina desaparición remece al país entero. Lo que nadie espera, es que la misma Amy haya planeado su propia desaparición, buscando que su marido, Nick Dunne, sea culpado de asesinato y condenado a la pena capital. El máximo placer de Amy, consiste en controlar a los hombres y moldearlos a su antojo. Una vez que ellos empiezan a mostrar intentos por escapar de sus redes, ella los castiga de modo radical, inculpándolos de escandalosos crímenes e incluso provocando su muerte. La precisión de su estrategia es tal, que siempre se sale con la suya. Terroríficamente brillante.

Ahora, algunos se preguntarán: “¿Y dónde colocamos a Patrick Bateman (protagonista de American Psycho)?”. Patrick Bateman, como ya hemos mencionado en algún post anterior, muestra características psicopáticas: falta de empatía, disfrute por el asesinato, ansia de poder y habilidad camaleónica. Sin embargo, como podemos observar hacia el final de la película, también sufre de alucinaciones, lo cual nos llevaría a pensar que nos hallamos frente a un psicótico. La respuesta está en que algo que tanto en psiquiatría como en psicología es conocido como comorbilidad, que consiste en laconvivencia de más de un trastorno en el sujeto. De este modo, podríamos concluir que Bateman es tanto psicópata como psicótico.

*Nota: Toda la información presentada en este post ha sido resultado de una profunda investigación tanto a base de fuentes escritas como de conversaciones con especialistas en el tema. 

[author] [author_image timthumb=’on’]https://alponiente.com/wp-content/uploads/2015/01/alexiel-vidam.jpeg[/author_image] [author_info]Alexiel Vidam Escritora desadaptada, mangaka, guerrera shaolin, bruja de medio tiempo, cinéfila, friki, blogger, webera profesional. Yo entrené a Chuck Norris. http://cinematosiscronica.blogspot.com/[/author_info] [/author]

 

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