La comunicación social y el periodismo ha tenido una imagen negativa para una fracción de la sociedad, consecuencia que, en muchos casos, se debe a la misma práctica profesional.
Colombia es un país democrático, y dentro de ello, es importante el ejercicio del periodismo como herramienta de participación social para hacer escuchar y sobresalir la voz del pueblo. A medida que ha pasado el tiempo se ha visto la necesidad de capacitar profesionales de diferentes ámbitos. Sin embargo, no siempre se ha contado con la suerte de agradar a todo el mundo y como consecuencia de eso, se han creado paradigmas que han destruido la imagen del profesional y, a la vez, el área de conocimiento a la que pertenece.
Muchos de los sucesos que han ocurrido en el país se convirtieron en causantes de la aparición de estos estigmas, pero como la sociedad es cambiante, la dificultad no se ha quedado en un solo punto. Hoy, desde la formación, se está trabajando para que este problema sea cada vez menos visible.
En un principio se creía que el periodismo no debía estudiarse porque se aprendía en la práctica, pero luego de que Colombia sufriera situaciones trascendentales, donde la comunicación como disciplina social jugó un papel preponderante, se vio la necesidad de profesionalizarse. En los años 50 apareció el voto femenino y, paralelo a ello, estaba la consolidación de procesos de industrialización regional. Después, en el año 1954, llegó la televisión al país. Todo ese proceso empresarial empezó a pedir profesionales en ciertas áreas, es por eso, que a finales de los años 50 e inicio de los 60 comenzó la dinámica de formación de periodistas en Antioquia.
En el año de 1960 se creó la Escuela de Periodismo de la Universidad de Antioquia, aunque algunos años atrás ya se venía trabajando en una idea consolidada en la lingüística y la literatura. Luego, en el año 1966 se consolidó la Facultad de Comunicación Social – Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana, pero que venía desde el 58 cuando la universidad llevaba a cabo el programa de humanidades.
Cuando Colombia se empezó a distinguir por la regionalización, se vio la necesidad de segmentar el mercado de la televisión. Hacia el año 1985 apareció el primer canal regional del país, Teleantioquia. “Nos perdemos un rato en la forma, en aquellos que van a producir la televisión. El sentido y los contenidos se le van dando a la gente que iba de la radio; por eso los inicios en materia audiovisual salen de la radio”, comentó Fredy Vélez, decano de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Cooperativa de Colombia (UCC). Todo esto generó la necesidad y la oportunidad, para la educación y los negociadores de la comunicación, de hacer una oferta para producir ese tipo de profesionales.
Sin embargo, más adelante, factores externos al tema empezaron a perturbar el camino de esta carrera. Vélez afirmó que el narcotráfico puso al periodista en una realidad muy reducida, donde el campo de acción pasó a ser la política y la afectación de la sociedad y la cultura; además, alrededor del mismo problema, se crearon prototipos de belleza tanto en mujeres como en hombres que influyeron en el ejercicio de la profesión. En medio de este escenario, la juventud empezó a desinteresarse por opinar e informarse. Después, empezaron a suceder situaciones que hicieron que el país se pusiera en otro modo (masacres, avalanchas, etc.), es en ese momento que apareció la comunicación pública, puesto que aquellos que ejercían como periodistas marcaron una línea importante en estos escenarios. Posteriormente, la comunicación pasó a ser de doble vía, una relación recíproca entre emisores y receptores.
Factores que crean prejuicios
María Victoria Pabón, directora de la Facultad de Comunicación Social – Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), cree que muchos de los paradigmas y estigmas que se han creado alrededor de la profesión se debe a lo que se percibe de los medios, pues lo que se muestra es un espectáculo o show que llama la atención y no todo lo que hay detrás de cámaras. “Hemos fallado en hacer visible lo que es importante; nos hemos quedado en mostrar el producto final. El producto final es atractivo, impactante. Las audiencias eran lo que veían y creían, que era el mundo `Hollywood´, de la fama, del estrellato. Los medios de comunicación se encargaron de mezclar lo que era noticia con entretenimiento, todo por intereses de rating, aseveró Pabón.
Otro de los grandes responsables de la existencia de prejuicios fue el enlace de la comunicación con la política. “Antes de que existieran los reporteros, que comenzaron a aparecer en nuestros periódicos a finales del siglo XIX y comienzos del XX, los periodistas eran casi todos hombres de letras, de ciencia, historiadores, líderes políticos. Por esto no fue casualidad que los partidos políticos en Colombia se incubaran y definieran sus programas y hasta su misma estructura en las redacciones de los principales periódicos de la década de 1840 a 1850”, se afirma en el libro «El Periodismo en Antioquia» de Juan José Hoyos. Sin embargo, la opinión es distinta para otros.
Sandra Valencia, periodista y presentadora de Teleantioquia Noticias, dice que el ser periodista hace algunos años era más respetado, porque cuando nacieron los primeros periódicos, incluso cuando el «boom» de la radio, la misma televisión, el ejercicio, en muchos casos, fue utilizado como instrumento político. “Con el paso del tiempo el periodista se fue ganando un espacio en el que empezó a demostrar que la noticia era ese algo que alguien en alguna parte no quería que se supiera, pero que todo el mundo necesitaba saber. En ese momento la reputación periodística tuvo un gran brillo, estamos hablando de los años 60, 70, tal vez 80 en que hubo grandes periodistas investigadores. El periodismo investigativo fue bastante importante. Lo que pasa es que cuando se revela una investigación se afecta y se beneficia a unos intereses”, agregó la presentadora.
Casi todos coinciden en que son los mismos medios y profesionales de la comunicación los culpables de que aparezcan estos imaginarios en la sociedad, puesto que los escenarios históricos han dado pie para la formación de alianzas entre intereses, en la mayoría de los casos, políticos. Pero no siempre son estos los causantes; Luz Gabriela Gómez Restrepo, exdecana de la Facultad de Comunicación social – Periodismo de la UPB, afirma que los periodistas se han ido distrayendo en el mundo de la farándula y es algo que se tiene que combatir, puesto que el comunicador no es el protagonista, tampoco un instrumento, sino un mediador y facilitador social en procesos culturales.
Lo que ha pasado con los estigmas del periodismo
De otro lado, Ancizar Vargas, decano de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Católica Luis Amigó, está convencido de que son los mismos periodistas quienes han contribuido a romper los esquemas falsos que hacen ver la profesión como de segunda categoría. “En la familia, cuando un comunicador interviene en una discusión dicen, ¨ahí está el chismoso¨; la sociedad cree que alguien es comunicador porque no le gustan las matemáticas; si es una niña bonita es porque es amiguita del gerente o se es comunicador porque no pasó a medicina o arquitectura. En ese sentido, los periodistas están hablando fuerte, en el buen sentido de la palabra, para hacer valer la carrera. Con la contrastación se ha ido disminuyendo el estigma, por eso podemos hablar de paradigmas. Antes los comunicadores eran un lujo, a los hombres casi ni nos contrataban”, determinó Vargas.
Para Pabón, la estigmatización ha aumentado, pero siente que se está llegando a un punto de quiebre que posibilitará que se abran nuevos horizontes positivos para la profesión. Y coincide con Santiago Ocampo Ciro, estudiante de comunicación social de la UCC, que dice que los prejuicios hacia la carrera siempre han existido, pero que en los últimos tiempos ha ido aumentado porque se han valorado otras carreras supuestamente más importantes para la sociedad.
En conclusión, y acorde con lo que opinan los expertos, el periodismo surgió de la necesidad de formar profesionales que suplieran ciertas actividades que el mercado estaba ofreciendo en ese momento, por eso se crearon diferentes facultades de periodismo en la ciudad de Medellín. Luego, la profesión empezó a ser influenciada por factores externos a ella que hicieron que se empezaran a crear estigmas negativos en contra de la carrera. También, el mismo resultado que se ha mostrado en los medios de comunicación ha llevado a la propagación de estos prejuicios, puesto que se le ha dado protagonismo al periodista y su producto final. Una solución que hay para combatir este problema es la formación y el mismo ejercicio que se haga en el campo.