¿Por qué está tan cara la papa?

El Boletín SIPSA reportó entre febrero y marzo de 2021 un menor volumen de abastecimiento de papa a los mercados mayoristas.

Quienes hacen el mercado dicen que la papa está carísima, que preparar un chupe de papa o un ajiaco es un lujo impensable en estas pandémicas épocas, que solo Dios sabe cuándo bajará la papa.

En este caso, parece que aquellos compran en el mismo lugar que el DANE, pues las cifras del Índice de Precios al Consumidor (IPC) les dan la razón.  La variación mensual (febrero 2021/enero 2021) y año corrido (febrero 2021/diciembre 2020) de la subclase No. 01170500, la de las papas, es la más alta entre todas las demás subclases de la canasta representativa del consumo final de los hogares colombianos.

En promedio, para un hogar colombiano la papa en febrero de 2021 fue 15,12% más cara que lo que fue en el mes anterior y 26,77% más cara que lo que diciembre del año pasado. Un dato adicional para contextualizar las cifras de la papa: la variación mensual y año corrido del grupo de alimentos en ese mismo mes fue 0,46% y 1,91% respectivamente.

El DANE también tiene un sistema riguroso y de alta frecuencia de seguimiento a las cotizaciones mayoristas de los principales productos agrícolas que componen la canasta de los alimentos: el Boletín SIPSA. La ventaja del Boletín SIPSA es que permite desagregar el análisis según variedad y mercado mayorista.

Por variedades también se confirma la misma tendencia alcista que evidenciaba el IPC. En Bogotá, por ejemplo, en la semana comprendida entre el 7 y el 13 de noviembre de 2020, la libra de la papa criolla limpia costaba $871 pesos; la de pastusa, $341; la de sabanera, $722; la de superior, $302, y la de única ¾la variedad que desarrolló el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) en 2010¾, $200. En la última semana disponible del Boletín SIPSA, del 20 al 26 de marzo de 2021, la libra de la papa criolla limpia costaba $2.356 pesos; la de pastusa, $712; la de sabanera, $1.085; la de superior, $684, y la de única, $684.

Es un hecho que la papa está cara. Es cierto que en 2019 estuvo tanto o un poco más cara que lo que está ahora. Es cierto que los precios de los tubérculos tienden a mostrar un componente estacional que presiona al alza las cotizaciones mayoristas en los primeros meses del año. Es cierto que las lluvias del primer trimestre dificultaron la recolección de algunas cosechas, especialmente en Boyacá y en Nariño (afortunadamente las heladas fuertes han sido las grandes ausentes de los titulares de las noticias de la papa en lo corrido del año). Tristemente, también es cierto que los campesinos siguen cultivando a pérdidas la papa.

A pesar de que todo eso sea cierto, no deja de ser curioso que desde la primera semana de diciembre de 2020 los precios de distintas variedades comenzaron a subir, no por un incremento sostenido de la demanda, no por una reducción significativa de la cosecha, sino, en general, por el menor volumen de carga en el abastecimiento a los centros mayoristas. Los casos de la criolla limpia y de la parda pastusa respaldan esta aseveración.

El Boletín SIPSA de la semana del 13 al 19 de febrero de 2021 dio cuenta de una acumulación de inventarios de papa criolla limpia en las bodegas, lo que, según el propio boletín, llevó a los comerciantes a reducir inventarios para que bajara un poco el precio e incentivar las ventas, ya afectadas ¾entre otros factores¾ por el precio creciente de esta variedad. Los boletines de marzo de 2021 informaron la menor recolección y los bajos niveles de abastecimiento de papa criolla limpia proveniente de Norte de Santander, Antioquia, Boyacá y Cundinamarca, principalmente. En marzo de 2021 una libra de papa criolla bien podría cobrarse en el mercado minorista bogotano a $3.000 pesos, 3 o más veces más cara que lo que costaba en noviembre de 2020.

En cuanto a la papa parda pastusa, después de la salida de cosecha entre el 13 al 19 de febrero de 2021, los boletines SIPSA también registraron el poco volumen de abastecimiento de producto ¾en algunos casos el SIPSA habla del «menor volumen de papa de primera calidad»¾ proveniente de Antioquia, Norte de Santander, Boyacá y Cundinamarca.

Parece que la pregunta no es por qué la papa está cara, sino dónde está la papa que los campesinos cosecharon entre enero y febrero de 2021, porque a los mercados mayoristas no ha llegado al mismo ritmo en que se produjo.

Quienes hacen el mercado confían en que Nuestro Señor Resucitado subirá a los cielos y el precio de la papa bajará a la tierra.

Daniel Poveda

Economista. Consultor de la Fundación Saldarriaga Concha. Exvicepresidente del Capítulo de Economía de la Asociación de Egresados de la Universidad de los Andes.

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