Soy mujer, soy poeta y escritora, y pensaba que esta semana debía presentarles una mujer que ha sido una de mis más grandes inspiraciones, una mujer que ha convertido la poesía en canción, que ha transformado las palabras en amor… Por ella, conocí una de las letras que más me han conmovido, “Gracias a la vida”… Esta semana en nuestra sección de #PoemaDiario, les presento a la poeta chilena, Violeta del Carmen Parra Sandoval.
El 4 de octubre de 1917, nace en San Carlos, Violeta del Carmen Parra Sandoval, hija de Clarisa Sandoval, campesina, y de Nicanor Parra, profesor de música. En 1927, se traslada su familia a Chillán. Durante ese periodo, Violeta se inicia en la guitarra y el canto junto a sus hermanos Hilda, Eduardo y Roberto. Por insistencia de su hermano Nicanor, en 1932, Violeta se traslada a Santiago para asistir a la Escuela Normal.
En 1934, Violeta deja sus estudios para trabajar con sus hermanos. Los Parra cantan en boliches del barrio Mapocho. Interpretan boleros, rancheras, corridos mexicanos y otros estilos.
En 1938, se casa con Luis Alfonso Cereceda, ferroviario, y más adelante, en 1939, nace su hija Isabel. En 1943, la familia se traslada a Valparaíso y allí nace su hijo Ángel. Se une a una compañía de teatro que realiza giras por todo el país. Canta canciones españolas y se hace llamar la Violeta de mayo.
En 1948, llega a su vida el desamor, se separa de Luis Cereceda, empieza a cantar con su hermana Hilda y juntas se hacen llamar Las Hermanas Parra.
En 1952, Violeta trabaja en circos populares. Junto a sus hijos realiza giras por el país y por los alrededores de Santiago. Impulsada por su hermano Nicanor comienza a rescatar, recopilar e investigar la auténtica música folclórica chilena. Abandona su antiguo repertorio y realiza recitales en las universidades presentada por el hombre de letras, Enrique Bello Cruz. Nace su hija Rosita Clara.
En 1953 compone sus primeras canciones basadas en las formas folclóricas tradicionales. Graba dos singles para el sello Emi-Odeón, las que se ubican en el primer plano de la popularidad.
En 1954 viaja por primera vez a Europa invitada al V Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en Varsovia. Desde allí se traslada a París, donde residirá durante dos años, realizando incontables presentaciones y contactos para la difusión de su trabajo. Graba en la Fonoteca Nacional del Musée de l’Homme de La Sorbonne. Allí deja un guitarrón y cintas de sus recopilaciones de folklore chileno. Durante este periodo, muere su hija Rosita Clara.
Ya de regreso en Chile, en 1957, se traslada al sur con sus hijos Carmen Luisa y Ángel, contratada por la Universidad de Concepción. Realiza investigaciones folclóricas en la zona, descubriendo las cuecas del sector.
En 1958 funda el Museo Nacional del Arte Folclórico Chileno, de la Universidad de Concepción. Aparecen los LP “La cueca…” y “La tonada presentada por Violeta Parra”, con carátulas de los pintores chilenos Julio Escámez y Nemesio Antúnez, respectivamente.
Regresa a Santiago. Incursiona en la cerámica, comienza a pintar y a bordar arpilleras. Construye su “Casa de palos” en la calle Segovia, en La Reina y ofrece recitales en los centros culturales más importantes de la capital. Viaja al norte a investigar y grabar la fiesta pagano-religiosa de La Tirana. Compone música para el poema “Los burgueses”, de Gonzalo Rojas. Escribe las Décimas autobiográficas, que narra en versos su vida y acompaña las primeras grabaciones de su hija Isabel.
En 1959 viaja a recopilar el folclore de la isla de Chiloé, en el sur, donde organiza recitales, cursos de folclore, cerámica y pintura. Escribe el libro “Cantos folklóricos chilenos”, que reúne toda su labor de investigación, con fotografías de Sergio Larraín y partituras musicales de Gastón Soublette.
Producto de una severa hepatitits, su labor como arpillerista y pintora alcanza gran desarrollo. Tanto así, que ese mismo año expone sus óleos y arpilleras en la Primera Feria de Artes Plásticas al aire libre en el parque Forestal.
En 1960, inicia su gira al sur de Chile en jornadas folclóricas con sus hijos Isabel y Ángel, el conjunto Cuncumén y Julio Alegría, encargado de la gira. A su vez conoce a Gilbert Favre, músico de origen suizo.
En 1961 viaja a Argentina, donde imparte cursos de folclore, cerámica, pintura y arpilleras. En Buenos Aires expone sus pinturas y actúa para la televisión.
En junio de 1962 se reúne con sus hijos en Buenos Aires y se embarcan juntos a Europa, invitados al Festival de la Juventud, en Finlandia. Viajan por la Unión Soviética, Alemania, Italia y Francia. Se establece en París. Los Parra de Chile ofrecen recitales en radio y televisión. Borda arpilleras y hace esculturas en alambre. Vive con Gilbert Favre en Ginebra, donde ofrece recitales en teatros y estudios de televisión junto a sus hijos y nieta. Expone su obra plástica. Reparte su tiempo entre Francia y Suiza.
En 1963 graba en París composiciones revolucionarias y campesinas que aparecerán casi una década más tarde en el álbum Canciones reencontradas en París.
Más adelante en abril de 1964, Violeta expone sus arpilleras, óleos y esculturas de alambre en el Museo de Artes Decorativas, Pabellón Marsan del palacio del Louvre. Es la primera exposición individual de un artista hispanoamericano en dicho museo.
En 1965 se publica en Francia su libro “Poésie populaire des Andes”. En Ginebra, la televisión suiza filmó el documental “Violeta Parra, bordadora chilena”. Violeta retorna definitivamente a Chile en junio. Canta con sus hijos en la Peña de Los parra, Santiago y publica por Odeón el LP “Recordando a Chile (Una chilena en París)” y un disco junto a su hija Isabel. Es invitada a la Feria Internacional de Santiago (FISA), donde instala una peña folclórica. En diciembre inaugura en La Cañada 7200, La Reina, un centro cultural llamado La Carpa de La Reina.
En 1966 Emi-Odeón edita el LP “Carpa de La Reina”, colaboración de Violeta y otros artistas, y el EP “El tocador afuerino”, trabajo instrumental para cuatro y quena trabajado junto a Gilbert Favre. Viaja a Bolivia y se presenta con Gilbert Favre. Violeta vuelve a Chile con grupos del altiplano que presenta en su carpa, en televisión y en la peña de Los Parra.
Acompañada por sus hijos y el uruguayo Alberto Zapicán graba el LP “Las últimas composiciones de Violeta Parra”.
El 5 de febrero de 1967 muere en su carpa de La Reina.
En 1992 por iniciativa de sus hijos se crea en Santiago de Chile la Fundación Violeta Parra, la que se propone reagrupar, ordenar y difundir la obra de su madre.