Es inevitable escribir sobre la situación actual del país, después de más de treinta días del inicio del Paro Nacional, el cual, nos presenta un panorama desolador e inquietante, podemos percibir la falta de voluntad por parte del gobierno nacional y la poca representación por los miembros del comité negociador del paro según manifiestan los marchantes, esto nos hace pensar que, los jóvenes del país, quienes han liderado las protestas desde las calles, no se sienten escuchados en las mesas de diálogo planteadas en varios escenarios del país.
Al estar acompañando dicha movilización, es fácil apreciar el sentimiento de rechazo por parte de los jóvenes, hacia un gobierno que se presenta sin empatía y sin argumentos para dar solución a la situación, al contrario, se presenta imponente con sus fuerzas militares, y unidades de grupos especializados (escuadrones móviles antidisturbios de la policía nacional – ESMAD), demostrando el poderío a través de las armas y no del diálogo. Presentándose altercados con la población civil presente en las manifestaciones.
A la fecha, se han reportado aparentemente personas desaparecidas, así mismo, abusos de autoridad y violación de derechos humanos, producto de las confrontaciones entre los manifestantes y funcionarios públicos de policía y ESMAD, adicionalmente, se ha reportado grupos de personas de civil, custodiados por funcionarios de la policía nacional, disparado indiscriminadamente a los marchantes, lo que ha ocasionado un rechazo mayor por parte de la población que apoya las protestas.
En estos momentos es importante que el gobierno nacional, cambie su postura ante la situación del país, teniendo en cuenta la existencia de denuncias presentadas con pruebas de videos, audios y testigos, donde se refleja la fuerza desmedida con la que está actuando el gobierno nacional para reprimir dichas protestas, se evidencian ataques en contra de defensores de derechos humanos, periodistas, entre otros civiles, quienes han interpuesto las denuncias correspondientes ante las autoridades competentes, según reportes de organizaciones defensoras de derechos humanos, De la misma forma, se han denunciado casos de violencia sexual, las cuales son exteriorizadas inquietantemente por las organizaciones DDHH.
Se ha presentado ataques hacia la comunidad indígena, quienes han salido a representar su pueblo ancestral, exigiendo respuestas de las problemáticas presentadas desde el año 2020 al gobierno nacional, por otro lado, han disparado desconocidos indiscriminadamente hacia los manifestantes, dejando graves heridos, algunos con resultados fatales, reportando jóvenes fallecidos en las ciudades capitales como son Pereira, Cali y Bogotá.
El lema de la juventud ha sido “ya perdimos todo, ya nos quitaron todo, hasta el miedo, se metieron con la generación que no tiene nada que perder”, con estas arengas se refleja la pérdida de los sueños, de su libertad, y van fortaleciendo su lucha para no perder la esperanza de tener un mejor país, un lugar en donde puedan vivir sin miedo, sin represiones, con igualdad, solo piden que se cumplan y se respeten los derechos humanos de los que tanto han escuchado, solo piden que se acabe la “corrupción” de un gobierno que lo tiene todo y profesa no tener nada.
Si hacemos un análisis concienzudo, podemos identificar que el problema de nuestro país, es la falta de justicia social, de honestidad por parte de los políticos de turno, de educación con calidad, del servicio de salud, de solidaridad, de unión de su población, es la falta de oportunidades, es la falta de la equidad social. Es la falta de cumplimiento de la carta magna de un país que se ha caracterizado por ser el más feliz del mundo.
Es necesario que toda esa fuerza de hostilidad demostrada por parte del gobierno nacional, sea dirigida hacia los grupos de narcotraficantes, y demás grupos bélicos que afectan la estabilidad y tranquilidad del país, aparentemente se evidencia, que estos actores del conflicto, fuesen parte del gobierno nacional, ya que sus actuaciones pasan inmunes ante los ojos cómplices de funcionarios públicos al servicio de la población civil.
¿Dónde están los desaparecidos? ¿Dónde está la justicia social?
¡¡Los queremos todos de vuelta en casa¡¡
Seguirá siendo el clamor de los marchantes
Comentar