Hace más de un año leía como asociaciones de profesionales y gremios afines a la construcción arremetieron contra el proyecto Parques del Río junto a una serie de candidatos a la alcaldía, que aprovechando el boom mediático se alinearon en las filas de ataque contra el proyecto que hoy recibe premios internacionales de urbanismo en el Lejano Oriente.
Mientras el columnista Johel Moreno titulaba su artículo para El Colombiano “PARQUES DEL RÍO SE INUNDARÁ” y ratificaba en su escrito “Pero más preocupante aún, es el riesgo que por inundaciones estarán expuestos los denominados “soterrados”. El canal del río hoy no tiene la capacidad hidráulica para sortear las crecientes máximas, estimadas en más de 800 metros cúbicos por segundo; pues ya hay antecedentes del comportamiento en deprimidos como el de San Juan para acceder a la denominada autopista o en el de la Terminal del Norte recientemente.” La SAI (Sociedad Antioqueña de Ingenieros) por su lado, argumentaba en su carta abierta titulada “La Fuerza de la Razón” en donde describen al proyecto como “la SAI concluye inequívocamente”, “túneles latentes de riesgo de inundación” en su numeral 8°, exigiendo la suspensión de los procesos de contratación en curso. Artículos que sirvieron a una sociedad para soportar argumentos que destruyeran por completo los intereses de un parque a servicio de la comunidad.
El diluvio del pasado sábado 05 de noviembre sobre la ciudad de Medellín, sirvió como prueba de fuego. Un aguacero que inundó todo el centro de la ciudad desbordando la quebrada Santa Elena llevando el nivel del agua en los locales comerciales del centro de Medellín, por encima de las rodillas. El Río Medellín aumentó su cauce a tal punto de estar en la zona de seguridad para desbordamientos. Toda la ciudad se inundó a excepción del soterrado de Parques del Río.
Un proyecto que ha sido cruelmente criticado por toda la sociedad, ha sabido salir a flote de las aguas de sus proféticas inundaciones. Un proyecto donde sus habitantes que ayer marcharon en su contra, hoy anhelan la construcción y continuidad de la etapa 2. En donde sus ex habitantes hoy se lamentan de vender sus predios, al ver la valorización de sus antiguas viviendas. En donde todos aquellos que juraron que sería un parque para la indigencia y la inseguridad, no se atreven a ir siquiera, con tal de no entender lo equivocados que estaban. Basta con vivirlo en un fin de semana en la tarde para entender que Medellín también se puede caminar, que no se necesita de un carro para poder vivirla y transitarla de manera segura.
Un parque que nos enseña que hasta los más capacitados profesionales se pueden equivocar, invitándonos a dejar de destruir todo aquello con lo que no estamos de acuerdo, arremetiendo sin piedad, sin pensar en las consecuencias que nuestras duras palabras puedan conllevar. Seguramente en algún momento de la historia de Medellín, el soterrado se inundará, las motobombas fallaran o alguna conjetura habrá para que esto suceda, y aun así, el parque ya habrá dejado su lección, para empezar a creer más en nuestros propios proyectos, creer más en nuestros gobernantes, en nosotros mismos.
Y que los paisas dejemos de ser el principal obstáculo para el desarrollo de Medellín.
[…] Parques del Río. Prueba de fuego superada. […]