Ningún resultado político es por coincidencia, azar, o por espontaneidad. Todos los resultados son producidos por procesos políticos e históricos que los anteceden. Teniendo en cuenta esta premisa, desde 1920 en Colombia se viene construyendo una propuesta que se desliga de las élites conservadoras y liberales.
En ese trascurrir de tiempo se han vivido periodos de crisis relacionadas a la transformación social. En 1948 el ascenso del sector liberal-popular se vino al piso tras el asesinato de Gaitán, a finales de los 80s las élites colombianas produjeron los magnicidios de Jaime Pardo Leal, Carlos Pizarro y Luis Carlos Galán. Fueron momentos de crisis: lo viejo no se terminaba de morir y lo nuevo no terminaba de nacer. Fue así como la respuesta de las élites fue asesinar a los líderes y a los militantes de un proyecto político transformador, utilizaron todos los medios para no dejar nacer a la nueva Colombia.
Además de esto, hay otros elementos que hacen parte del proceso: los paros nacionales, las protestas, el estallido social del 2021, los gremios trabajadores organizados sindicalmente, las organizaciones de estudiantes universitarios que luchan por mejorar sus condiciones de vida. La creciente necesidad de condiciones que permitan desarrollar la vida en el país se fue volviendo sólida en movimientos sociales, organizaciones políticas e incluso acciones ocasionales en torno a una exigencia social concreta e inmediata. A todos estos proyectos y acciones de transformación les antecede el cansancio popular hacia los mismos proyectos políticos dominantes, al uribismo, a un Estado NarcoParamilitar cooptado por grandes empresas para su beneficio.
De esta manera, se puede afirmar que en Colombia se está viviendo un cambio que trae en sus espaldas la lucha de miles de hombres y mujeres, de organizaciones y partidos políticos que año tras año, día tras día, han luchado por otra Colombia posible. Así mismo, se debe dejar de manifiesto que aunque las urnas reflejan toda esta historia, no son el único espacio político que se debe cambiar. La fortaleza para mantener este proceso y no perder como en periodos anteriores, nace desde las calles, el mitin, la protesta. Elementos valiosos para la construcción de democracia que tanto se anhela en el país.
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