La ley orgánica 152 de 1994 también debe entrar a reformas. La Formulación de los Planes de Desarrollo Municipal y Departamental marca la coyuntura de la administración pública y la gestión del desarrollo. Este momento de la Formulación evidencia la situación lamentable de la planeación, heredada del neoliberalismo que afectó las capacidades institucionales de planificación tambien en escalas subnacionales. La 152 requiere más democracia, más institucionalidad de Paz, más recursos, más control ciudadano. Una de las contradicciones de sus 30 años es la débil cultura de la planeación en nuestro país.
El Sistema Nacional de Planeación está en deuda con la Paz; está aplazado el reconocimiento de las especificidades de los territorios, cuestión crucial para la democratización, como lo orientó el Acuerdo de La Habana con los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial. Esta escala PDET es una nueva escala de planeación que nace con la priorización y el reconocimiento de nuevas realidades territoriales. Pero en la formulación y ahora actualización de los PDET, se terminó repitiendo el error de su municipalización, cuando los Programas son otra escala subregional de planeación.
La relación del territorio y la planeación nos conecta con la ley 1454 de 2011, ley orgánica de ordenamiento territorial. El espíritu constitucional frente a este tema, tanto como el del Acuerdo de La Habana, es la nueva geografía para la paz; una nueva distribución del poder y de esto trata la democratización de la planeación. Tal vez por despolitizar la planeación como siempre quiso la tecnocracia, la escala de planeación PDET está totalmente desarticulada con la escala de representación política CTEP: Circunscripción Transitoria Especial de Paz: son hermanas, pero negadas en la realidad de la representación.
Los municipios PDET priorizados debido a sus debilidades institucionales no muestran señales de superación de sus indicadores, siendo la planeación un asunto central de sus problemáticas: en las Secretarías persisten las limitaciones para cumplir con sus competencias; en su mayoría, estos municipios no superan los dos millones de pesos por habitante en su presupuesto anual. Desactivar violencia exige reconocer territorios excluidos que ejerzan su representación política: es el caso de los PDET y las CTEP: nuevas escalas de planeación y nuevos territorios de representación política. Cosa a regular en las reformas a la 152 y su articulación con nuevas escalas: región, provincia, PDET y CTEP.
Finalmente decir que persiste la lógica sectorial del sesarrollo la cual induce la organización del Estado para que la implemente; dicha lógica invisibiliza la especificidad de género, generación, étnia, territorio, logradas con décadas de luchas de los movimientos sociales para que sus asuntos sean priorizados en la planeación y en las políticas públicas. Ante nuevas realidades sociales y políticas, nuevas categorías y nuevos enfoques sobre el desarrollo, la planeación tradicional ha mostrado su incapacidad para incluirlas, cuestión que no se logra enviando los enfoques diferenciales al listado de Líneas Trasversales.
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