En 2017, cuando se cumplieron 60 años del desfile de silleteros, solicité una condecoración del Congreso de la República para esta importante conmemoración, y aunque año tras año seguía el desfile, esa vez tuve la oportunidad de entender un poco más a fondo lo que representan los silleteros para Antioquia y Colombia; por eso es muy fácil entender el dolor, la rabia y la impotencia que sentimos todos con el maltrato de la administración de Quintero a nuestros campesinos en la Feria de las Flores de este año.
El desfile de silleteros representa lo más profundo de nuestras tradiciones; pues desde mediados del siglo XIX los caminos de Antioquia veían pasar cargueros con las silletas de madera a sus espaldas transportando carga y personas y luego, en las décadas del 40 y 50 del siglo XX, debido a la bonanza floricultora en el corregimiento de Santa Elena del municipio de Medellín, los campesinos comenzaron a utilizar las silletas para bajar sus flores a la ciudad y comercializarlas en centros de acopio como la Plaza de Cisneros.
Al observar la belleza y el espectáculo que brindaba el transporte de estas silletas desde Santa Elena hasta Medellín, el administrador de la Plaza de Cisneros, don Efraín Botero, y el entonces director de la oficina de Turismo y Fomento de Medellín, don Arturo Uribe Arango, propusieran crear un desfile, como parte de la Feria de las Flores de Medellín. Así nació esta tradición de la que fueron pioneros David Sánchez, Juan Alberto Hincapié, Crispiano Ramírez, Anita Flórez, Oscar Londoño, entre otros, quienes han dejado su legado de generación en generación.
El primer desfile de silleteros se realizó el 1 de mayo de 1957 con 20 silleteros, y a partir de 1965 se empezó a celebrar la primera semana de agosto como un evento insignia de la Feria de las Flores, convocando cada año a miles de personas no sólo de Colombia, sino de otras naciones, que se acercan a disfrutar de la belleza de estas silletas, llegando a alcanzar más de 500 silleteros.
En 2003 a través de la Ley 838, los Silleteros fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación, en donde se les brinda protección a sus diversas expresiones de tradición y cultura y se declara al corregimiento de Santa Elena, y a sus habitantes como origen y gestores de la tradición de los silleteros. Pero no sólo por obligación legal, sino por compromiso moral, los colombianos estamos llamados a visibilizar, preservar y proteger a nuestros silleteros, símbolo de identidad, cultura e historia.
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