No somos nada

La felicidad es una decisión”.


La vida es dulce, aun con excesos, sus diatribas y constantes dicotomías. A lo largo de ella uno va descubriendo obviedades, como que la mejor respuesta no es la más lógica y que el bien no siempre es lo contrario del mal. “somos de las estrellas el polvo” es un fragmento de un escrito que dedique hace años a mí mismo, como una muestra de perdón interno ante batallas perdidas frente a la absoluta nada.

Entremos en materia, ¿ser o no ser? Difícil si no sabemos que es el ser, estar o el permanecer; para quienes nos dedicamos al estudio de las temporalidades, resulta complicado saltar la frontera y entrar a definir conceptos que, si bien son integrales, se acercan más a otras disciplinas o ciencias. En todo caso acá, definiremos la nada, de la mejor forma en que lo sabemos hacer, cínica y descarada, sin que la primera sea un sinónimo de la segunda y siempre desde el lado dulce de la vida.

A todas estas ¿Qué es pues la nada? Como estamos hablando de sentidos y sentimientos, podríamos entonces decir que la nada expresada son un conjunto de situaciones sociales y culturales que el individuo interioriza, para luego exteriorizar y hacerlas ver como su personalidad, sin que la misma sea vista como una conducta adversa a su modus vivendi y que con el tiempo desarrollan un modus operandi de hacer que lo inequívoco, sea erróneo, falaz, ambiguo, obsoleto y falto de sentido.

El problema con las relaciones sociales es que son precisamente eso, sociales y al serlo son de público dominio y conocimiento de todos y todas, pero al mismo tiempo hacen parte de los deseos, aquel de aceptación frente a una sociedad que está actualizando sus formas de expresión de amor, cariño y sentimientos de manera tal, que parecen organizarse con la velocidad con la que se actualiza el sistema de nuestro celular.

Las formas liquidas de todo aquello imposibilita el fortalecimiento de vínculos felices y por eso, lo único que se hace imperioso es estos tiempos es no tener amigos psicólogos (por aquello de no generar vínculos con estos profesionales) La nada, entonces, también hace parte de los traumas, pesadillas, inseguridades, falta de proyección, o en menor medida autoprotección.

Actualmente vemos expresiones “amorosas” que se reducen al Ghosting, love bombing, hoovering, gaslighting, breadcrumbing o el más de moda: situacionship, en el afán de encasillar comportamientos inadecuados, frente a la falta de madurez de los individuos, lo que hacemos es normalizar prácticas que, a la larga, solo dejan gente herida a lo largo del camino.

En realidad, quisiera escribir como un “Manual contra el Bullying Love” y estamos en esa tarea con varios amigos antropólogos y psicólogos, la soledad, no es buena, pero tampoco es negativa, hay que aprender a soltar vínculos o dejar de forzarlos, también hay que aprender a decir adiós o sencillamente definir como en la antigüita aquello que nos proyectamos ser con quien queremos estar, para que no te toque escuchar de labios “cercanos” a los tuyos: “No somos nada”.Pero hagamos esto un poco más interesante y que mejor forma de hacerlo que con una declaración: la felicidad y sus gloriosas formas no se encuentran, vinculadas a nadie, terminan siendo una decisión y si aquello que querías, deseabas o eran simplemente un capricho tuyo, paso de la miel a la hiel, es hora de pasar la página siendo responsables afectivamente, con el otro, pero principalmente contigo, si sus bases son endebles, se construyen sobre mentiras y aún peor se pierde identidad, como individuos uniformes y debemos proyectarnos a que el estrellón, no debería ser tan grande si damos un pare a tiempo.  Y bueno, el nivel de exposición bajo, entiendan, fueron dos años sin escribir.

Nos vemos mañana, descarados…


Otras columnas del autor en este enlace:  https://alponiente.com/author/jesus110697/

Jesús Gustavo Peñaloza Buelvas

Soy historiador de la Universidad del Atlántico (Barranquilla - Col) durante mi carrera me dedique a los estudios que dentro de la Historia se consideran como ´Nuevas formas´ la línea base de mis investigaciones es la sociocultural; encuentro en ella fascinación. Esa línea, reúne otras que reducen la observación y permiten que nos enfoquemos en temas puntuales, por mi parte estudie las formas de la vida cotidiana, en la colonia decimonónica y bajo esa misma base, la violencia y el género a través de la oralidad y los hechos. Por mi formación me interesa la cultura (artes) y la política, sin dejar de lado el carácter histórico

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