Gerardo Bedoya fue un futbolista profesional relativamente exitoso. Jugó torneos internacionales. Fue al exterior. Fue llamado a la selección en muchas oportunidades. Estuvo metido en muchas polémicas porque era un patabrava sin Dios ni ley. Polémico y con cientos de expulsiones en su historial. A su cierre de jornada, llegó a los medios de comunicación y luego al banquillo. Llegó a Santa Marta como asistente técnico de Alexis García en el Unión Magdalena. Las cosas no salieron bien en el ciclón y Alexis dejó el puesto. Al partido inmediatamente siguiente, el asistente tomó la batuta y sus dirigidos, contra todo pronóstico, alcanzaron la primera victoria del torneo. Era viento a favor, y le propusieron a Gerardo Bedoya que se quedara al frente del equipo. Su respuesta inspiró estas líneas. Dejaba el puesto. No aceptaba la propuesta por lealtad a Alexis García. El que lo llevó a Santa Marta y le dio la confianza en construir un proyecto juntos. Ida la cabeza, ido el asistente. Y dijo al final: ¡Espero no equivocarme! Y no se equivoca. Su acto, silencioso no pasó desapercibido. Dejó de lado una oportunidad individual-económica-profesional por darle prevalencia a la lealtad. Ese gesto, a mi juicio, lo hace un verdadero líder. No se equivoca porque su actuación en lo pequeño será su carta de presentación a futuro. Bedoya es el coequipero que todo cuerpo técnico merece tener. No importa si es un equipo grande o uno chico. Si es el técnico o el asistente. El fútbol ha ganado un referente. La lealtad se juega siempre y en lo simple. Bedoya tendrá muchas y exitosas oportunidades de darle a sus dirigidos un ejemplo de bonhomía. Y de eso hay muy poco. Porque el mercado ha invadido el espíritu deportivo. Y ya casi no quedan jugadores sino mercenarios que resuelven su estabilidad económica por encima de un escudo, una bandera, un color o un trapo. Cada quien decide cómo juega sus cartas y merece respeto. Este acto de decencia ofrecido por un asistente técnico, que devolvió, a costa de su puesto y un salario, la confianza cedida a su primer oferente es el verdadero juego limpio. Un acto de grandeza. No solo para el fútbol sino para la sociedad en general.
Aquí el enlace de la noticia. Juzguen ustedes: https://www.futbolred.com/futbol-colombiano/liga-betplay/gerardo-bedoya-renuncio-al-cargo-de-tecnico-de-union-magdalena-252829
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