El voto es fundamental, pero hagámosle seguimiento. Si el voto no tiene seguimiento, el ciudadano solo tiene voz cada 4 años. Esto no es cierto en el papel, pero a veces lo verificamos en la realidad.
Vivimos en un país en el que estar alejado de lo público está bien visto. Muchos dicen con orgullo “yo de política, poco” ó “Si me va a hablar de política, no lo haga, porque todos ustedes son iguales”. Las causas de este alejamiento de lo público son variadas pero obvias y se pueden incluso reducir a una: Los políticos.
Se puede creer que en el sector público no están ocurriendo cosas interesantes, también se puede creer que no existe realmente un poder político, sino que todos son títeres de quienes detentan el poder económico. Se puede creer incluso que el sector público paga mal, pero lo que más cree la gente es que las cosas están muy mal y van para peor, y en su defecto, que es imposible cambiarlas. Tantas promesas cada 4 años, desgastan al no verse realizadas. Juan Pablo Calvás, le dedicó un libro a este fenómeno latinoamericano con un título muy apropiado: “Nos pintaron pajaritos en el aire”.
Pero la política, como los planetas, como el tiempo, no se detiene. La cosa pública requiere la atención de los mejores y no estoy seguro de que la esté teniendo. Mientras tanto, aquel país político del que hablaba Gaitán en sus discursos, aquel grupúsculo de personas que buscan puestos y contratos, y no propiamente servir, ellos si están metidos en la política de lleno. Han estado siempre y son muy efectivos.
¿Les vamos a seguir dejando la ciudad, las regiones y el país?
Todo esto me lleva a la idea de corresponsabilidad. Antes de exigir, debo estar dispuesto a dar, a aportar. El principal aporte del ciudadano es el voto, pero no es el único. No podemos creer que el papel de la ciudadanía es descargar su responsabilidad alguien que lo represente cada 4 años. El voto es fundamental, pero hagámosle seguimiento. Si el voto no tiene seguimiento, el ciudadano solo tiene voz cada 4 años. Esto no es cierto en el papel, pero a veces lo verificamos en la realidad.
En las elecciones al congreso del 2018, un medio de comunicación encuestó a la ciudadanía con el fin de saber sí la gente recordaba por quién había votado en las elecciones del 2014. De 5 personas encuestadas, 4 no recordaban por quién habían votado.
Hoy en día, gracias a la tecnología, es mucho más fácil hacerle seguimiento a los políticos. Gracias a plataformas como Congresovisible, Concejocomovamos y SeamOs, podemos hacer seguimiento del trabajo de los políticos. Con todas estas herramientas a la mano, es inaudito que los políticos que firman pero no comparecen a los debates sean reelegidos.
Así las cosas, que esta sea una invitación a informarse, a votar a conciencia, a leer las propuestas de quienes quieren liderarnos, a informar nuestro voto. Decía Hemingway que la única forma de saber si podemos confiar en alguien es confiando, pero esta confianza solo se debe dar luego de informarse. No le dejemos todo a los políticos, ni a los medios de comunicación, ni al profesor, ni al tío que sabe mucho. Hagamos el esfuerzo, la democracia digital la construimos los ciudadanos.