La verdad es que no sé en qué tono escribir esta nota, señor Presidente.
Me embargan sentimientos encontrados. De un lado, el profundo aprecio personal que profeso a usted y del otro, la recóndita pena que me dejan algunas decisiones suyas pasadas, presentes y otras que se avizoran.
Soy todo lo que quieran, menos opositor del mandatario. Estoy en los orígenes tempranos en Antioquia de su mandato. Sí lo olvidó no importa, ya tengo callos en las plantas de mis pies de andar y andar los caminos con la ingratitud de los políticos. Y le guardo también especial admiración por la tozuda brega que libra contra la adversidad, a más de lidiar con fútiles opositores que laten echados sin proponer nada. Ni para qué enumerar a esos sujetos si el país conoce sus biografías.
Me refiero hoy a la tarea de proponer candidato para la terna destinada a elegir el Procurador General de la Nación. Se menciona y se da por hecho que la agraciada sería la ministra de Justicia y del Derecho, Margarita Cabello. Recuérdoles que se trata de otra renacuaja paseadora quien, siendo magistrada de la Corte, en días laborables organizó crucero por el mar Caribe con un combo de ambiciosas funcionarias judiciales. Aquello fue sonado en su momento, tengo memoria de elefante.
Cuando el río suena no es que se haya ahogado la orquesta, sino que cabellos lleva.
La doctora Cabello pasó por la Judicatura sin pena ni gloria y por la Procuraduría sin romperse ni mancharse. Fue el doctor Ordoñez quien se echó al hombro el bacalao y lo heredó el señor Presidente, para darle continuidad al otro fiasco que fue su primera ministra de Justicia, la doctora Borrero.
Pregunto entonces, ¿cuáles son los resultados de la procelosa aspirante, queda algo significativo del ejercicio burocrático? ¿Hizo algo por remediar el hacinamiento carcelario, o esperaba que el Covid19 lo hiciera por ella? ¿Sacó adelante medidas mínimas para descongestionar el aparato judicial y castigar duramente las moras injustificadas de magistrados, jueces e inspectores de policía? ¿Ya que el aparato judicial no funciona debidamente, qué impulso le dio a la aplicación de los Mecanismos Alternativos de Solución de Conflictos? Tengo más preguntas pero esas son suficientes. Las respuestas obvias flotan y desaconsejan una promoción más y preciso para representar a la sociedad.
Mucho temo que ternar y elegir a dicha ministra para Procuradora General resulte otro embuchado parecido al del Fiscal General, del que solo nos podría librar el Consejo de Estado, y ¿quién sabe?. Ya con este tenemos. No más autogoles señor Presidente.
En Colombia hay puñados de abogados de todos los sexos, que son como tres, muy calificados. Mire hacia ellos, aunque no pertenezcan al círculo de los lambones cercanos de que hablara Luigui. Hay que asegurarle la respetabilidad a ese cargo. Raro es que no hayan aparecido por ahí las infaltables aspirantes Perdomo y López Mora. Sí fuere del caso levanten esa cosa discriminatoria llamada “edad de retiro forzoso” para ese cargo, que no permite el acceso de personas experimentadas.
Mire hacia la provincia donde hay gente excelsa. Sobre todo que el señor Presidente le debe compensación mayúscula a Antioquia. Acá servimos más que para empleos menores y elegir presidentes.
Tiro al aire: No más renacuajos paseadores en ningún cargo del Estado. No son para pasear ni lucir chalinas, si no para dar ejemplo ante todo de sindéresis, madurez y templanza.
Excelente comentario y hace honor a la verdad…larga vida para nuestro presidente, pero que revise sus decisiones, porque en muchas parece haber olvidado, el porque lo elegimos
No abandoné las banderas que lo eligieron.Colombia no solo es costa, también hay valles y montañas.