“Millones ya han perdido o perderán a sus padres y cuidadores antes de que termine la pandemia, creando una epidemia de orfandad a raíz del virus.”
La pandemia de Covid-19 ha sido devastadora en muchos sentidos. Probablemente tardaremos años en poder valorarlos de manera precisa los daños reales que va dejando esto a su paso, sobre todo los que tienen que ver con los efectos emocionales en ciertos sectores de la sociedad.
Lo cierto es que la niñez es una de las más afectadas en este sentido. La reclusión obligada en sus hogares, la falta de contacto con otros individuos y en muchos casos no poder escapara de la violencia familiar, han sido algunos de los daños colaterales de esta pandemia.
Todo esto aumenta el riesgo de explotación infantil o que los menores tengan que buscar empleo de manera temprana por falta de ingresos familiares, así como verse obligados a abandonar los estudios. Pero a esto hay que sumarle la orfandad en la que han quedado miles de niños, luego de que la Covid-19 ha matado a algunos de sus padres o incluso a los dos.
De acuerdo a un estudio realizado por la revista The Lancet, 1 millón 134,000 niños y niñas menores de 18 años en todo el mundo, sufrieron la muerte de sus padres o cuidadores principales, incluido a abuelos, tíos o familiares; esto en el periodo comprendido de marzo de 2020 a abril de 2021.
El estudio denominado «Estimaciones mínimas mundiales de niños afectados por la orfandad asociada al COVID-19 y la muerte de los cuidadores», que recabó información de 21 países, coloca a México a la cabeza de esta lista al acumular un total de 131 mil 325 niños que perdieron a alguno de sus padres o a los dos, como consecuencia de la pandemia.
Pero esta cifra aumenta hasta los 141 mil 132 niños, si se toma en cuenta no solo a los padres, sino también a las personas que fungían como sus cuidadores principales, por lo que estos menores se enfrentan a la orfandad total.
“Es posible que los niños no estén muriendo de COVID-19, pero millones ya han perdido o perderán a sus padres y cuidadores antes de que termine la pandemia, creando una epidemia de orfandad a raíz del virus’’, dice el estudio.
Y agrega el documento: “Más allá de la morbilidad y la mortalidad, las pandemias tienen efectos secundarios, como los niños huérfanos o desprovistos de sus cuidadores que a menudo se enfrentan a consecuencias adversas, como la pobreza, el abuso y la institucionalización”.
En un país como México, en donde la pandemia se ha combinado de manera peligrosa con la inseguridad y la pobreza, estos datos son muy importantes para dimensionar el problema y tratar de proyectar lo que puede ser el futuro de estos menores huérfanos, ya que su situación es de emergencia.
De acuerdo a Human Rights Watch, “los niños huérfanos son particularmente vulnerables a la trata y otros tipos de explotación, como explotación sexual, ser obligados a mendigar, vender productos en las calles y otros tipos de trabajo infantil e incluso los niños de mayor edad a menudo abandonan la escuela para ayudar a mantener a hermanos más pequeños”.
Aquí es cuando los gobiernos deberían diseñar políticas públicas para protegerlos, pero como ha sucedido con toda esta pandemia, las autoridades no están preparadas para enfrentar esta otra emergencia social, ya que su prioridad sigue siendo controlar la crisis sanitaria, que es en donde han enfocado todos sus esfuerzos y recursos.
Y es que tal como lo señaló la legisladora mexicana, Esthela Villareal Zavala. «la emergencia sanitaria ha sido tan rápida y compleja que no nos hemos detenido a pensar en la tragedia que viven niñas, niños y adolescentes que han perdido a sus padres, a sus abuelos, tíos y hasta su familia completa, por lo que han quedado en la total soledad, indefensión y vulnerabilidad».
Ahora organizaciones sociales exigen a las autoridades -al menos en México- que levanten un censo para conocer las cifras reales de las víctimas de esta “epidemia de orfandad”, para así trazar un plan oficial de apoyo económico, sanitario, educativo y hasta de contención psicoemocional, para evitar que puedan ser víctimas de todo lo anterior.
Parece que ha llegado el momento de visualizar los efectos negativos que está dejando en los menores esta pandemia, que de alguna u otra forma se han tenido que enfrentar a cambios en su vida y que esto puede repercutir en su estabilidad emocional y sobre todo, voltear a ver a aquellos que ahora se han quedado solos, en una terrible orfandad y en donde incluso su vida puede ser que corra peligro.
Fuentes:
Global minimum estimates of children affected by COVID-19-associated orphanhood and deaths of caregivers: a modelling study
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(21)01253-8/fulltext
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